Entrevista a Julio Fajardo Sánchez, autor del libro En medio del tumulto



Julio Fajardo Sánchez dedica gran parte de su tiempo a la escritura, lo que le ha generado grandes satisfacciones, como el Premio de Novela Benito Pérez Armas en 2004. Hoy nos presenta En medio del tumulto, una novela de ficción cuyo protagonista, más que los personajes, es la época. Os invitamos a conocer más a través de esta entrevista.



Leer primeras páginas



Háblanos un poco de ti.

Soy un escritor que tiene tiempo para escribir todos los días. Esto es suficiente para convertirlo en un hábito. En 2004 gané el premio de novela Benito Pérez Armas, con El polvo debajo de la alfombra. Desde hace años publico artículos en la prensa. Me apasiona la actualidad observada desde el reposo. Tomo a sorbos retazos de la realidad y los transformo en opiniones que puedan ser asimilables por los demás, sin tratar de influir, como un coro de la existencia al que se puedan sumar otras voces silenciosas.

¿Qué podremos encontrar entre las páginas de En medio del tumulto?

Este libro es la necesidad de proclamar una cara distinta de la desgracia, la de aquellos que sufrieron y no tuvieron el eco suficiente para quejarse. La Guerra Civil dejó otras víctimas entre los que aparentemente la ganaron; gente que tuvo que estar callada por no disponer de espacio para lamentarse. Es la crónica de una generación nacida en la posguerra que desemboca ilusionada en la transición, y que asiste a la decepción que provoca el agotamiento de los modelos que defendieron. Un joven descubre unas cartas escritas por su abuelo, que luego será fusilado en Paracuellos. Se trata de un documento muy real; el otro aspecto de una historia que no ha sido contado.

¿En qué ingrediente reside la fuerza de este libro?

Creo que está en la sinceridad y en la veracidad de los hechos. Es una visión, sin triunfalismo ni derrotismo, que no pretende reivindicar injusticia alguna. Plantea los hechos como un accidente inevitable, como un fenómeno atmosférico que no se puede eludir y que arrasa vidas y proyectos, como ha ocurrido tantas veces en la Historia. Es la reseña de los perdedores que no pueden decir que perdieron. No existe mayor frustración que esa, ser una víctima anónima de la inundación. También es el relato de los supervivientes, las piezas fundamentales que intervienen en la reconstrucción de aquello que fue demolido.

¿Cuál es el personaje favorito de tu libro? ¿Por qué?

El personaje podría ser el autor de las cartas, pero en realidad es el escenario en que se escriben. El protagonista es el ambiente, aquello que trato de describir con realismo y que refleja la endeblez y la fortaleza de una época triste. En este sentido se huye del pesimismo para resaltar la amargura de la impotencia. Hay un ambiente de penumbra, en donde se vislumbran claridades en forma de esperanzas y ensoñaciones, siempre huyendo de la melancolía.

¿Qué quieres transmitir a través de este libro?

Describir un paisaje que estaba oculto, al que otras luces no permitían ver en su afán de deslumbrarlo todo con un derecho o con una exigencia mayor. Reconstruir con unos pocos datos los restos de un naufragio. Volver a un tiempo desconocido para muchos por la escasez de referencias. Atrapar a un ambiente que se escapa con la fugacidad de lo que es preferible olvidar.     

¿En qué referentes literarios te inspiraste para escribir este libro?

No obedece a ningún modelo. No creo en los referentes. Siempre se destila algo de insinceridad cuando tienes que recurrir a una fórmula que ya probó su éxito. Ninguno de los autores a los que leo me recomienda que los imite. Más bien hacen lo contrario. Llevo toda mi vida leyendo libros, y sería muy difícil elegir uno para inspirarme. Todo lo que leemos está en lo que escribimos y es muy difícil señalar a alguien por encima de los demás.

¿Cuál fue el último libro que leíste? ¿Por qué lo elegiste?

Leo varios libros a la vez. Ahora tengo entre manos a Antonio Scurati y su M, el hijo del siglo. Me ayuda mucho a entender el tiempo que hemos vivido y del que desgraciadamente no nos podemos desprender. No elijo los libros, ellos me eligen a mí. Se esfuerzan en seducirme, y si no lo consiguen los abandono rápidamente. En realidad, soy un promiscuo de la lectura.

¿Cuál es tu visión acerca del panorama literario actual?

No es mejor que cualquier otra actividad. Pienso que siempre ha sido igual. Un negocio al que hay que sacar algo de rentabilidad, y donde, a veces, suena la flauta por casualidad. El público es un misterio, y, para mí, el marketing y la publicidad pertenecen al ámbito de lo desconocido. Afortunadamente siempre hay una selección natural que hace que lo bueno sobreviva ante el oportunismo de la mediocridad. Al menos sirve para hacer la distinción. Ese consuelo nos queda.

Y ahora qué, ¿algún nuevo proyecto?

El proyecto es seguir. Tengo mucho escrito y me queda más por escribir. En eso consiste el oficio. Me gustaría tener a alguien que se ocupara de lo demás mientras yo hago lo que tengo que hacer; pero para esto es imprescindible que primero te elijan, que los lectores, que son los que al final tienen la última palabra, decidan leerte y te lo demanden cada día. Esa es la parte difícil de este asunto en el que nos metemos como una aventura incierta. No le pasa esto a otras profesiones más institucionalizadas.



ISBN: 978-84-18097-94-2
Número de páginas: 314
Formato: 150×230
Autor: Julio Fajardo Sánchez

Sinopsis:

Un joven descubre las cartas que escribe su abuelo atrapado en Madrid durante el gobierno del Frente Popular hasta que es fusilado en Paracuellos del Jarama. Durante años las oculta porque piensa que esa puede ser una prueba de afección a un régimen al que detesta. Este libro es la historia de una generación que surge en la posguerra y posteriormente es capaz de llevar a cabo una transición ordenada y pacífica hacia la democracia. En medio del tumulto es la descripción de un tiempo revuelto y desgraciado, el antecedente de una etapa de esperanza, descrita luego en Quédate conmigo. Se trata de un ejercicio de memoria silenciosa, vergonzante y no reivindicable, que también resulta imprescindible para entender el tiempo en que vivimos. 



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