Entrevista a Bernat Roig, autor de la novela Como casi fornicar
Si tenemos que definir Como casi fornicar en una sola palabra no sabríamos cuál ocupar: curiosa, graciosa, triste... La historia de Nick es más común de lo que se piensa, pero no todo el mundo lo admite. En un mundo en el que el concepto hombría es tan valorado por hombres y mujeres —sobre todo hombres— hablar de la disfunción eréctil es como sacar los trapitos sucios al sol. En esta entrevista su autor, Bernat Roig, nos cuenta un poco más de esta novela cuya portada no deja indiferente a nadie.
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Háblanos un poco de
ti.
Mis
padres me nombraron Bernat, porque era un nombre poco común en mi pueblo, Ripoll.
Y así me siento yo: poco común, especial. Me ha llevado
mucho tiempo aceptarlo y sentirme orgulloso de ello. Pero cuando descubrí que
un noble enterrado en el monasterio de Ripoll se llamaba Bernat Tallaferro, que
significa algo así como corta-acero, pensé: pues sí que tengo un nombre molón.
He vivido
en Edimburgo los últimos tres años, me encanta la historia y cultura escocesa.
Allí aprendí a bailar bachata y salsa, y ahora es una parte muy importante de
mi vida. Como todo escritor que se precie, me encanta leer por placer, pero
también es una fuente de inspiración inagotable. Sueño con vivir en Rusia y
Ucrania.
¿Qué podremos
encontrar entre las páginas de Como casi
fornicar?
La
historia de Nick, un estudiante italiano que sufre disfunciones eréctiles con
la facilidad con la que las olas destruyen castillos de arena. Nick apenas ha
empezado la universidad y de repente sufre un gatillazo con el que no contaba.
Toda su adolescencia viviendo y reviviendo la primera relación sexual en su
cabeza, y de repente se encuentra en medio de una pesadilla de la que no puede
escapar, ni echarse atrás.
Como casi fornicar sigue el hilo mental de Nick sobre
su impotencia, sin intentar forzar una respuesta a las preguntas de cómo y por
qué, centrándose más bien en su intento de solucionar el problema y las
lecciones que aprende de ello.
¿En qué ingrediente
reside la fuerza de este libro?
Como
lo veo yo, la receta de Como casi
fornicar es la siguiente: Una lucha normal más un problema cotidiano más
personaje ordinario. Así es como entiendo esta fórmula, que se aplica a la
mayoría de nosotros. Mis amigos me han acusado de ser un simplificador (y puede
que lleven razón), pero creo que el problema de Nick, dejando de lado la
llamativa naturaleza de un gatillazo, no deja de ser un problema común, diario
y frustrante. Y Nick no deja de ser una persona, una etapa de la juventud, por
decirlo de algún modo, por la que todos pasamos. Así pues, Como casi fornicar, narra la lucha de una persona por no
desfallecer ante un problema abrumador. Creo que con eso, todos nosotros
podemos sentirnos un poco identificados.
¿Cómo describirías tu
estilo?
Contundente,
al grano, y centrado en el desarrollo del argumento. Como todo escritor joven e
impetuoso (ya estoy simplificando otra vez), a veces me dejo llevar por la
corriente del argumento y no me tomo, quizás, el suficiente tiempo para
describir personajes que merecen páginas enteras. No obstante, soy consciente
de la importancia de economizar mi estilo y priorizo conducir al lector a buen
puerto. Por supuesto, dejándolo con una gota en los labios de «me pregunto qué
pasará luego». Intento con más entusiasmo que habilidad, espolvorear una pizca
de humor no forzado aquí y allí, lo cual creo que hace maravillas. Porque como
lector, me encanta que un libro me arranque una sonrisa.
¿Cuál es el personaje
favorito de tu libro? ¿Por qué?
Nick, por supuesto. Es una persona orgullosa,
solitaria, pero muy fuerte, y creo con todo mi corazón que tendrá un final
feliz. Pero como Como casi fornicar
está narrada en primera persona, pues supongo que debería escoger otros
personajes. Me gusta Alessio, ya que juega ese papel de mentor para Nick, y a
los ojos de este, es como un gurú, alguien interesado genuinamente en su
aprendizaje. También me gusta mucho Cindy, la amiga de Maurizia, es alguien con
quien saldrías de fiesta y te lo pasarías bien sin importar el dónde y el cómo.
¿Qué quieres
transmitir a través de este libro?
Honestamente,
no tengo una respuesta simple a esa pregunta. Con lo que me gusta simplificar
(no sé si lo habréis notado ya), pero voy a mojarme. Una parte de mí quiere que
la impotencia sexual se normalice, debería hablarse más, especialmente en las
charlas sexuales a adolescentes. Porque le pasa a todos los hombres, en mayor o
menor medida. Otra parte de mí disfruta viendo a un personaje sufrir, me
imagino que así sería ver a los gladiadores luchar a muerte, pero Nick es un
caballo ganador y no tengo duda que lo conseguirá al final.
Me
remito a lo que he dicho anteriormente sobre los problemas cotidianos: no te
rindas y sigue luchando como Nick. No estás solo/sola. No obstante, y a fin de cuentas,
cada lector sacará sus propias conclusiones, ¡y bastante distintas si he hecho
mi trabajo bien!
¿Cuáles son tus
referentes literarios?
Charles
Bukowksi, con Post office y Women, fue quien me animó a escribir,
sin importar mi estilo o nivel. Con su sentido del humor desternillante, fluido
y natural. Con Bram Stoker me asusté como un niño que cree que hay un monstruo
bajo la cama, al leer la escalofriante escena en la que Jonathan Harker
describe cómo Drácula sale de su castillo andando por la pared. Aún se me pone
la piel de gallina al recordarlo.
Chernobyl Prayer, de Svetlana Alexievich, me hizo
llorar como solo había llorado al leer sobre el trágico asesinato de la última
familia imperial de Rusia. Y en el podio de honor, el señor Leo Tolstoi, cuyos
personajes, incluso esos secundarios que tiene un escaso diálogo en todo el
libro, poseen un detalle único de su personalidad que les hace increíblemente
reales y creíbles.
¿Cuál fue el último
libro que leíste? ¿Por qué lo elegiste?
Últimamente
estoy leyendo exclusivamente libros de historia para mi blog y segunda novela,
pero aun así tuve tiempo de leer Eaters
of the Dead, de Michael Crichton, autor de Jurassic Park. La novela sigue las aventuras de los Vikingos del
río Volga, los cuales luchan contra unas criaturas devoradores de hombres,
conocidas como los Wendol o monstruos de la niebla. Lo escogí porque
me encantan los Vikingos y, además, la novela fue la base de la película El Guerrero Número 13, con Antonio
Banderas como personaje principal. Además, ambas tienen una escena muy
significativa, donde enseñan un funeral vikingo basado en la única narración
histórica del hecho. Me encanta la ficción histórica.
¿Por qué crees que
nuestros lectores debiesen leer tu libro?
Mi novela no es odiosamente larga, es accesible y
con un argumento simple (dale con la dichosa simplicidad). Pero es potente y su
motor, la impotencia, es inusual y poco explorado en narrativa. Creo que el
hecho de estar re-descubriendo un problema sexual, del que todo mundo sabe pero
del que nadie habla o lee, tiene un poco de morbo. Me explico, es una
curiosidad por un tema tabú, y como más tabú es un tema, más curiosidad tiene
ese morbosillo/a que llevamos dentro. Pero creo que la razón más importante que
un lector debe considerar al decidir si comprar mi libro es la siguiente: ¿Qué va
a pensar la gente en el metro cuando te vean leer un libro cuya portada es un
plátano con un preservativo colgando?
Y ahora qué, ¿algún
nuevo proyecto?
Estoy escribiendo una novela sobre los vikingos
Rus’, los ancestros de rusos, ucranianos y bielorrusos que fundaron un reino
conocido como Kievan Rus’, en el siglo IX. La historia de Rusia siempre ha sido
de mis favoritas, y cuando me enteré de que los vikingos fueron responsables
directos de dar a luz el estado predecesor de Rusia, lo vi todo claro. Sabía
que un día escribiría sobre Rurik y Oleg, los vikingos suecos que gobernaron
esos valientes exploradores y guerreros Suecos conocidos como Rus’. Las
palabras no pueden expresar mi entusiasmo con este nuevo proyecto, y la
cantidad de detalles históricos sobre distintas tribus y costumbres, convierte la
novela en un proyecto muy ambicioso, el cuál requiere de mucho trabajo e
investigación. No obstante, espero que muy pronto (¡ejem, ejem! 2021) los
lectores podrán disfrutarla tanto como yo estoy disfrutando al escribirla.
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