Entrevista a Pablo López Romano, autor de La heredad del señor

 

Pablo López Romano


Pablo López Romano 
es un madrileño de ascendencia extremeña y economista de profesión. De los recuerdos de su infancia en tierras de Extremadura surgen sus relatos. La heredad del señor es la historia de un paisaje ficticio de la Extremadura más desmesurada y real. Os invitamos a conocer más a través de esta entrevista.

La heredad del señor

ISBN: 978-84-18544-74-3

Número de páginas: 410


Formato: 150x230


Autor: Pablo López Romano


Sinopsis: Los forasteros que llegaban a la comarca de Los montes, un lugar que siempre estuvo en el fin del mundo, a orillas del Guadiana y a los pies de los Montes de Toledo, tenían la sensación de que el camino que les había llevado hasta allí fue trazado para que nunca tuvieran la osadía de volver a andarlo en el sentido contrario y se quedaran en ese territorio para siempre. El siglo XX llegó también, como un forastero más, a La Heredad, el corazón de la comarca. Al principio apenas se dejó notar, asomando tímidamente en las vidas de los dueños de todo y en las vidas de los que no tenían nada. Luego, al igual que en toda España, arrasó esta tierra con cambios que nadie era capaz de entender. Unos quisieron evitarlos y a otros se les desbocó la impaciencia por hacerlos realidad. Llegaron la República y la Guerra Civil. Las heridas de los que sobrevivieron permanecieron abiertas muchos años y dejaron cicatrices que no se borraron hasta varias generaciones después. Esta obra narra la historia de los Venecia, los Cifuentes, los Calatrava y los Garrapata, que es la historia de los jornaleros y los caciques, de los maquis y los guardias civiles, de los que salieron adelante y los que se rindieron, de los que perdonaron y los que no pudieron perdonar, de los que olvidaron y los que nunca supieron qué debían olvidar y qué recordar. Es la historia de un paisaje ficticio de la Extremadura más desmesurada y real.



Leer primeras páginas



Háblanos un poco de ti.

Acabo de cumplir 60 años. Nací en Madrid. Mi familia proviene de Extremadura, de un pueblo que se llama Herrera del Duque, en la zona de La Siberia extremeña. He trabajado muchos años en el mundo del petróleo y por mi carrera profesional viví largos periodos en varios países de Iberoamérica. Ahora resido en Lima, Perú. Desde niño fui un lector voraz, tanto de ficción, como de poesía y de ensayo. Tuve la suerte de educarme en un colegio francés y de aprender pronto el idioma inglés, por lo que pude leer a muchos autores en su lengua original. Quizá por eso le doy mucha importancia a los aspectos formales de la escritura. Procuro cuidar mucho todo lo que escribo, doy muchas vueltas al texto, soy muy lento. Siempre me faltaba tiempo para desarrollar una historia de largo alcance, por lo que escribía relatos breves y poemas, sin la pretensión de estructurar una obra publicable. Una larga convalecencia de una enfermedad en el año 2013 me dio el tiempo que requería para crear La Heredad del Señor, un proyecto que llevaba rondándome muchos años.

 

¿Qué podremos encontrar entre las páginas de La heredad del señor?

La Heredad del Señor es la historia del siglo XX en un escenario ficticio dentro de una geografía real. La Heredad, pueblo ficticio, está en la comarca ficticia de Los Montes y la sitúo entre las orillas del Guadiana y los Montes de Toledo, más o menos donde se ubica el pueblo de mi familia. La obra se estructura en relatos formalmente independientes pero conectados entre sí por las distintas generaciones de personajes que conviven en un mismo escenario. Los relatos, cada uno dedicado a una década del pasado siglo, forman una unidad que pretende reflejar, mezclando acontecimientos reales y ficción, lo que hay de profundo en una tierra muy particular, con gentes muy particulares.

 

¿En qué ingrediente reside la fuerza de este libro?

Como te decía antes, doy mucha importancia a los aspectos formales de la escritura. He querido que sea un libro bien escrito. Espero haberlo conseguido. Cada relato está narrado por un personaje diferente, por un forastero que llega a La Heredad, que al principio observa a distancia cómo son las gentes de ese lugar inventado, pero que, sin poder evitarlo, acaba formando parte de ese territorio, compartiendo los sentimientos y las pasiones de sus propios habitantes. Cada relato tiene por tanto una voz distinta. Independientemente de esto, creo que la fuerza del libro reside sobre todo en sus historias y en sus personajes. Mucho de lo que se narra ocurrió en realidad. Todos sus personajes principales son ficticios y conviven con personajes secundarios que forman parte de la historia de España, muchos de ellos olvidados. Los principales personajes están construidos no solo con mi imaginación, sino también, en muchos casos, con recuerdos de personas que conocí en mi infancia y en mi juventud.
 

¿Qué quieres transmitir a través de este libro?

Sencillamente quiero narrar historias y quiero expresar sentimientos. Pese a que Los Montes es un paisaje inventado y que La Heredad es un lugar que, hasta ahora, solo ha existido en mi imaginación, a través de ellos y a través de los personajes del libro, he acabado expresando mi amor por una tierra y por su gente.

 

¿Cómo describirías tu experiencia desde el proceso creativo hasta tener el libro entre tus manos?

El proceso creativo fue mi largo. Tardé más de tres años en escribir La Heredad del Señor, alternando períodos de mucha dedicación con períodos en los que la dejaba aparcada durante semanas. Desde que la puse en manos de Adarve y hasta tener el libro en mis manos viví la satisfacción de ver cómo poco a poco el proyecto adquiría forma. Las sucesivas correcciones, la elección de la portada, todo forma parte del proceso de escribir. Para mí los libros son, físicamente, el objeto más bello. A lo largo de mi vida he juntado más de 5000 en mi biblioteca. Ver ahora La Heredad del Señor en sus estantes es una satisfacción.  

 

¿Cuál fue el último libro que leíste? ¿Por qué lo elegiste?

Normalmente leo varios libros a la vez, compaginando ficción y ensayo. Además, durante estos meses de encierro más o menos estricto, he tenido muchas horas para leer. Lo he aprovechado en buena media. Acabo de terminar la novela “Los chicos de la Nickel” de Colson Whitehead. La elegí porque me gusta mezclar lecturas de mis autores de referencia con los autores del momento. Whitehead es ahora un escritor en la cresta de la ola. Ha ganado dos veces el premio Pulitzer y quería comprobar si me deslumbraba tanto como parece que ha deslumbrado a la crítica. También acabo de leer “El jinete pálido”, un ensayo muy interesante sobre la pandemia de la gripe española del siglo pasado. Ahora estoy leyendo la última novela de Sara Mesa y el ensayo de Douglas Murray “La masa enfurecida”.

 

¿Cuál es tu visión acerca del panorama literario actual?

Se publica tanto que es imposible tener una visión medianamente profunda del panorama literario. Por lo que se refiere a España, me siguen fascinando los autores vivos consagrados. Casi todo lo que han publicado en los últimos años - y he podido leer - escritores como Landero, Benítez Reyes, Trapiello, Mateo Diez, Marías, me parece muy bueno. Y descubro continuamente autores muy interesantes, como la misma Sara Mesa, Santiago Lorenzo o Alberto Olmos. Y, sobre todo, hay un sinfín de escritores fuera del circuito más comercial que escriben muy bien.

 

Y ahora qué, ¿algún nuevo proyecto?

Estoy con dos proyectos. Avanzo muy lentamente. Uno, continúa en el mundo de La Heredad. El otro es un libro de poemas. Espero que alguno de los dos se concrete pronto y salga a la luz.

 

Comentarios

  1. Como te decía antes, doy mucha importancia a los aspectos formales de la escritura. He querido que sea un libro bien escrito. Espero haberlo conseguido. Pues si, lo has conseguido :-)

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