Entrevista a Justo Chueca, autor de Compasión infinita

Compasión infinita es una novela que retrata la vida de los segadores en un pueblo de la provincia de Segovia, donde la palabra justicia resuena a gritos. En esta entrevista su autor, Justo Chueca, nos cuenta un poco más. 



Leer primeras páginas

Háblanos un poco de ti.

Siempre tuve el impulso de escribir, pero he sido antes y con más dedicación lector. Al educarme en Francia, descubrí la literatura en lengua española a los dieciséis años con la lectura de Don Quijote. Me maravilló, me confirmó que debía escribir. Después de toda una vida recibiendo como lector todo un legado de belleza y de saber, creo llegado el momento de contribuir con mi trabajo y mi experiencia vital para que pueda servir a otros.

¿Qué podremos encontrar entre las páginas de Compasión infinita?

La acción se desarrolla a finales del año 1930, el sistema político, monarquía y sucesivas dictaduras han agotado a España en una sangría económica y humana con el único objetivo de conservar unos intereses coloniales que nunca han beneficiado al país. En ese ambiente de descontento, inestabilidad política y atentados, se desarrolla la aventura de un hombre sencillo, un campesino que se ha propuesto castigar a un grupo de segadores culpables de un delito que cree que la Justicia no va a perseguir. En el recorrido por la España rural, técnicamente retrasada y pobre, el sentimiento que intento comunicar es la compasión por un pueblo que ha sufrido mucho y está a punto de explotar. Con relación a la mujer, compasión infinita, respeto y solidaridad, porque era entonces, y en algunos casos sigue siendo, víctima de todo tipo de atropellos.

¿En qué ingrediente reside la fuerza de este libro?

En cuanto a los sentimientos, el primero es la empatía que conduce a la compasión por el dolor de las víctimas y que se opone a la maldad que se extiende como el fuego entre personas sin valores morales. Compasión por las condiciones de vida del pueblo: sumisión, trabajo duro y pobreza. La compasión que es un sentimiento que en ocasiones nace hasta en las almas más viles. Con igual valor, destaca el amor, como el que siente Marcos por Jimena, indestructible y siempre constructivo.

Otro punto fuerte de la novela es la investigación muy cuidada de todos los aspectos de los que se habla, históricos, técnicos, de la vida y las costumbres, incluye conversaciones con personas que vivieron en esa época, que hoy ya no están pero cuyo testimonio se recoge en este relato.

¿Cuál es el personaje favorito de tu libro? ¿Por qué?

Es el relato de la vida de Marcos, pero procuro que no se apoye exclusivamente en él. El teniente de la Guardia Civil, Diego Medina y María, la ganadera de Lanuza, comparten protagonismo con Marcos y representan los valores de bondad, valentía y nobleza.

¿Qué quieres transmitir a través de este libro?

La forma de vida que se describe es la de nuestros abuelos, o bisabuelos y se va olvidando. Los procesos de trabajo en el campo subsistieron en nuestro país hasta los años cincuenta del siglo pasado. Los que podían no invirtieron en mecanización y productividad y el pueblo se moría de hambre. La clase dominante tenía una mentalidad feudal y trataba a sus trabajadores como si fueran sus siervos. La mirada retrospectiva nos puede servir para no incurrir en los mismos errores.

¿En qué referentes literarios te inspiraste para escribir este libro?

De forma consciente, no he seguido un referente literario, quizá el lector podrá descubrir otra cosa. No puedo disimular que comparto, con respecto a la época, la desilusión de la Generación del 98, y que admiro la labor de la Institución Libre de Enseñanza y sus logros pedagógicos, intelectuales y científicos. Yo he querido hacer una novela histórica que no hablara de hechos heroicos, sino de la vida de la gente de una época no muy lejana, pero que se está olvidando.

¿Cuál fue el último libro que leíste? ¿Por qué lo elegiste?

La Ciudad de los Prodigios de Eduardo Mendoza. He leído otros títulos de este autor y me gusta. En estos días de confinamiento, de los libros que tengo en casa es el único que no había leído aún.

¿Cuál es tu visión acerca del panorama literario actual?

Creo que es un momento de mucha producción literaria y bastante buena. Se está consolidando por cantidad y calidad la aportación femenina. Quiero destacar también la importancia de los premios literarios, que estimulan la creación y la calidad.

Y ahora qué, ¿algún nuevo proyecto?

Estoy trabajando en una novela sobre la emigración de los españoles. Los protagonistas son el abuelo, que huyó con sus padres al final de la Guerra Civil, y el nieto, que es titulado universitario y tiene que abandonar España en el año 2013 para encontrar una oportunidad en Francia. Es también un intento de valorar la cultura francesa, legado importante que, como todas las  culturas europeas, está injustamente en retroceso frente a las aportaciones norteamericanas.

ISBN: 978-84-18097-81-1

Número de páginas: 324

Formato: 150×230

Autor: Justo Chueca

Sinopsis:

En un pueblo de la provincia de Segovia, los segadores que trabajan en la finca de un miembro de la alta sociedad cometen un acto vil y atroz. Luego, un joven vecino los ataca con una hoz y mata a uno de ellos. Se ha propuestos castigarlos, acabar con todos, porque no cree en la justicia. Los segadores abandonan el campo y huyen por el monte. El potentado, ofendido, se queja a la Dirección General de Seguridad, en la que tiene poderosos valedores. Para complacerlo, sus contactos consiguen que la Guardia Civil mande al pueblo a un joven teniente especializado en investigación criminal. Se organiza una persecución a través de varias regiones del país, lo que permite ver la España rural de 1930. El campo español, poco mecanizado, no es competitivo. Entre el campesinado pobre, la mujer es, a menudo, víctima del amo y de su propia familia.