Entrevista a Ligia María Orellana, autora de En caso de avistar monstruos marinos
Número de páginas: 330
Formato: 150x230
Autor: Ligia Mª Orellana
Háblanos un poco
de ti.
Soy de El Salvador, me mudé a Chile hace
casi una década para seguir estudiando. Soy psicóloga social y trabajo en
investigación, en el área de bienestar y temas relacionados con comunidades LGBTI.
En mi tiempo libre me gusta leer, escribir y pretender que sé dibujar. Vivo con
mi esposo, José Andrés, y tenemos dos gatos. Yo tendría al menos un perro si
pudiera.
¿Qué podremos encontrar entre las páginas
de En caso de avistar monstruos marinos?
La sensación de
que se acaba el mundo pero hay cosas más urgentes de las que ocuparse. Son
varias historias en una, en realidad, porque estamos hablando de personas que crecieron
juntas; cada una arrastra una estela de problemas y fantasmas que involucran a
los demás. El trauma no persigue a un solo personaje, las convicciones de otro
personaje salpican al resto. También entre las páginas hay un volcán, muchos libros,
animales salvajes y ocasos en la playa. Aunque la premisa suena un tanto
catastrófica, y catástrofes hemos tenido de sobra este año, esta es una
historia sobre solidaridad y pequeñas victorias. Espero que el libro, sobre
todo en estos tiempos de angustia, le ofrezca un rincón reconfortante a quienes
lo lean.
¿En qué ingrediente reside la fuerza de este
libro?
Para mí, esta fuerza siempre debe residir en los personajes: sus
personalidades, sus dilemas, el “tira y encoge” de unos con otros. Espero que
ese sea el caso con este libro.
¿Qué quieres
transmitir a través de este libro?
No comencé a
escribir esta historia con ninguna intención particular y solo ahora que la
terminé entiendo las cosas que quería decir. La historia transcurre en el
futuro, después de los años 2100, pero no hay distancia temporal con las cosas
que yo considero esenciales (o quizás solo soy pesimista). Por cada arista de
la historia tengo un ensayo en mi cabeza, pero de modo global, quiero decir que
lo que va a salvarnos en medio del caos son nuestras hermanas y hermanos, sean
biológicos, adoptivos, escogidos o creados en un tubo.
¿Cómo describirías tu experiencia desde
el proceso creativo hasta tener el libro entre tus manos?
Comencé con esta historia cuando no sabía nada sobre escribir una novela.
Aprendí algunas cosas al respecto, o eso creo, mientras estudiaba el doctorado,
que era sobre psicología y ficción (siempre me ha gustado leer, a veces uno
investiga lo que uno es). Ahí entendí mejor el juego del lenguaje y pocas cosas
me han sido tan gratificantes en la vida como construir esta historia. Pero también
fue frustrante en los años en que presenté las primeras versiones del libro a
otras personas. Fue sumamente vergonzoso para mí cuando señalaron mis errores, tan
obvios como aparatosos, pero justamente por eso fue un aprendizaje invaluable
que le dio la forma final al libro. La escritura no es un proceso tan solitario
como lo venden, es necesario contar con gente que te lea con ojo crítico y
agradezco el tiempo y la experticia de quienes lo hicieron conmigo. Y así, finalmente,
el libro estuvo listo. Solo esperaba el visto bueno y entonces descubrí que no
quería soltarlo. Pero así debe ser, eso era lo que quería: que exista.
¿Cuál fue el
último libro que leíste? ¿Por qué lo elegiste?
Estoy por
terminar Los recuerdos del porvenir de Elena Garro. Lo elegí, primero,
simplemente porque la historia me llamó la atención. En segundo lugar, porque con
el tiempo me di cuenta de lo masculinizada que fue mi educación literaria y ahora
estoy tratando de ponerme al día con lo que me perdí.
Y ahora qué, ¿algún nuevo proyecto?
Fuera de algunos textos sueltos y mis dibujos, tengo algunas ideas, pero
todo está en el aire mientras no lo escriba en un cuaderno.
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