Entrevista a Carlos Décker-Molina, autor de "Tomasa" y "Carlos el lector"
Carlos Décker-Molina, reconocido periodista boliviano, residente sueco, ha publicado diversas obras; entre ellas, Carlos el lector, publicada bajo el sello Adarve durante 2017. En esta ocasión nos presenta Tomasa, una novela sobre el exilio, ganadora del Premio Internacional Kipus (Bolivia) en 2014.
¿Cuándo
y por qué decides crear tu novela?
La tenía en la cabeza muchos años, luego fui escribiendo en
mi tiempo libre. Quería crear una novela sobre el exilio boliviano en Suecia.
No hay relación cultural, histórica ni idiomática entre los exiliados bolivianos
y Suecia. Suecia los recibió en dos ocasiones 1973 y 1980. El exilio – lo saben los españoles que
huyeron de la dictadura franquista – es un estado psicológico que perdura a
pesar del tiempo y esa situación produce dramas y tragedias.
Hay otro motivo, intentar un retrato del sueco con sus
claro-oscuros.
¿Por
qué elegiste llamarla de esa manera?
Cuando leí El Jinete Polaco de Antonio Muñoz Molina, me di
cuenta que el titulo era por un cuadro que tenía el protagonista, algo muy
secundario en la historia. Tomasa es un nombre muy común en las capas indígenas
de Bolivia, es la madre del exiliado que llega a Suecia. El afán de buscarla es
el afán del retorno. Tomasa bien puede ser la metáfora de Bolivia.
¿Cuánto
tiempo tardaste en reunir datos e información para poder escribir tu novela?
Soy periodista de profesión, lo que importa un cierto poder
de observación, Tomasa es 80% observación y el resto ficción. Durante muchos
años escribí fragmentos y luego los fui armando y puliendo para presentar a
algún premio.
Mandé a muchos hasta que el 2014 el Premio Internacional
Kipus (Bolivia) me declaró finalista.
¿En
qué ingrediente reside la fuerza de esta historia?
En el psicológico. El exilio es un estado psicológico, se
mueve entre el insomnio principio de la depresión, el cambio de personalidad,
la paranoia y la esquizofrenia. Le pasa no sólo al exiliado también al
inmigrante, con la diferencia que el primero huye, el segundo migra por otras
razones que no es precisamente huir de dictaduras o de guerras.
¿Cuál
es tu personaje favorito y por qué?
Svenne, el sueco latinizado que ayuda a buscar a la madre de Gualberto,
el indo mestizo que llega al exilio, le arrebata a Pía, la mujer de Svenne y, a
pesar de ello, lo ayuda.
Una aclaración, Svenne no es nombre es un peyorativo de sueco,
el del montón que compensa otro peyorativo que es invandrare que, en sueco, a pesar de que quiere decir inmigrante,
es un cuasi insulto.
¿Cómo
describirías tu estilo?
En Adarve tengo dos novelas, Carlos El Lector y Tomasa, esta
última es reedición para un público más amplio. Mi estilo es testimonial «ficcionado».
Parto de un testimonio de algo que sucedió en la realidad, pero para darle un
tono literario uso la ficción. Creo que es la herencia del periodismo.
¿Qué
parte te resultó más complicada de escribir?
La verdad es que Tomasa nació sin dificultades. Mi ausencia
de Bolivia de donde salí exiliado en 1971 dificultaba ponerme en la situación
actual, pero gracias a Internet es fácil estar en otros lugares sin moverse del
escritorio.
¿Quién
o quiénes fueron los primeros en leer este libro? ¿Cuál fue la primera
impresión?
Hay un poeta chileno exiliado, Sergio Infante, que fue
profesor de la facultad de lenguas de la Universidad de Estocolmo y fue quien leyó primero; me hizo critica profundas que me obligaron a reescribir. Luego María Obligado, una argentina literata que vive en Buenos Aires, leyó y me sugirió cambios y
alternancias. Ella fue clave para que decidiera enviarla a concursos. Me dio
mucha confianza, María lee todos mis libros y estoy atento a sus sugerencias,
es hermana de Clara Obligado que vive en España y tiene un taller de escritura
creativa, una extraordinaria autora de cuentos.
Si
tuvieras que presentar este libro a nuestros lectores, ¿con qué palabras lo
harías?
Aprender. Aprender sobre Suecia, aprender sobre la vida del
exilio, aprender a comprender, incluso perdonar.
¿Por
qué crees que nuestros lectores debiesen leer tu libro?
Hoy hay miedo creciente por el Otro, por el inmigrante, el
exiliado, el extranjero.
Tomasa es una novela sobre ellos. Pienso que la lectura de
Tomasa ayudaría a entender mejor al Otro e implicaría el nacimiento de la
empatía.
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