Entrevista a Javier Samper, autor de "Oscuras luces de septiembre"
Javier Samper, autor de Oscuras luces de septiembre, nos cuenta en esta entrevista acerca del génesis de su novela que verá la luz el próximo 12 de junio. Os invitamos a conocer más acerca de este nuevo autor y su novela que, de seguro, os sorprenderá.
¿Cuándo
y por qué decides crear tu novela?
Supongo
que el hecho de querer crear mi novela no es diferente al de cualquier otra
persona que se dedique o tenga ilusión por escribir. Dentro de ti, en tu mente,
tienes la sensación de que un amplio mundo interior lleno de historias y
personajes lucha por salir a flote. No sabes por qué, pero están en tu compleja
cabecita. Y así, hasta que llega un momento en el que te sientas delante de un
folio o una pantalla de ordenador y comienzas a darle forma y sentido. En el
caso concreto de “Oscuras luces de septiembre”, la historia surgió de repente,
como en una especie de juego. Recuerdo que fue en mitad de la cena de Nochebuena,
creo recordar que en la del 2014. Mi familia ya sabía que yo escribía cuentos
infantiles, y mi tía me sugirió hacer una novela algo más “seria”. Mi familia
vive en Villena, -cenábamos allí- la ciudad donde transcurre la novela. Así
que, entre unos y otros comenzamos a divagar sobre de qué podía ir, qué cosas
podían salir, o cosas así. Conforme decíamos unas cosas y otras, mi cabeza se
activó e hizo “click”. Ya había comenzado el proceso. En aquel momento lo vi
claro y supe que aquella historia surgida de improviso iba a materializarse algún
día en una novela, porque ya me había pasado igual con las historias infantiles
que había escrito hasta ese momento. Otra cosa es que tuviera la fortuna años
después de que la editorial Adarve apostara por ella y por mí. Hasta aquel
momento, la novela partió simplemente con una motivación implícita en sí misma,
darle sentido a lo que se estaba creando en mi mente y poder mostrársela a mi
entorno más cercano.
¿Por
qué elegiste llamarla de esa manera?
El
título de la obra no cuenta nada en concreto pero pone un poco en situación. La
historia transcurre durante los días festivos de Moros y Cristianos de la
ciudad de Villena, en Alicante. Dichos días transcurren en septiembre. Esos
días la ciudad se engalana entre tribunas y arcos de luces en sus calles. El
concepto de “Oscuras” viene a rematar la jugada. En la propia sinopsis ya se
habla de que ha habido un asesinato. Con lo cual, ahí tienes el cóctel. Oscuras
luces de septiembre, me pareció un título inquietante y misterioso.
¿Cuánto
tiempo tardaste en reunir datos e información para poder escribir tu novela?
Como ya
he comentado, la idea nació prácticamente con el año 2015. De ahí, hasta que la
acabé en 2017 pasaron muchas cosas, hubo mucha labor de investigación. El
objetivo era hacer una novela a fuego lento, correcta, sin fallos y sin
incongruencias; por eso, era necesario atar todos los cabos sueltos y
asegurarse de que cada paso que daba escribiendo – y, en consecuencia, que los
personajes daban- tuvieran lógica y no fueran arbitrarios. Yo soy maestro de
profesión, con lo cual, no soy ni policía ni guardia civil. Y aunque tengo
familiares que están integrados en la Fiesta, yo tampoco participo en los
desfiles. Pero, lógicamente, tenía que conocer muchos aspectos de todo esto. Obviamente,
tampoco soy asesino. Así que comencé a documentarme acerca de todo ello. Procesos,
balística, etc. Afortunadamente, tengo amistades integradas en los desfiles y en
los diferentes actos, así que también me fueron ayudando. De igual modo, tengo
un conocido que es guardia civil y otro local y me fue resolviendo muchas dudas
que me iban surgiendo. Facebook también me fue productivo. Por medio de la
página de la policía local de Villena me resolvieron otras cuestiones más
concretas del lugar en el que transcurrían los acontecimientos. No sé quién
será, pero el agente B-05 se portó de manera excepcional conmigo. Sin duda,
tendré que regalarle uno de los ejemplares. Y, por último, San Google, que se
portó como un campeón y cada vez que quería informarme de algo puntual estaba
ahí para auxiliarme.
Si
tuvieras que presentar este libro a nuestros lectores, ¿con qué palabras lo
harías?
A pesar
de que parece del género policiaco, me inclinaría más por decir que “Oscuras
luces de septiembre” es narrativa de ficción. Lo aviso de antemano porque si
eres un devorador de novela negra pienso que te va a defraudar un poco. Por lo
tanto, yo la presentaría simplemente como una novela entretenida perfecta para
pasar un buen rato de lectura, con una historia oscura de fondo, eso sí, que
engancha por el carisma de sus personajes y los diálogos ágiles y muy reales
que la dirigen. Como lector, a medida que vas cambiando de capítulo no sabes
qué emoción nueva te va a generar, porque además de la intriga por el propio
suceso del asesinato, la novela tiene cabida para muchas otras sensaciones más.
Si me pides palabras concretas en la definición, te diría “entretenida,
intrigante y ácida”. Ale, mezcla todo eso a ver qué sale.
¿En
qué ingrediente reside la fuerza de esta historia?
Pienso
que principalmente en los diálogos de los personajes y el potencial realismo de
la trama. En la vida real, las personas
somos muy diferentes; con lo cual, en la novela, cada personaje también aporta su
propia forma de ser. Eso hace que se generen situaciones y conversaciones que
trasladan la tensión, la ironía o el romance al propio lector. Yo creo que
desde las primeras frases, el lector puede verse implicado e imaginarse
rápidamente recorriendo las calles junto a Darío Prado, el protagonista. El
hecho de que el entorno sea real – aunque tergiversado para la ficción
necesitada- también otorga mucha credibilidad al argumento.
¿Cuál
es tu personaje favorito y por qué?
No
quiero adelantar nada del argumento, pero me encantó manejar el personaje de
Lorenzo Romero. No quiero decir nada más, pero meterme en su pellejo me aportó
muy buenos ratos de escritura a pesar de que casi sea un personaje irrelevante
para la trama.
¿Cómo
describirías tu estilo?
Creo que
escribo cosas que me gustaría leer a mí mismo. Francamente, no me veo jamás
escribiendo historias que se vayan a las quinientas o seiscientas páginas. Mi
estilo, por tanto, es fresco y fluido, amparado en unos diálogos ágiles. Cuando
cojo un libro me gusta acabármelo en unos pocos días; si no, corro el riesgo de
abandonarlo a mitad. Y eso no quiero que ocurra con alguien que lea mis
historias. Yo soy una persona que piensa rápido y usa el lenguaje ácido en su
día a día. Con lo cual, mis textos tienen parte de mí aunque sean historias
totalmente inventadas. Por otro lado, soy maestro en la escuela pública desde
hace quince años, quizá por eso no paro hasta que consigo la expresión idónea,
la frase redonda y la comprensión perfecta.
¿Qué
parte te resultó más complicada de escribir?
Creo que
lo más difícil que me resultó fue encontrar una foto de mí mismo que me apañara
para la contraportada del libro. Yo no sé cuántas vueltas le di a la dichosa
fotografía.
En
cuanto al texto, seguramente fuera el rol de cada uno de los Cuerpos de
Seguridad del Estado. Había habido un asesinato, así que tenía que ver en qué
momento y de qué manera debía actuar Guardia Civil, Policía Local, Nacional,
Científica, etc. Afortunadamente, como ya he dicho antes, tuve mucha ayuda por
diferentes cauces.
¿Quién
o quiénes fueron los primeros en leer este libro? ¿Cuál fue la primera
impresión?
Dos
preguntas, dos respuestas. Eso les digo siempre a mis alumnos.
Vivo con
mi pareja. Ella ha sido la “sufridora” a la que le iba pasando los diferentes
capítulos que iba escribiendo. Ella fue la primera que me daba su parecer. Y no
siempre era bueno. Afortunadamente, era muy crítica con mi escritura. Y eso me
ayudaba. Al principio me costó aceptar sus sugerencias, -soy algo tozudo…- pero
en cuanto vi que mi novela ganaba con sus aportaciones comencé a escribir de
manera más fluida y con mayor motivación. Tras ella, se la pasé a algunas
amistades. Generalmente mujeres, las mujeres leen más.
Las
impresiones fueron mayoritariamente positivas. Hubo, sin embargo, quien se
preocupó por el hecho de asociar asesinatos y entornos reales. Hay gente que
piensa que la novela puede generar cierto malestar por si alguien se siente identificado
con algún personaje. Pero en fin, para gustos, colores. Esta novela es pura
ficción y desde la primera página queda claro. El hecho de que la novela llegue
al público y no le guste a alguna persona es algo más que asumible. Significará
que se ha leído; con lo cual, el objetivo de que haya llegado al público está
cumplido. Y yo, feliz.
¿Cómo
definirías la experiencia de trabajar con la Editorial Adarve?
No tengo
más que palabras de agradecimiento. ¡Qué puedo decir! Te pasas meses y meses,
años y años, escondido en una habitación escribiendo delante de un ordenador. Nadie
te ve. –ni te lee- Un trabajo de hormiguita que poca gente entiende, con una
ilusión muy personal y altamente difícil de lograr. Y un día te llaman de
Adarve y se ofrecen a darte una oportunidad y hacerte visible porque les ha
convencido una novedosa historia que ha salido de tu complejo cerebrito. Te
ofrecen la posibilidad de darte a conocer el negocio de la literatura y el
propio proceso editorial desde el punto de vista profesional. Siempre con buena
cara, siempre aceptando tus propuestas. Estoy muy agradecido, la verdad. Ojalá
“Oscuras luces de septiembre” tenga un largo recorrido dentro de la Editorial
Adarve.
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