Entrevista a María Asunción Monzón, autora de Nublado espejo
María Asunción Monzón es una escritora burgalesa licenciada en Filología Hispánica. Comenzó en el mundo literario con su poemario Rosa de agua. Nublado espejo es una mirada retrospectiva y distorsionada de un tiempo vivido que vuelve a proyectarse sobre el presente. Os invitamos a conocer más a través de esta entrevista.
Número de páginas: 90
Formato: 150 x 230
Colección: Verso y color
Autor: María Asunción Monzón
Háblanos un poco
de ti.
Me he dedicado toda mi vida laboral a la educación, por la que he sentido
siempre verdadera pasión y con la que sigo comprometida. Otra de mis grandes
pasiones es la lectura y gracias a ella entré en el mundo de la poesía, y es en
este género en el que me siento más cómoda para expresar mi mundo interior.
¿Qué podremos encontrar entre las páginas
de Nublado espejo?
Una reflexión sobre el tiempo vivido y cómo éste incide y explica en
parte cómo somos en el momento presente.
¿En qué ingrediente reside la fuerza de este
libro?
Escribir es para mí una necesidad pues me permite transformar la realidad
que vivo en imágenes, y es en éstas donde creo que reside su mayor potencial.
Ellas me ofrecen la posibilidad de explicarme a mí misma y el entorno en el que
estamos metidos.
¿Qué quieres
transmitir a través de este libro?
Sobre todo el
valor que el pasado tiene para explicar en parte el presente que vivimos y que
nos va transformando.
¿Cómo describirías tu trayectoria de
escritora desde la primera publicación hasta esta última?
Este es mi
segundo libro, y con respecto al primero creo que he experimentado una madurez reflexiva
mayor, aunque aún queda un largo camino.
¿Cuál fue el
último libro que leíste? ¿Por qué lo elegiste?
Acabo de terminar
de leer El miedo de los niños,
de Muñoz Molina, que es uno de mis autores preferidos porque siempre me aporta
reflexiones interesantes tanto sobre la vida como sobre la literatura.
Y ahora qué, ¿algún nuevo proyecto?
En principio no
tengo nada concreto a la vista, pero la realidad actual nos está llenando de
sorprendentes imágenes (sociales y personales) que habría que asimilar
reposadamente para poder transformarlas después.
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