Entrevista a Jesús F. Escanero, autor de Diario de una cálida conversación



El cambio climático es un hecho, desde hace años la ciencia nos advierte de el daño que el ser humano provoca en el medio ambiente a través de sus fábricas, la ganadería, el excesivo uso del plástico y las casi nulas —o nulas, directamente— normativas de reciclaje que existen en el mundo. A propósito de la  La Cumbre Mundial del Clima celebrada en España (del 2 al 11 de diciembre), Jesús F. Escanero nos presenta Diario de una cálida conversación, novela breve en la que el sol pretende darnos una gran lección en este sentido. ¿Quién debe hacerse cargo del cambio climático? ¿Por dónde debemos empezar? Os invitamos a conocer más a través de esta entrevista.



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¿Qué podremos encontrar entre las páginas de Diario de una cálida conversación?

Un relato fresco, juvenil y poético que trata de denunciar un problema tan actual como la destrucción del planeta por el hombre y apunta a una subyugante solución que pasa por que cada ciudadano, niño o mayor, político o no, se ocupen con amor del hábitat en que viven. Este amor pasa por ser capaces de responder al romero, de hablar con la cardelina o de preocuparse de las nubes.

¿En qué ingrediente reside la fuerza de este libro?

Aparte de la importancia del problema que trata, la destrucción del hábitat o casa común de los humanos, y la manera de presentarlo: un diario de las conversaciones del sol con dos niños, lo que llama poderosamente la atención es el tratamiento que se le da: la marcha de cada uno a descubrir su País de la Fantasía, para digerirlo desde el amor y hablarlo, contrastarlo para dar soluciones, después. Con ello el autor pretende solucionar este problema, aunque el tratamiento puede servir para la mayoría también de los otros que tiene la humanidad. Por ello el lenguaje esta ahí, en el centro del problema y de la solución. Para mí el libro no acaba con la última palabra, sino madurando los problemas en cada País de la Fantasía y comentando las soluciones y caminos con los otros afectados.

Cómo generaliza el problema

El problema evidentemente es universal y por ello, en primer lugar, se desubica a los personajes. Además, a los dos niños se añade un anciano, el mago de la montaña o curandero del pueblo, que servirá de contrapunto para extender el arco etario. En el apartado final, otro anciano hará posible conocer de donde procede esta historia.
El lenguaje mismo quiere hacerse protagonista y lo consigue, cada domingo, en las conversaciones de los muchachos con el sol. El lenguaje pretende ser asimismo un elemento generalizador.

¿Cómo describirías tu estilo?

Se trata de un estilo de narrativa poética, claro, brillante y pretendidamente atractivo que quiere jugar con la música de las palabras. Ahondando más, su estilo no es otra cosa que una tarea de búsqueda, algo que desmenuzar y aclarar con respecto al tema que trata.
Como autor, he procedido como actúa en el laboratorio cuando pretende desentrañar un tema.

¿Cuál es el personaje favorito de tu libro? ¿Por qué?

El sol que aparece humanizado y representa la vida. La manera de relacionarse con los otros protagonistas tiene las características de un pedagogo conocedor de las grandezas y miserias de la raza humana a través de toda su historia. Es el gran rector con la preocupación a flor de piel de que el mundo funcione de acuerdo a sus leyes.

¿Y de la literatura en general?

Existen varios. Si debo citar a uno de ellos en esta entrevista me quedo con Santiago, el viejo de El viejo y el mar de Hemingway, con su cáncer de piel, profundas arrugas en el cuello y montones de pecas en la cara, por su lucha y perseverancia.

¿Qué quieres transmitir a través de este libro?

Que la solución de los problemas de la humanidad no pasan solamente por la toma de conciencia de la población (manifestaciones, presentaciones, análisis…) y que las resuelvan los políticos, sino fundamentalmente por la educación de todo el arco poblacional, empezando por los más jóvenes. El País de la Fantasía fuerza a soluciones individuales desde el amor que posteriormente, a través del debate generalizado, deben dar forma a la conciencia y solución colectiva. Por esto precisamente creo que el texto no acaba con la última palabra.

¿Cuáles son tus referentes literarios?

García Lorca y Alberti, entre los poetas, y García Márquez, Delibes y otros, entre los novelistas.

¿Cuál fue el último libro que leíste? ¿Por qué lo elegiste?

El último releído es Memoria de tus putas tristes de García Márquez. La elección de este libro fue porque, aparte de presentarte una bonita estampa de la vejez, es un libro abierto donde aprendes lenguaje, formas de presentar los problemas, ingenio, etc.
Hace más tiempo, la última novela larga que leí es Patria de Aramburu, por el tema que narra y la información que se me había trasmitido de las peculiaridades en el estilo de escribir de ese autor.

¿Por qué crees que nuestros lectores debiesen leer tu libro?

Es un libro de rabiosa actualidad. La Cumbre Mundial del Clima celebrada en España (del 2 al 11 de diciembre) para tratar el problema denunciado en la novela coincide con la presentación de la misma. La propia Iglesia Católica va a participar en la mencionada cumbre. Los viernes para el futuro (Friday for future) de Greta Thunberg y la incorporación del problema en las aulas e inclusión en los movimientos de renovación pedagógica hacen de este texto la cualidad de recomendable, no solo como libro de debate en todos los centros educativos, sino en foros mucho más amplios y de lectura cuasi-obligatoria para todas las personas que desconocen el País de la Fantasía.

¿Y ahora qué, algún nuevo proyecto?

Acabo de concluir una nueva novela breve, Las medallas de un alférez de complemento, con el que se pretende rendir homenaje a los casi 300 mil universitarios que cumplieron el servicio militar de esta forma. En la actualidad he comenzado otra de colegiales, cuyo boceto tenía pergeñado desde hace un tiempo.









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