Entrevista a Oswaldo Reques, autor del libro Agamenón... Que cayese al suelo

 

Oswaldo Reques

Oswaldo Reques es un escritor venezolano, además de historiador y abogado por la UCV-Venezuela, especializado en Derechos Humanos y Ciencias Políticas. Como escritor ha publicado libros para la enseñanza obligatoria 1993 (Editorial Excelencia), entre otros. Agamenón... Que cayese al suelo es el recorrido de atrás hacia adelante a través de una vida para tratar de entender la vida misma. Os invitamos a conocer más a través de esta entrevista.


Agamenón... Que cayese al suelo

ISBN: 978-84-19439-07-9

Número de páginas: 198


Formato: 150 x 230


Colección: Adarve


Autor: Agamenón... Que cayese al suelo


Sinopsis: Es esta la historia de un personaje que yace solo y abandonado, tratando de pasar sus días recordando lo que fue una vida marcada, como la de todos quizás, por la niñez. En el caso de Agamenón existían hechos muy particulares que iban a cambiar, definitivamente, lo que podría haber sido una existencia común y tranquila. De este modo surgen preguntas sobre aspectos que pudieran parecer evidentes, sobre las que tenemos muchas dudas y visiones distintas, quedando claro que «lo evidente es de lo menos evidente que existe». ¿Qué es la vejez?, ¿sustituyen los sueños a la vida real de los viejos?, ¿recuerdos o sueños, dónde está el límite si existe?, ¿es la vejez un premio, un purgatorio o un infierno?, ¿la vejez elimina las maldades aprendidas durante la vida, nos hace a todos buenos y tiernos o es otra cosa la que nos sucede?, ¿qué es la niñez?, ¿cómo se siente?, ¿cómo se recuerda?, ¿de verdad es posible comparar a los viejos con los niños como tan frecuentemente se hace?, ¿cuánto y qué entienden los viejos?, ¿cuánto y qué entienden los niños? El recorrido de atrás hacia adelante a través de una vida para tratar de entender la vida misma.



Leer primeras páginas


Háblanos un poco de ti.

Soy un venezolano que nací en un mundo totalmente distinto al que tenemos hoy, en donde las necesidades mínimas estaban resueltas y la mejor herencia que los padres deseaban dejarte era la posibilidad de crecer estudiando, para, como se decía entonces “llegar a ser alguien en la vida”, lo que aún hoy trato de entender, aunque pareciera que ya tengo una idea a qué se referían…

Mi padre se planteaba los estudios como una obligación y mi madre el conocimiento como un placer, al que ella, aunque quiso, no tuvo mayor acceso, eso dio como combinación a una persona que no deja de buscar, aprender, conocer y disfrutar hasta el éxtasis con ello.

Quizás la inquietud por la educación, más mi curiosidad por todo, pues no existe nada que no me interese, hizo que comenzase  a escribir muy temprano, en la adolescencia y pareciera que siempre tuve la capacidad de hacerlo sin dificultad y eso hace que crea que es sencillo, pero no me pidas que pinte algo, como zurdo corregido no pase de la preparatoria en esa área hasta hoy, pero amo la pintura de todas las épocas como una de las formas más fieles de expresar la vida  y sus momentos.

Estudié Historia y Derecho, dos mundos en donde la escritura, reflexión y necesidad de avanzar en el conocimiento están presentes permanentemente, que lo he combinado con una capacidad innata para hablar fácilmente en cualquier circunstancia y escenario.

He escrito diferentes tipos de libros: escolares, ensayos y muchos cuentos, pero escribir novelas es tener un mundo de pasión en tus manos, ver cómo crecen seres que has creado, como van haciendo su camino, como cometen errores y aciertos que marcaran su vida y al final, como una paradoja linda de la creación, marcan la tuya.

Si me preguntaras cómo me gustaría terminar mis días, te diría que con la ilusión del niño que tiene un lápiz en la mano, creando en el papel personajes, espacios, tiempos y mundos que escapan a mi control y vuelven para que los resuelva, no siempre sabiendo cómo lo haré, en síntesis: creando obras escritas que toman vuelo y a veces vuelven.

 

¿Qué podremos encontrar entre las páginas de Agamenón… Que cayese al suelo?

La novela está llena de sensaciones, de momentos que cada lector podrá interpretar a su manera, pero que no los dejará indiferentes ante la personalidad de este personaje que fue marcado con ese nombre desde su nacimiento y quien es capaz de desatar sentimientos tan encontrados como el odio y el amor o compadecerle y a la vez desearle lo peor.

Los lectores podrán ratificar que las cosas no son blancas o negras, sino de matices, diversas y por eso ricas en vivencias. Agamenón es el resultado de sus circunstancias adversas, sobrevenidas durante la infancia, pero eso no justifica la forma en la que decidió vivir y el para qué vivir.

Es un viaje permanente de atrás hacia adelante en la  vida, poniendo de manifiesto situaciones que desmontan los clichés sobre la vejez, la infancia, las bondades de la Iglesia y lo onírico que estará presente permanentemente, lo que nos impide conocer el límite entre la realidad y los sueños.

Agamenón nos muestra que es la suma de lo que le tocó vivir como niño: injusticia, soledad, falta de amor y que lo devolvió enriqueciéndose con ayuda de la Iglesia, permanentemente en su vida, creando una maquinaria de tráfico y venta de niños pobres, quienes nada tenían que ver con sus infortunios, haciendo de la venganza hacia la vida su razón de ser.

Sin embargo, ahora viejo otros pueden cobrarle lo que hizo o lo que fue, por lo que surgen las preguntas: ¿cuándo somos víctimas, se justifica transformarnos en victimarios? ¿Es un castigo la vejez para pagar lo que hemos sido? ¿Quiénes pueden erigirse en los jueces de lo que una vez hicimos en nuestra vida y tratar de que paguemos?

El lector deberá dar respuesta a estas interrogantes que nunca aparecerán como preguntas en la novela, son parte del efecto que te deja conocer al personaje, Agamenón, quien se pasea del pasado al presente, combinado con lo onírico y no permite que se sepa exactamente el límite de la realidad o la ficción que vive en su mente, cada quien lo descubrirá a su manera o no...

 

¿En qué ingrediente reside la fuerza de este libro?

Tal vez en que a través de un personaje cada lector, sin percibirlo, comenzará a reflexionar sobre lo que es la vida de Agamenón, pero también en lo que es la suya, al permearse aquella en su interior, pues pareciera que todos estamos buscando respuestas en el ayer, para intentar comprender el porqué de nuestro hoy, sin embargo ese ayer es moldeado según las trampas que nos hace nuestro cerebro, modificando los hechos en nuestra memoria para intentar explicarnos y así, en ocasiones dejamos de disfrutar la oportunidad diaria de vivir encerrados en un pasado muy incierto y nunca claro.

 

¿Qué quieres transmitir a través de este libro?

Que la vida está lejos de ser determinada por un destino para cada quien, al contrario nos va moldeando permanentemente y que la belleza sobre la inocencia durante la infancia  y la bondad de la vejez, son lugares comunes muy alejados de la realidad, habiendo afectado a millones de seres humanos al haberse establecido como verdades aceptadas casi unánimemente en todo el mundo.

 

¿Cómo describirías tu trayectoria de escritor desde la primera publicación hasta esta última?

Pienso que es como ir conociendo un oficio y a través de él, a ti mismo. Es cierto que tener la capacidad de hacerlo, es una gran herramienta, pero necesita de trabajo permanente para avanzar y ver resultados.

En todo caso es un gran reto, pues por lo general surgen obras que te sorprenden, al percibir que no sabías que sentías lo que allí has expresado y no siempre te reconoces en ellas, pero te dan tanta satisfacción como haber visto crecer a tus hijos.

 

¿Cuál fue el último libro que leíste? ¿Por qué lo elegiste?

Como buen Géminis nunca leo un libro a la vez, sino que avanzo, cierro, busco otro, pero finalice dos el mismo día recientemente: 100 cartas suicidas, de la colombiana Johana Quintero y otro: Sobre el juicio de la historia de la estadounidense Joan Wallach Scott, muy bueno los dos y aunque no pareciera, hay un hilo que los une, quizás como todo.

El primero lo elegí porque el título me llamó la atención, siento que la muerte está tan presente en nuestra vida que en ocasiones la olvidamos y aparece cuando menos la esperamos cerca de nosotros para marcar su territorio y el segundo, también por el título, pues tenía dos elementos que me seducen desde siempre “juicio e historia”.

 

Y ahora qué, ¿algún nuevo proyecto?

Yo siempre tengo proyectos y cada día escribo más y de distintas cosas, en principio está en proceso de corrección mi nueva novela “Lázaro, el día que iba a morir”, que será también publicada por Adarve Editorial y es la historia de un hombre que ha sido marcado por la muerte para dejar de existir exactamente cuando los lectores toman el libro, ellos lo sabrán, pero él no, así que vida, muerte, destino predeterminado y mucho humor de quien desconoce que hoy es su final, afortunadamente.

Además escribo paralelamente dos nuevas novelas: una sobre el amor, la pasión y el erotismo  y otra sobre un niño que es sordo…y claro las pequeñas cosas como cuentos que no dejan de surgir.

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