Rafael Romero Rico es un joven escritor madrileño y terapeuta y docente en el Centro de Psicología Bertrand Russell. Autor de libros como El rumor del olvido (Alfar) y Reverso (Adarve), entre otros, Miedo es una serie de poemas y reflexiones que
buscan dar luz, compañía y esperanza, ante los innumerables miedos que nos
encontramos todos los días. Os invitamos a conocer más a través de esta entrevista.
ISBN: 978-84-18663-26-0
Número de páginas: 178
Formato: 150 x 230
Colección: Adarve
Autor: Rafael Romero Rico
Sinopsis: «Enhorabuena Rafael, porque has enfocado el miedo de una forma tan original e impactante, como práctica y eficaz. La lectura de tu libro no nos dará soluciones mágicas, nos facilitará algo mucho mejor: profundizar en nuestro conocimiento, plantar cara a nuestros miedos y superar sus trampas y limitaciones». María Jesús Álava Reyes, CEO de Apertia Consulting y Centro Psicología Álava Reyes
«Ocho décadas después del clásico de Riezler sobre la psicología social del miedo, sugiriendo que los seres humanos tenemos miedo “de” algo o “por” algo, me encuentro con este reconfortante trabajo de Rafael Romero que, al igual que el primer autor, nos muestra muchas cosas que temer, pero una que puede vencerlas a todas… la esperanza». Ángel Gómez Jiménez, Catedrático de Universidad. Facultad de Psicología. UNED.
«Rafael Romero hace una radiografía excepcional de nuestros miedos, nuestras dudas y, de paso, nuestras esperanzas. Su libro nos ayuda a escribir nuestro propio guion convirtiendo el miedo en nuestro aliado. Pablo Remón, guionista, dramaturgo y director de cine y teatro
«En una época de desasosiego y oscuridad, el autor nos regala estas reflexiones —en ocasiones poéticas— acerca de los miedos que alberga la idiosincrasia del ser humano. Un espejo con el que atrapar esos pequeños rayos de luz que se cuelan entre las rendijas de nuestros confinamientos y que, reflejados en él, iluminarán el espacio que habitamos».
Mariano Quirós García, científico del CSIC en Historia de la Lengua Española
Leer primeras páginas
Háblanos un poco
de ti.
Cuando a uno le
preguntan que cuente algo sobre él mismo no sabe si ruborizarse, o coger la
ocasión para hacerse con el esplendor que su ego reclama. Tampoco sabe si
derramar ríos de tinta delante del espejo, o ser escueto. ¿Algo sobre mí? Soy
una persona existencialmente ambiciosa, patética y maravillosamente ambiciosa,
que para su asombro está viva escribiendo estas líneas en medio de un universo
sordo, oscuro e infinito. Aunque lo más sorprendente, es que haya otro ser vivo
que pueda leer estas palabras. La vida es la hostia.
¿Qué podremos encontrar entre las páginas
de Miedo?
El lector encontrará poemas y reflexiones que
buscan dar luz, compañía y esperanza, ante los innumerables miedos que nos
encontramos todos.
¿En qué ingrediente reside la fuerza de este
libro?
Quizás la mayor
fuerza del libro resida en su profundidad. Paradógicamente, para muchos esta
será su mayor debilidad. Ahora prima la rapidez, la comodidad y la
superficialidad.
¿Qué quieres
transmitir a través de este libro?
Me gustaría
transmitir al lector que no está solo. Ni siquiera en sus miedos más íntimos,
hirientes e inconfesables.
¿Cómo describirías tu trayectoria de
escritor desde la primera publicación hasta esta última?
Han pasado unos doce años y seis publicaciones
desde mi primer libro a este. Definiría esa época como apasionante, a ratos
decepcionante. Tristemente, a veces me centro en la opinión que han generado
mis libros en los lectores, olvidando que, de largo, lo mejor que
me da y nunca me dará escribir es un sentido para vivir.
¿Cuál fue el
último libro que leíste? ¿Por qué lo elegiste?
El último libro
que he leído es Las partículas elementales, de Michel Houellebecq. Lo elegí
porque me dijeron que era irreverente. Combina con inquietante descaro
sensibilidad con grosería.
Y ahora qué, ¿algún nuevo proyecto?
Llevo tres años
con mi último proyecto, la historia de una mujer que espero no deje indiferente
a nadie que la conozca. Su creación a estado sujeta a varias interrupciones,
las últimas, una pandemia que me llevó a escribir “Ni calvo ni dos pelucas”, y “Miedo”.
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