Entrevista a Gustavo G. A. León: Un bolsito de terciopelo azul bajo la lluvia




Portada del libro Un bolsito de terciopelo azul bajo la lluvia de Guillermo León. Editorial Adarve


Un bolsito de terciopelo azul es una novela divertida, ágil y muy humana cuyo autor, Guillermo León, dejó como legado a su hijo Gustavo, quien ha decidido publicarlo y compartirlo con todos vosotros. Aquí, Gustavo León nos responde a cada pregunta pensando en su padre... Muy emotivo.


Leer primeras páginas 





Háblanos un poco de ti. ¿Por qué elegiste escribir en castellano?

Guillermo León era argentino, es decir, un hispanoparlante. Claro que él hablaba y escribía en el español típico del Río de la Plata o, mejor dicho, en el español de la ciudad de Buenos Aires, tan rico en voces producto de la influencia de las diversas corrientes migratorias europeas del siglo XIX y primera mitad del XX, principalmente la italiana. Guillermo tenía, además, un especial y afectuoso oído para el castellano puro, por así decirlo; no en vano era hijo de un nativo de la Tierra de Campos, provincia de Palencia (Castilla y León).

¿Qué podremos encontrar entre las páginas de Un bolsito de terciopelo azul?

¡De todo! Aventura, tragedia, ironía, desparpajo, humor, ciertas reflexiones filosóficas y hasta metafísicas, desacralizaciones culturales varias… Cuatro personas muy distintas en sus preferencias literarias que leyeron el manuscrito el año pasado —que no conocieron al autor y que suelen tener una honestidad casi brutal en sus juicios— coincidieron en sus elogios y en el que «allí hay para todos los gustos».


¿En qué ingrediente reside la fuerza de este libro?

En la espontaneidad, la originalidad y la vitalidad con las que el autor desenvuelve sus textos. Guillermo tenía siempre a la vista un cartón en el que había pegado una cuartilla con una frase de su admirado Roberto Arlt: El futuro es nuestro por prepotencia de trabajo. Crearemos nuestra literatura no conversando continuamente de literatura, sino escribiendo en orgullosa soledad libros que encierran la violencia de un cross a la mandíbula. Sí, un libro tras otro, y «que tiemblen los eunucos».


¿Cómo definirías tu estilo?

Mi padre me refirió que así como Fellini concebía sus películas pensando imágenes de cómics (el gran Federico comenzó su carrera como autor de cómics), él escribía sus historias pensando en términos cinematográficos, es decir, escribía tratando de que su lector viera la acción y que leyera el texto con la naturalidad y receptividad con la que se puede ver una película.

¿Cuál es el personaje favorito de tu libro? ¿Por qué?

Yo no lo sé, pero dado que las historias de Un bolsito de terciopelo azul bajo la lluvia son básicamente autobiográficas, supongo que Guillermo habrá querido a todos sus personajes por igual, por haber sido parte de su propia vida y, en algunos casos, grandes amigos de su juventud.

¿Qué quieres transmitir a través de este libro?

Guillermo decía que el acto de escribir era para él una catarsis, una especie de cura para la angustia existencial, una manera de ser libre en medio de un mundo en el que cada vez es más difícil serlo en plenitud. Una vez le pedí que leyera un cuento mío y me diera su opinión. El relato me parece flojo en el ritmo –me dijo- pero hay una frase que te la robaría si no fueras mi hijo: «un artista es un exorcista de sí mismo». Mi padre sostenía que si un autor logra llevar a buen destino su auto-exorcismo, el resultado se traslada, se transmite al lector, haciendo que también este experimente la belleza y la vitalidad de ese acto catártico y liberador.


¿Cuáles son tus referentes literarios?

Papá amaba a Dostoievski, a Hemingway y a Lovecraft. En lengua española sentía un entrañable afecto y admiración por Cervantes, Roberto Arlt y García Lorca.

¿Cuál fue el último libro que leíste? ¿Por qué lo elegiste?

Un mes antes de que Guillermo muriera lo encontré en el sillón del jardín leyendo –o releyendo— El hombre que miraba pasar los trenes, de George Simenon, un autor que le resultaba particularmente grato y del que conservaba todos los libros.

¿Por qué crees que nuestros lectores debiesen leer tu libro?

Porque seguramente lo van a disfrutar; y se van a divertir, aún con el cross de derecha a la mandíbula…

¿Y ahora qué, algún nuevo proyecto?

Guillermo León dejó muchos trabajos terminados; trabajos que están allí, esperando ver la luz algún día. De momento, esperemos a ver el destino que tenga Un bolsito de terciopelo azul bajo la lluvia… Tal como papá solía decir, hay que darle tiempo al tiempo y a la vida.







Comentarios