Federico Beines es un escritor nacido en Buenos Aires, finalista del VII Premio Hispania, ganador del Primer Premio de Novela de la Jornada Médico Literaria (Buenos Aires, 2005), etc. Guía de forasteros es una novela sobre los orígenes de la ciudad de Buenos Aires Os invitamos a conocer más a través de esta entrevista.
ISBN: 978-84-18663-54-3
Número de páginas: 246
Formato: 150 x 230
Colección: Imperium
Autor: Federico Beines
Sinopsis: Esta novela funciona como un pasadizo a través de un tiempo en penumbras: los orígenes de la ciudad de Buenos Aires; hispánicos por cierto, aunque también multiétnicos. Se trata de una ciudad conocida por este nombre ya en sus inicios pero cuya denominación, desde su acta fundacional, es otra, hoy en el olvido; Buenos Aires se llama de ese modo oficialmente solo desde 1996. Además del nombre, ¿qué otros sucesos se han perdido? ¿Qué personajes han sido descartados a lo largo de la Historia? Aquí se narra el caso de una familia española que se instala en el Virreinato del Río de la Plata durante el siglo XVIII y cuyas generaciones ulteriores se mudan al fundarse la ciudad de Mar del Plata, a fin del siglo XIX en plena época de epidemias. Dicha historia se convierte en la lamparita que nos guía por una geografía nebulosa y en formación, para así recuperar lo que sus habitantes creyeron haber escondido con todo éxito.
Háblanos un poco
de ti, de esa relación con la literatura.
Es algo muy antiguo. Tuve la suerte de
contar con maestras de literatura muy interesadas en explotar mi imaginación en
la escuela primaria, por lo que mis primeros cuentos son de cuando tenía 10
años. A partir de allí, siempre estoy pensando en qué podré leer, en qué
historia será la próxima para contar. La literatura atraviesa también mi tarea
como psiquiatra, que consiste en trabajar con las historias personales o, más
específicamente, con qué historia se cuenta cada uno a sí mismo. Esta vertiente
de lo literario es muy cotidiana para mí.
Es decir que la literatura está bastante presente
en tu trabajo. ¿Has participado en talleres literarios con pacientes?
Mi experiencia en grupos está relacionada
más a niños y adolescentes. Lo que me ha funcionado muchísimo con ellos es el
armado de historias en talleres de cine y video. Son experiencias de alto
impacto emocional. El taller literario lo veo como algo de mayor orfebrería, aún
me lo debo.
¿De qué manera se concibe Guía de forasteros como novela
histórica?
Se trata de una
novela ambientada en los orígenes de las ciudades de Buenos Aires y Mar del
Plata. El género de novela histórica me atrae por esa delgada línea entre la
ficción y la realidad, vale decir, entre el relato de la Historia como voz
unívoca y las experiencias múltiples e íntimas de sus personajes. Verdades
develadas, universalmente aceptadas, que conviven con versiones menos conocidas
pero que tienen igual o mayor potencia. En Guía de Forasteros se narra el rol
que tuvieron las nodrizas en la crianza de las generaciones de las familias
influyentes de la Argentina. ¿Es una historia sobre los procesos de mestizaje? Claro
que no. Tal vez Nabokov diría que esos temas son las nervaduras invisibles de
la novela, así como también Guía de Forasteros puede leerse como una historia
de amor perturbadora.
Las historias de amor imposible más
tradicionales, entre diferentes clases o religiones, es raro que traten la
relación entre patrones y nodrizas. ¿Buscaste originalidad en ello?
La historia de amor se
arma sola al asomarse a ese mundo de la esclavitud que siguió vivo más allá de
la abolición formal en el siglo XIX. Es cierto que las historias de las
nodrizas, quizás de las mujeres en general, en esa época son poco visibles. Y
echar una mirada sobre eso conlleva una tensión que mueve al romanticismo y al
mismo tiempo lo opaca, lo destiñe.
¿Cuál fue el
último libro que leíste? ¿Por qué lo elegiste?
Estoy en una
etapa de relectura, y lo último que encaré fue Bartleby, el escribiente, de
Melville. Es muy curioso como hoy puedo entenderlo como un texto futurista
desde lo psicológico, anticipando esta era del teletrabajo que el coreano Byung
Chul Han define como de autoexplotación. Por supuesto que Bartleby, en ese
sentido, se rebela contra esto que sucede hoy.
Justamente la voz narradora de Guía de
Forasteros se define como un adicto al trabajo
Y agrego: un
trabajo que el narrador sabe que no le pertenece. Un empleado del mes,
dispuesto a autoexplotarse si el jefe lo deja de lado. Si Borges en el prólogo
de Bartleby dice que “Basta que sea irracional un solo hombre para que otros lo
sean y para que lo sea el universo”, hoy esa profecía está cumplida y tenemos
que buscar la irracionalidad y la rebelión en otros ámbitos. Como dice el
coreano, “hoy no hay contra quién dirigir una revolución”. Lo que sucede en la
voz del investigador de Guía de Forasteros es la búsqueda en el fuero íntimo de
una salida a ese contexto atrapante que se repite generación tras generación.
Y ahora qué, ¿algún nuevo proyecto?
Estamos
terminando una novela a dos voces con mi amigo el escritor Diego Reig, un
proyecto que nos llevó más de cinco años y que amenaza pasar las 500 páginas. Y
por otra parte estoy incursionando en la literatura infantil de la mano de mi
hijo mayor, de sólo seis años. Nuestra producción es conjunta; de más está
decir que él me supera en imaginación, y suele volcarla hacia las
ilustraciones. Los disparadores de las historias son suyas y yo me limito a
armar el relato. El resultado es sorprendente. Guía de Forasteros está dedicado a mis dos hijos, entendiendo que
uno de mis roles es velar por el desarrollo de sus extraordinarias fantasías.
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