Entrevista a José Antonio Devesa, autor del libro Viaje redondo

 

José Antonio Devesa

José Antonio Devesa es un escritor gaditano y residente en Las Palmas de Gran Canaria, licenciado en Historia por la Universidad de Las Palmas y funcionario en activo. Después de su novela Cartagena de Indias (Editorial Adarve, 2021), nos vuelve a deslumbrar con Viaje redondo, una novela histórica, de amor, comercio y guerra; todo se entrecruza en esta novela trepidante. Os invitamos a conocer más a través de esta entrevista.


ISBN: 978-84-19151-44-5

Número de páginas: 492


Formato: 150 x 230


Colección: Imperium


Autor: José Antonio Devesa


Sinopsis: A finales del año 1742 dos barcos parten de Cádiz con la intención de realizar un «viaje redondo», es decir, una travesía de ida y vuelta que, en este caso, los llevará desde el puerto gaditano hasta el de Veracruz (México), como punto geográfico más alejado, antes de efectuar el regreso. Sin embargo, dichos navíos, por su diferente naturaleza, uno civil y el otro militar, tienen la intención de realizar misiones bien distintas. Entre 1739 y 1748 se estaba librando en el Caribe una guerra entre Gran Bretaña y España; la Guerra de la Oreja de Jenkins, en el marco de la Guerra de Sucesión al trono austriaco. Dicho conflicto causa el cese del viejo sistema de flotas de la Carrera de Indias, sustituido por la concesión de licencias para navío suelto a través de la Casa de Contratación. El Imperio Español tiene ahora, más que nunca, la necesidad de mantener abiertas sus rutas comerciales con el Nuevo Mundo frente a los ingleses, mientras trata de traer a la península los caudales procedentes de América. Historia, amor, comercio y guerra; todo se entrecruza en esta novela trepidante.


Leer primeras páginas


Háblanos un poco de ti.

Querido lector. De nuevo es un placer para mí –como escritor– tener la oportunidad de presentarme y de dar a conocer mi obra a través de esta entrevista. Soy José Antonio Devesa, o Jose, como me conocen mis amigos. Nacido en Cádiz pero vecino de Las Palmas de Gran Canaria desde hace algunos años. Rozando la cincuentena o el medio siglo de vida –por lo que me puedo considerar casi histórico–, he tenido la oportunidad de publicar mi segundo libro con los y las profesionales de Editorial Adarve, a quienes debo estar agradecido por su buen trabajo y desempeño.

Como muchos escritores soy persona tranquila, con mucha afición por la lectura y, además, por la historia. Combinación imprescindible para poder elaborar buenas novelas históricas. Por lo demás, como mi esposa, amante de los gatos, y también de las motos, pues, a veces, una afición o una devoción no basta para llenar la vida de una persona; aunque escribir y leer ocupan la mayor parte de mi tiempo de ocio. 

 

¿Qué podremos encontrar entre las páginas de Viaje Redondo?

Viaje Redondo es una aventura épica, una odisea en el sentido amplio de la palabra, es decir, un viaje de larga duración lleno de acontecimientos, a veces adversos, pero también favorables. A menudo me sorprendo de que haya tan poco novelado sobre los viajes de esta envergadura, que se repitieron cientos de veces en el contexto de los tiempos de la navegación a vela y basados en una ruta que se siguió durante siglos con pocas variaciones. Estas navegaciones son dignas de ser descritas en cualquier novela de aventuras y, además, fueron reales.

Primero los exploradores y descubridores, después la flota de la Carrera de Indias y, finalmente, los navíos con licencia, los de las compañías de comercio y los de la Real Armada, se aventuraron una y otra vez en esta ruta marítima que conectaba Europa con América. Ahora que se habla tanto de la globalización, podemos encontrar el origen de ella, o como dicen algunos “la primera globalización” en estas singladuras por el Atlántico, pero también por el Pacífico, de los buques del Imperio Español.  

Particularmente, leer Viaje Redondo es poder recrear, poder descubrir, como eran esas misiones de ida y vuelta desde la España peninsular a la España americana o novohispana. Las motivaciones para afrontar una experiencia que podía durar entre uno y tres años, tanto de los barcos civiles como de los del rey, surcando un océano y unos mares llenos de peligros a priori indeterminados: desde los provocados por las tormentas, hasta los que suponían las rudimentarias técnicas de conservación de los alimentos para afrontar un viaje tan duradero, así como los ataques de los corsarios o de los buques de otras nacionalidades durante los periodos de guerras.

¿Cuáles eran las rutas que se seguían? ¿Por qué esas y no otras? ¿Cómo era posible que se alargara tanto en el tiempo un periplo de este tipo? ¿Qué productos llevaban y cuales traían de vuelta? ¿De dónde procedían realmente los caudales –la famosa plata americana­– que estos buques transportaban en sus bodegas? ¿Cómo funcionaba la administración del Imperio Español en América y quién controlaba estos viajes?

A todo esto podemos encontrar respuesta en Viaje Redondo, de una forma amena, pues esa es la ventaja de la novela frente a los manuales de historia, descubrir el pasado a través de las vivencias de los protagonistas de su tiempo.  

 

¿En qué ingrediente reside la fuerza de este libro?

La fuerza de este relato está, sin duda, en sus actores. Las personas que emprendían un viaje redondo vivían una experiencia vital intensa, a veces abrumadora, y, como sucede con las experiencias vitales de estas características, no imagino que nadie fuera capaz de realizarlo sin que su concepción del mundo y su carácter se vieran afectados. Hoy en día vivimos en un mundo globalizado en el que tenemos acceso a cualquier lugar a través de la televisión o de internet. Con suma facilidad y sin arriesgarnos podemos visitar virtualmente cualquier lugar y obtener información. A menudo no es necesario salir de casa para comprar cualquier producto y, para algunos, ni siquiera para trabajar, pues pueden hacerlo desde sus domicilios. Así que para vivir una experiencia similar a la del que se embarcaba en un viaje redondo tendríamos que ir a la Luna, como poco.

Durante los meses o años que llevaba culminar una de estas odiseas sus protagonistas tenían forzosamente que seguir con sus vidas. Con sus alegrías y tragedias personales, con sus preocupaciones cotidianas; vivir nuevos amores o sentir el recuerdo de los que dejaban atrás. A menudo, luchar por la propia supervivencia en un entorno nuevo, desconocido. Además, sin saber de los suyos, de los que quedaban en el lugar de procedencia, hasta que no podían regresar. De eso trata el relato de esta novela, del valor, del ánimo frente a la adversidad y de la voluntad de llegar hasta el final de los protagonistas.    

 

¿Qué quieres transmitir a través de este libro?

Al igual que con mi anterior obra “Cartagena de Indias”, me gustaría transmitir empatía hacía nuestros antepasados. Dicen que el ciclo de la vida en cien años incluye a tres generaciones: abuelos, padres e hijos. Desde esa perspectiva las personas que vivieron los acontecimientos que se relatan en Viaje Redondo o en Cartagena de Indias, se sitúan no demasiado lejos de nosotros: una media de 250 años o menos (dependiendo de nuestra edad), es decir, a lo sumo, a entre siete y ocho generaciones de nosotros o solo a cinco o seis de la de nuestros abuelos. A menudo hablamos de ellos como extraños, cuando en realidad, si pudiéramos explorar nuestros árboles genealógicos podríamos hallar a muchos de ellos protagonizando estas odiseas. Quizás entonces los juzgaríamos de una manera más benévola, más íntima, más personal y menos descarnada, de lo que lo hacemos en la actualidad.    

 

¿Cómo describirías tu trayectoria de escritor desde la primera publicación hasta esta última?

Cualquiera entendería que ser escritor es muy bonito. Es una actividad gratificante en sí misma aunque no se tengan elevadas pretensiones. Además, cuando escribes el segundo parece que, de verdad, te reafirmas en tu vocación de juntar letras. Todo ello desde la modestia, pues soy un desconocido con escasos medios (en cuanto a posibilidad de publicitarme) y, por ello, he de empeñarme en darme a conocer.

Me llenan de satisfacción los comentarios de los lectores de mi primer libro, pues no he tenido mala crítica. Esos comentarios, realmente, son los que me animan a seguir con mis relatos y tratar de llegar así a un número cada vez mayor de personas interesadas o curiosas, en las que pueda despertar la atracción por este subgénero, dentro de la novela histórica, que representa la literatura naval. Un barco da mucho juego, pues es un reducido universo que te transporta a otros lugares. Pero también es un nexo de unión entre los puertos que visita y, en último extremo, un medio de difusión de la cultura y de la mentalidad de sus tripulantes.   

Y en eso estamos, en hallar mi lugar entre los escritores de novela histórica, en crear un espacio donde los lectores se interesen por mi obra. Con la esperanza de no defraudar a los valientes que se apunten a navegar en este Viaje Redondo.

Aprovecho la oportunidad para invitar a todos los que lo deseen a seguirme en redes. En Facebook e Instagram. Donde suelo colgar todo lo relacionado con el mundo de mis novelas, además de otras cosas.

 

¿Cuál fue el último libro que leíste? ¿Por qué lo elegiste?

Nunca leo un solo libro a la vez, pero el último que comencé se titula “La Marina Ilustrada”, de don David Casado Rabanal. Y tengo que decir que me está gustando mucho.

Mis lecturas siempre tratan de recorrer el siglo de las luces. Un tiempo imprescindible para conocernos a nosotros mismos, donde comienza a imponerse el racionalismo, el gusto por lo científico, el ideal de progreso y superación individual.

La mayoría de los interesados en la historia pueden pensar que ésta explica el pasado. Yo creo que más bien explica el presente, y, por ello, el conocimiento histórico es imprescindible para analizar nuestro tiempo.  

 

Y ahora qué, ¿algún nuevo proyecto?

Bueno, Cartagena de Indias y Viaje Redondo son los dos primeros libros de una trilogía relacionada con su tiempo. Están ambientados en el marco de los años de la guerra de la Oreja de Jenkins en el Caribe (1739-1748), y la posterior guerra de Sucesión Austriaca en el ámbito europeo. Dos conflictos relacionados entre sí, que finalizaron con la paz de Aquisgrán de octubre de 1748. Se pueden leer individualmente pues son relatos cerrados, con un principio y un fin, sin embargo, sus personajes están relacionados. Como también lo estarán los protagonistas de la tercera entrega, que ya tengo prácticamente terminada.

Después de eso, ya tengo en mente otro proyecto relacionado, como no, con la Real Armada española del siglo XVIII.

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