Entrevista a Alberto Martín-Aragón, autor de Te amo porque bebo mal whisky

 

Alberto Martín-Aragón

Alberto Martín-Aragón es un escritor madrileño, autor de seis novelas, dos libros de poemas y un libro de cuentos. Te amor porque bebo mal whisky es una obra sobre la odisea de una mujer temeraria y rijosa que asume con estoicismo y humor todos sus hundimientos y fracasos. Os invitamos a conocer más a través de esta entrevista.


Te amo porque bebo mal whisky

ISBN: 978-84-18828-98-0

Número de páginas: 168


Formato: 150 x 230


Colección: Adarve


Autor: Alberto Martín-Aragón


Sinopsis: En un mundo en frenética y grotesca descomposición, abocado a un escenario de trazas apocalípticas, Sara Besteiro, hedonista por fatalidad, profeta de un pesimismo tan lúcido como chusco, testaruda e impertinente filósofa de bar y de alcoba, se niega a renunciar a su vivir maldito y errático al tiempo que lucha rabiosamente por mantener su autonomía intelectual y ética. Esta obra relata la odisea de una mujer temeraria y rijosa que asume con estoicismo y humor todos sus hundimientos y fracasos. Esta novela es también un descenso a las cloacas de la sabiduría, donde el conocimiento fluye mezclado con residuos de soledad, locura y terror.




Leer primeras páginas


Háblanos un poco de ti.

 Soy un tío al que le gusta dormir largas siestas y que se siente bastante dichoso cuando orina en el retrete de un avión. Al hacer pipí a diez kilómetros de altitud, tengo la sensación de que Jesucristo, Buda y el espectro de Albert Camus me están dando palmaditas en la espalda.

También soy un tipo que tiene la fortuna de estar casado con una mujer muy inteligente y muy sabia. Sin esa mujer, yo estaría ahora mismo haciéndome pajas en un centro penitenciario o buscando restos de pescadilla en los contenedores de basura.

 

¿Qué podremos encontrar entre las páginas de Te amo porque bebo mal whisky?

 Soledad, aventura, miedo y una sexualidad que oscila entre lo sagrado y lo sórdido. Y en medio de todo este mejunje de sensaciones es posible hallar a una mujer temeraria y excéntrica que hace bromas en las tabernas del infierno y que intenta conservar la dignidad cuando la jauría humana inicia sus deportes favoritos: la devastación y el linchamiento.

 

¿En qué ingrediente reside la fuerza de este libro?

 Creo que la fuerza de esta novela reside en su lenguaje directo y crudo. Yo no escribo para gente que no disfruta con la contemplación del vello púbico o que aboga por su depilación total.

 

¿Qué quieres transmitir a través de este libro?

 Que el ser humano es el peor monstruo que hay en este planeta. Pero un monstruo capaz de amar. El amor no soluciona los problemas, pero nos reconcilia momentáneamente con el espectáculo grotesco y paradójico de la existencia. Incluso el amor más sucio y flatulento sirve de desodorante vital. Y no añado nada más sobre este asunto porque acabaré pareciendo un cursi pestilente. Y me odio mucho cuando eso sucede.

 

 ¿Cómo describirías tu trayectoria de escritor desde la primera publicación hasta esta última?

 En toda la ficción que he publicado hasta ahora hay un denominador común: la posibilidad de sentir la vibración del nervio central del universo en cualquier acción o en cualquier criatura por triviales y repulsivas que puedan parecernos.  Incluso en la rotura de una botella de vino peleón contra un pavimento mojado de rocío puede entreoírse el grito de angustia o de gozo de los muertos. Los muertos nos protegen hasta que somos como ellos.  

  

¿Cuál fue el último libro que leíste? ¿Por qué lo elegiste?

 Pedro Páramo, del mexicano Juan Rulfo. Es la séptima vez que releo esta novela y es muy posible que la vuelva a releer en 2022. Ahora soy más de releer que de leer. Pedro Páramo es un prodigio técnico: articula distintos niveles de realidad con una fragmentariedad tan sutil como aterradora. La frontera entre el mundo visible y el mundo de los espíritus se volatiliza en una nube de tétrico y polvoriento lirismo y todo el artefacto narrativo queda envuelto en una atmósfera fantasmagórica que, pese a su carácter subterráneo y onírico, atesora la transparencia aplastante de una vigilia canicular.

 

 Y ahora qué, ¿algún nuevo proyecto?

 Estoy trabajando en una novela sobre la sexualidad de los ancianos. En pocos años seré un viejo y, si sobrevivo al Covid o a la siguiente mierda que nos vomiten, tendré que hacer frente a mi decadencia física y sexual. Quiero empezar a instruirme en el arte de la resignación. 


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