Entrevista Arturo Lorenzo Álvarez, autor de Vomitando Catalunya

 

Arturo Lorenzo Álvarez

Arturo Lorenzo Álvarez es un escritor asturiano, licenciado en Derecho. Es autor del libro de cuentos Minerales y del conjunto de narraciones Corazones en barbecho (Ed. Caligrama). Su última obra, Vomitando Catalunya es un ensayo sobre la experiencia de vivir en Cataluña. Os invitamos a conocer más a través de esta entrevista.


ISBN: 978-84-18544-16-3

Número de páginas: 226


Formato: 130 x 200


Colección: Ensayo 2000


Autor: Arturo Lorenzo Álvarez


Sinopsis: Nacido en Asturias y criado en Zaragoza, con casi cuarenta años y cansado de Madrid, el protagonista de este relato decidió un buen día liarse la manta a la cabeza, abandonar su trabajo en la metrópoli y trasladarse a Cataluña. Los primeros años parecen confirmar lo acertado de esta decisión. Se ha adaptado, es feliz y siente que por fin, tras hacer rodado por media España, ha encontrado su sitio. Sin embargo, el 6 de septiembre de 2017 todo cambia: aquella noche se producen unos hechos que apenas alcanza a entender. A través de la televisión, es testigo de cómo los partidos independentistas, con mayoría absoluta en la cámara pero con un apoyo que no alcanza el 50% del censo, votan y aprueban en el Parlament su desconexión de España. De un plumazo, la Constitución y el propio Estatuto de Autonomía son derogados. Al día siguiente, su mundo, aquel que se había construido a la medida de sus sueños y creía tener bajo control, ha desaparecido. Estupefacto, descubre que durante más de una década ha vivido rodeado de personas terriblemente frustradas y oprimidas sin haberse percatado de ello. De repente, se ha convertido en el enemigo y comienza a vivir una pesadilla interior que no consigue digerir y que finalmente necesita, como sea, expulsar.



Leer las primeras páginas 


Háblanos un poco de ti.

Soy un tipo normal. Un hijo de su tiempo que creció en una familia que afortunadamente contó con los medios suficientes como para que sus hijos pudieran estudiar una carrera universitaria. Tras terminarla con más pena que gloria, hice la mili (debí de ser uno de los últimos) y después me puse a trabajar. Y a partir de ahí, me compré una casa, firmé una hipoteca y como el común de los mortales me dediqué a pagar puntualmente mis facturas e impuestos y a tratar de no meterme en líos.

Educado bajo la premisa de lo importante que era la Democracia y de lo que había costado conseguirla, siempre estuve pendiente de la política, aunque no de una manera activa, sino más bien contemplativa. Un interés que, como les ha ocurrido a muchos de los de mi generación, se ha convertido en desengaño.

Y poco más. Es verdad que desde muy joven he escrito y no voy a negar que siempre he tenido ciertas pretensiones literarias, más bien fantasías. Lo que nunca habría imaginado es que acabaría escribiendo un libro como éste. Tampoco que iba a vivir una situación como la que me tocó vivir.

 

¿Qué podremos encontrar entre las páginas de Vomitando Catalunya?

Es un libro a mitad de camino entre el ensayo y la autobiografía. Y cuenta la increíble y en cierto modo descacharrante historia de un español, nacido en Asturias y criado en Zaragoza, que con casi cuarenta años decidió dejar su trabajo en Madrid para irse a vivir a Cataluña y de cómo un día, casi una década y media después, se levantó de buena mañana y descubrió que una parte sustancial de sus vecinos lo consideraba un opresor, un fascista, un colonizador, un lacayo y con toda probabilidad cosas aún peores.

 

¿En qué ingrediente reside la fuerza de este libro?

En su sinceridad sin concesiones. Se podrá estar de acuerdo o no con lo que en él se describe, pero tengo la completa seguridad de haberme desnudado, tanto para lo bueno como para lo malo; sin filtros, sin luces favorecedoras ni maquillajes, mostrando mis perfiles más íntimos y no precisamente los más favorecedores.

Este libro lo empecé el mismo día en que decidí marcharme de Cataluña y fue escrito del tirón, nada más instalarme en mi nuevo hogar, para purgarme y exorcizar mis fantasmas. Y se nota. Nació fruto, más que de la necesidad de verbalizar mi situación, de escupir el hartazgo y rabia que el empacho independentista me había provocado. De ahí su título, que para nada quiere significar que Cataluña, al menos la que yo conocí y amé, la tierra en la que después de dar vueltas por media España había decidido asentarme, sea vomitiva.

 

¿Qué quieres transmitir a través de este libro?

Todo lo que he sentido y vivido durante el “Proces”, durante estos años de tristes mentiras, patéticas manipulaciones y cuentos chinos. Un auténtico tobogán extremo. El desconcierto y la incredulidad inicial. La decepción, la soledad, el dolor, la paranoia e incluso el miedo. Pasando por la hilaridad y hasta el odio más profundo.

 

¿Cómo describirías tu experiencia desde el proceso creativo hasta tener el libro entre tus manos?

Como una aventura, sin duda. Y también, en cierta medida, como un embarazo, imagino.

Del proceso creativo ya he hablado: fue algo visceral, que me salió de las tripas como una náusea.

Luego, recuerdo la etapa de búsqueda de contactos y el envío del original a todas las editoriales que se me pusieron a tiro. La tensa espera. Las semanas de silencio. Los primeros mensajes, cuando los hubo, de rechazo. Y por fin una respuesta positiva. Y, casi inmediatamente después, otra y hasta una tercera. Lo que trajo consigo un nuevo calvario: el de tener que elegir.

A partir de ahí fue todo más divertido: redactar la sinopsis, encontrar una fotografía mía más o menos adecuada, el diseño de la portada, las últimas correcciones….  Hasta que, como en todo parto, llega el feliz día del alumbramiento de la criatura y la puedes coger, lleno de satisfacción y también con algo de temor, entre tus brazos.  

 

¿Cuál fue el último libro que leíste? ¿Por qué lo elegiste?

Pues el último con el que estoy es Cien años de soledad. Soy reincidente. Lo estoy releyendo, y no será la primera ni la segunda vez. Ni la tercera. Cada cierto tiempo necesito volver a Gabriel García Márquez. Además de un referente, es un poco como mi reposo del guerrero. Acudo a él para relajarme y coger fuerzas, por decirlo así.

 

¿Cuál es tu visión acerca del panorama literario actual?

Pues creo que nunca ha sido más heterogéneo. Ni más accesible, gracias a las nuevas tecnologías y a la impresión bajo pedido. Y eso que yo soy de ir a las librerías tradicionales y de oler y tocar… los libros, me refiero.

Por lo demás, tengo cierta curiosidad por saber hacia dónde se va ir a partir de la situación actual provocada por el covid. Si va a nacer alguna corriente nueva: una suerte de literatura pandémica centrada en el fenómeno o, por el contrario, una postpandémica que busque la evasión y el olvido. Imagino que habrá de todo. Me gustará verlo.

 

Y ahora qué, ¿algún nuevo proyecto?

Pues, sí. Cuando me puse con Vomitando Catalunya acaba de terminar una novela: Segunda venida, que, mientras la estaba escribiendo, descubrí que seguramente acabaría convirtiéndose en una trilogía. Así que he empezado con la segunda parte: Vía crucis.


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