Entrevista a Pascual Fernández Espín, autor de la novela histórica "Siega y viento"
Un buen argumento —en parte, real como la vida misma— unos personajes, cada uno en su lugar, enormes en sus comportamientos; un escenario rural de la España negra, un despotismo vetusto y rancio, cuyo dominio sobre la sociedad local es absoluto; un macho Alfa dominante, una hermosa y madura mujer, cabeza de familia por exigencias del destino, que trata de mantener a flote la dignidad familiar a costa de perder la suya son los elementos que hacen de Siega y viento una novela fundamental para las lecturas de este nuevo año. Os invitamos a conocer más a través de esta entrevista realizada a su autor, Pascual Fernández Espín.
¿Cuándo y por qué decides crear tu novela?
Comencé a escribirla hace tres años, al llegar a mi conocimiento una
historia de los años cincuenta, posiblemente improbable en estos tiempos, que
me pareció tan dura, tan real e interesante que decidí novelarla. Por tanto, una
cierta parte de la obra podríamos considerarla como basada en hechos reales y
la otra, fruto de la imaginación del autor. Aunque he de confesar que en algunos
momentos de la historia parte de la ficción escapase a la voluntad inicial del
autor.
¿Por qué elegiste llamarla de esa manera?
El
titulo de Siega y viento, sin ser determinante en ningún momento
del relato, sí marca el principio de este, asomándose a lo largo de la historia
en algún que otro momento.
¿Cuánto tiempo tardaste en reunir datos e
información para poder escribirla?
La
historia comencé a apuntalarla hace varios años, aunque el grueso de ella la
realizara en tres años, más o menos; ya en el transcurso de su confección hice
algún apartado en otras actividades literarias. Tiempo este en el que me
fueron apareciendo datos interesantes que enriquecieron la historia; luego, puede decirse que prácticamente el tiempo empleado, entre su gestación, maduración y nacimiento, al contrario que un parto, fue de unos cuatro años y
medio.
¿En qué ingrediente reside la fuerza de
esta historia?
A mi
parecer, cualquier obra literaria que aspire a convertirse en un referente para
el recuerdo que dure más tiempo del que dure su lectura, imprescindiblemente, debería moverse entre unos parámetros atractivos que hagan posible enganchar al
lector. Estos componentes deben ser el tempo, la amenidad de su lectura y un
final que sorprenda al lector más exigente. Tratar de que algunos momentos de
la obra, o algún personaje que transite por sus páginas, le evoque recuerdos,
conductas y pareceres que el lector trate de hacer suyo. O por lo menos que
los datos más relevantes de la novela se queden a vivir en su memoria por un
tiempo.
¿Cuál es tu personaje favorito y por qué?
Sin
lugar a dudas, el alma y fuerza de la obra recae sobre la espalda de Adriana.
Una bella mujer, cabeza de familia por exigencias del destino, que lucha contra
la adversidad del tiempo y el dictador local, tratando de mantener a flote la
dignidad familiar y la suya propia, aunque el precio que se le exige es alto, tan alto que se ve arrastrada hacia
el lodazal social más abyecto.
¿Cómo describirías tu estilo?
Yo me
considero un escritor realista y descriptivo, que al igual que Umbral o
Delibes, trato de proveer a mis obras de fuerza y situaciones límites descritas
con diálogos ágiles y bien estructurados. Aunque he trabajado en varios géneros
literarios, donde mejor me manejo es en la novela épico-dramático, enmarcando a
un mundo rural, muchas veces contrapuesto al urbano, y tratando de recuperar
lenguajes y costumbres que sitúen al lector en el entorno.
¿Qué parte te resultó más complicada de
escribir?
Interiorizar
los pensamientos de Adriana o sus reflexiones femeninas me costó lo mío, ya que
como cualquier escritor que se precie, intento vivir dentro de cada
protagonista de la obra para dar la mayor credibilidad descriptiva a las
historia. Con Adriana, mujer de raza y pasiones contenidas, sus anhelos, sus
reflexiones, su orgullo y ganas de
venganza, a veces me resultó complicado y difícil vivir en ella.
¿Quién o quiénes fueron los primeros en
leer este libro? ¿Cuál fue la primera impresión?
Supongo
que cada escritor tiene a una persona de confianza que le de su opinión real,
aunque en primera instancia esta choque con el criterio del autor. Una de esas
personas fue don Jesús Baldemón, profesor de literatura. Su veredicto literario
fue muy bueno. O sea, en voz suya, le encantó. También, la obra fue leída por
don Juan Sánchez Pérez, cronista oficial del pueblo de Bullas, Murcia. Misma
opinión. Extraordinaria, sentenció. El
periodista Antonio Botías, del periódico La Verdad de Murcia y prologuista de
Siega y Viento, la califica de excelente.
Si tuvieras que presentar este libro a nuestros
lectores, ¿con qué palabras lo harías?
Por identificar la obra con el autor, emplearé
palabras de Antonio Botías, periodista de la Verdad de Murcia:
«Quienes se adentren en las páginas de Siega y viento podrán
disfrutar de un auténtico retablo surcado por hombres y mujeres de la tierra, en gran medida aferrados a
ella, aunque deseando escapar, atribulados por las pasiones unas veces, otras
por los sentimientos encontrados y siempre con personalidades contrapuestas que
allanan el camino a lo largo de la trama. Bondad y maldad, poder y sumisión,
miseria y opulencia... Una constante dualidad atraviesa como un rayo la obra y
sitúa a sus protagonistas a un lado u otro, sin remisión, aunque con la
esperanza intacta de poder huir de un pasado que, a cada recodo y página… ».
¿Por qué crees que nuestros lectores
debiesen leer tu libro?
Porque
se encontrarán con un mundo en el que, a los que carguen con muchos años sobre
los hombros, les recordarán tiempos olvidados, negras etapas rurales que creían
extinguidas; y a los más contemporáneos, porque podrán conocer el entorno gris y
duro de una sociedad localista, tiempos de posguerra española que a veces no
tenía más remedio que dejarse llevar a fin de sobrevivir.
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