Entrevista a José Luis González García, autor de Un trozo de queso

 

José Luis González García

José Luis González García es un escritor leonés, que ha publicado sus primeros cuentos en el suplemento literario El Filandón, del Diario de León. Su primer libro de relatos publicado fue La bisagra, al que sigue Clavos en el viento (Ed. Adarve, 2020). En Un trozo de queso, ofrece al lector un reencuentro con el placer de leer. Os invitamos a conocer más a través de esta entrevista.


Un trozo de queso

ISBN: 978-84-19151-26-1

Número de páginas: 188


Formato: 150 x 230


Colección: Adarve


Autor: José Luis González García


Sinopsis: Hay en este librito relatos variados, originales, bien contados que unen la sencillez de estilo con la riqueza expresiva. Los hay aventureros, cotidianos, imposibles, trascendentes. El primero se sitúa en un pueblo leonés a mediados del siglo XX y nos habla de las esperanzas y las desigualdades entre sus pocos habitantes. Hay más cuentos que se desarrollan en el León de los siglos XX y XXI, como La campana de La Puebla o La paz, uno de los más ambiciosos del libro: se centra este en las «cero horas», momento en que entra en vigor la paz tras la guerra civil española. El cuento es rotundo y emocionante. Celebrando las Lemurias es un policíaco ambientado en la Roma del siglo I. Las Lemurias eran la fiesta en la que los familiares muertos entraban en las casa de los vivos. Esta historia tiene un aire especial (paranormal, diríamos nosotros). Hay más relatos ambientados en la antigüedad como Tulo, una historia dura y despiadada sobre el rey latino del mismo nombre que reinó en el siglo VII a.C. En Un poema de emergencia, una mujer trata de reconstruir el poema que su hija debe llevar al día siguiente al colegio y que ha sido destruido accidentalmente. También el humor tiene aquí su lugar: a veces resulta resbaloso y absurdo como en Pude haber sido poeta o El Sócrates, otras claro y paródico como en la extraña aventura del cruzado Don Don, que cierra el libro.


Leer primeras páginas


Cuéntanos algo de ti.

Aunque tengo otra profesión, las artes siempre han supuesto para mí una pasión. Escribir a veces me resulta fácil, otras muy difícil, pero siempre, cuando estoy inmerso en una historia con la pluma en la mano, pierdo la noción del tiempo y me siento totalmente centrado en lo que estoy haciendo y disfrutando.

Soy también lector voraz. Llegué a tener una pequeña biblioteca en el baño.

Escribo con ambición, queriendo conseguir plenamente la historia que me ocupa, sin pensar en quién la va a leer. Eso me permite hacerlo en libertad.

Resido y trabajo en Murcia, ciudad que me ha acogido con cariño y a la que yo también se lo profeso. No obstante, mis raíces se encuentran en las tierras leonesas.

 

¿Qué vamos a encontrar en Un trozo de queso?

En primer lugar, el relato que da título al libro. Es corto, pero me gustó mucho escribirlo y creo que quedó bien. La ilustración de portada hace referencia al más largo, Celebrando las Lemurias: es una historia ambientada en la Roma antigua. Los personajes se enfrentan al esclarecimiento de un asesinato ocurrido diez años antes. Los lémures son el espíritu de los muertos familiares, que tendrán mucha importancia en la narración. La campana de la puebla es un cuento posible y actual, en que la realidad de un pueblo que vive la reconversión minera encuentra una original solución para sustituir la campana de la iglesia mientras la arreglan.

En La paz se describen con fuerza los últimos minutos antes del final de la Guerra Civil española en un pequeño pueblo del norte.

Los relatos son variados de argumento y con interesantes soluciones. Creo que no decepcionarán a nadie.

 

¿En qué ingrediente reside la fuerza de este libro?

Todos los relatos están escritos con una prosa justa y nada barroca. La intensidad o la fuerza del libro reside en que cada historia está escrita tal y como pide ser contada, en ocasiones con concisión poética, otras veces de modo más extendido, pero con claridad. Varios de los cuentos son netamente aventureros, y la acción rebosa en ellos. Algunos ofrecen un humor sutil… En fin, que la variedad y el cuidado puesto en su redacción ofrecen un todo del que estoy satisfecho.

 

¿Qué quieres ofrecer mediante este libro?

Muy sencillo. Ofrezco con mis cuentos el placer de leer buenas historias, bien contadas. Al menos es lo que pretendo.

 

¿Cómo describirías tu trayectoria de escritor desde la primera publicación hasta esta última?

Mi primera publicación fue cuando era un adolescente: se trataba de un cuento que salió en Hornaguera, revista de la Hullera vasco-leonesa. De eso hace… mucho. No he dejado de escribir nunca. El primer libro que publiqué, La bisagra, era muy concentrado y creo que de muy buena calidad. En él había relato y microrrelato. He ido dejando el microrrelato más apartado en esta parte de mi vida y estoy escribiendo cosas más extensas.

 

¿Cuál fue el último libro que leíste? ¿Por qué lo elegiste?

Los cuatro jinetes del Apocalipsis, de Vicente Blasco Ibáñez. Es una novela estupenda. Me gusta leer tanto contemporáneo como de antes. De Blasco Ibáñez se leen, sobre todo Cañas y Barro o Arroz y Tartana, ambas ambientadas en España. Los cuatro jinetes del Apocalipsis está ambientada en Argentina y Francia. Tal vez por eso no se incluía en los manuales escolares, porque no hablaba de nuestra tierra. No obstante, fue un libro muy célebre en los EE. UU. y tiene calidad e interés sobrado para considerarse una gran novela.

 

Y ahora qué, ¿algún nuevo proyecto?

Estoy escribiendo relatos y una novela ambientada en los últimos años de la República romana. No adelanto más.


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