Entrevista a Fabio Graffiedi, autor del libro "Anunciada"

Fabio Graffiedi es profesor de lenguas en Italia y un experimentado escritor; autor de diversas obras publicadas nos presenta Anunciada, su última novela, galardonada con el segundo premio en el certamen Una historia para el cinema. Os invitamos a conocer más del autor y su libro a través de esta entrevista.



Leer primeras páginas

Háblanos un poco de ti.

Soy profesor de idiomas en Italia y he publicado varios libros.

¿Qué podremos encontrar entre las páginas de Anunciada?

La historia de una joven que ha quedado sepultada debajo de una mentira por muchos años, llegando a mis manos a través de los papeles que mi padre dejó en un cajón. Los personajes hablan directamente a través de las actas del juicio, fieles a los originales hasta en los nombres. El narrador construye la novela pero sin cambiar lo que encuentra grabado por los testigos.

¿En qué ingrediente reside la fuerza de este libro?

La búsqueda de la verdad necesita una escritura directa y simple. Además, es el resultado de las pesquisa que mi padre emprendió para descubrir su propio origen cuando ya se había jubilado, tropezando en la historia de Anunciada, su tía.

¿Cómo describirías tu estilo?

Bastante directo, aunque no siempre simple. La pasión por la poesía, que come dice Juan Ramón Jiménez, se ha trasladado a la prosa, a veces se hace notar. En el sentido que en pocas notas quiero concentrar mucho.

¿Cuál es el personaje favorito de tu libro? ¿Por qué?

Es un poco como preguntar a Jorge Amado cuál es el personaje favorito de Teresa Batista cansada de guerra. Está en el título y no puede ser otro que la protagonista, porque esta es su verdadera historia y, como decía un amigo que vive y escribe en Sao Paulo, este libro es la piedra sepulcral que le negaron sus asesinos escondiendo su cadáver tras la matanza, como fue por Federico García Lorca.

¿Qué quieres transmitir a través de este libro?

La idea de que la verdad siempre encuentra su manera de aflorar, a pesar de las peores injusticias y mentiras. La frase evangélica: «La verdad os hará libres» no fue en balde.

¿Cuáles son tus referentes literarios?

Muchos. Entre estos, los novelistas de Hispanoamérica como Vargas Llosa, García Márquez, Bryce Echenique, Jorge Amado y, de la península, Saramago, Martín-Santos, Manuel Rivas, Pérez-Reverte, para seguir con Bukowski, Hemingway, Jack London. Me doy cuenta que solo he levantado un poco la cabeza contemplando la primera fila en la estantería sin ni siquiera contemplar todo lo que ya no cabe en la librería y se encuentra en el Kindle. Serían demasiados, os aseguro.

¿Cuál fue el último libro que leíste? ¿Por qué lo elegiste?

De viaje, en el aeropuerto de Viena, reconocí el nombre familiar de Madeleine Albright Fascism a warning, y sobre todo, la cara en la parte de atrás de la cubierta. A pesar de mis lecturas en el eBook, lo compré enseguida. Esa cara la había visto en Bascarsija, cuando yo estaba de cooperante en Sarajevo durante el asedio. Una mujer de valor de origen judío, que había conocido la persecución del nazismo y luego de los comunistas soviéticos, no se había olvidado de la capital de Bosnia. El libro es iluminante.

¿Por qué crees que nuestros lectores debiesen leer tu libro?

Fuera de todos bizantinismos intelectuales, hay que reconocer hoy en día que un escritor hasta le daría un puñetazo en el estómago al lector para tener su atención. Lo que he intentado hacer es dar forma a una voz que se ha venido a mí casi gritando a través de la sangre que me corre en las venas; a pesar de los nombres, del tiempo, de las mentiras y de la mucha tierra que le echaron encima antes que el agua la descubriera. Siempre escribí de los últimos y me batí como cooperante contra la guerra para descubrir que en mí tenía la sangre de una víctima; no en mi nombre.

¿Y ahora qué, algún nuevo proyecto?

No sé. La historia debería convertirse en cortometraje por un Certamen en el que ganó la segunda plaza: Una historia para el cinema. Si es verdad que un autor escribe siempre la misma historia, espero que mis antepasados me hayan llamado justo para empezar.