Entrevista a Oswaldo Reques, autor del libro Agamenón... Que cayese al suelo
Oswaldo Reques es un escritor venezolano, además de historiador y abogado por la UCV-Venezuela, especializado en Derechos Humanos y Ciencias Políticas. Como escritor ha publicado libros para la enseñanza obligatoria 1993 (Editorial Excelencia), entre otros. Agamenón... Que cayese al suelo es el recorrido de atrás hacia adelante a través de una vida para tratar de entender la vida misma. Os invitamos a conocer más a través de esta entrevista.
Número de páginas: 198
Formato: 150 x 230
Colección: Adarve
Autor: Agamenón... Que cayese al suelo
Háblanos un poco de ti.
Soy un
venezolano que nací en un mundo totalmente distinto al que tenemos hoy, en
donde las necesidades mínimas estaban resueltas y la mejor herencia que los
padres deseaban dejarte era la posibilidad de crecer estudiando, para, como se
decía entonces “llegar a ser alguien en la vida”, lo que aún hoy trato de entender,
aunque pareciera que ya tengo una idea a qué se referían…
Mi padre se
planteaba los estudios como una obligación y mi madre el conocimiento como un
placer, al que ella, aunque quiso, no tuvo mayor acceso, eso dio como
combinación a una persona que no deja de buscar, aprender, conocer y disfrutar
hasta el éxtasis con ello.
Quizás la
inquietud por la educación, más mi curiosidad por todo, pues no existe nada que
no me interese, hizo que comenzase a
escribir muy temprano, en la adolescencia y pareciera que siempre tuve la
capacidad de hacerlo sin dificultad y eso hace que crea que es sencillo, pero
no me pidas que pinte algo, como zurdo corregido no pase de la preparatoria en
esa área hasta hoy, pero amo la pintura de todas las épocas como una de las
formas más fieles de expresar la vida y
sus momentos.
Estudié
Historia y Derecho, dos mundos en donde la escritura, reflexión y necesidad de
avanzar en el conocimiento están presentes permanentemente, que lo he combinado
con una capacidad innata para hablar fácilmente en cualquier circunstancia y
escenario.
He escrito
diferentes tipos de libros: escolares, ensayos y muchos cuentos, pero escribir
novelas es tener un mundo de pasión en tus manos, ver cómo crecen seres que has
creado, como van haciendo su camino, como cometen errores y aciertos que
marcaran su vida y al final, como una paradoja linda de la creación, marcan la
tuya.
Si me
preguntaras cómo me gustaría terminar mis días, te diría que con la ilusión del
niño que tiene un lápiz en la mano, creando en el papel personajes, espacios,
tiempos y mundos que escapan a mi control y vuelven para que los resuelva, no
siempre sabiendo cómo lo haré, en síntesis: creando obras escritas que toman
vuelo y a veces vuelven.
¿Qué podremos encontrar entre las páginas de Agamenón… Que cayese al suelo?
La novela está llena de sensaciones,
de momentos que cada lector podrá interpretar a su manera, pero que no los
dejará indiferentes ante la personalidad de este personaje que fue marcado con
ese nombre desde su nacimiento y quien es capaz de desatar sentimientos tan
encontrados como el odio y el amor o compadecerle y a la vez desearle lo peor.
Los lectores podrán ratificar que las
cosas no son blancas o negras, sino de matices, diversas y por eso ricas en
vivencias. Agamenón es el resultado de sus circunstancias adversas, sobrevenidas
durante la infancia, pero eso no justifica la forma en la que decidió vivir y el
para qué vivir.
Es un viaje permanente de atrás hacia
adelante en la vida, poniendo de
manifiesto situaciones que desmontan los clichés sobre la vejez, la infancia,
las bondades de la Iglesia y lo onírico que estará presente permanentemente, lo
que nos impide conocer el límite entre la realidad y los sueños.
Agamenón nos muestra que es la suma
de lo que le tocó vivir como niño: injusticia, soledad, falta de amor y que lo
devolvió enriqueciéndose con ayuda de la Iglesia, permanentemente en su vida,
creando una maquinaria de tráfico y venta de niños pobres, quienes nada tenían
que ver con sus infortunios, haciendo de la venganza hacia la vida su razón de
ser.
Sin embargo, ahora viejo otros pueden
cobrarle lo que hizo o lo que fue, por lo que surgen las preguntas: ¿cuándo
somos víctimas, se justifica transformarnos en victimarios? ¿Es un castigo la
vejez para pagar lo que hemos sido? ¿Quiénes pueden erigirse en los jueces de
lo que una vez hicimos en nuestra vida y tratar de que paguemos?
El lector deberá dar respuesta a
estas interrogantes que nunca aparecerán como preguntas en la novela, son parte
del efecto que te deja conocer al personaje, Agamenón, quien se pasea del
pasado al presente, combinado con lo onírico y no permite que se sepa
exactamente el límite de la realidad o la ficción que vive en su mente, cada
quien lo descubrirá a su manera o no...
¿En qué ingrediente reside la fuerza de este libro?
Tal vez en
que a través de un personaje cada lector, sin percibirlo, comenzará a reflexionar
sobre lo que es la vida de Agamenón, pero también en lo que es la suya, al
permearse aquella en su interior, pues pareciera que todos estamos buscando
respuestas en el ayer, para intentar comprender el porqué de nuestro hoy, sin
embargo ese ayer es moldeado según las trampas que nos hace nuestro cerebro, modificando
los hechos en nuestra memoria para intentar explicarnos y así, en ocasiones
dejamos de disfrutar la oportunidad diaria de vivir encerrados en un pasado muy
incierto y nunca claro.
¿Qué quieres transmitir a través de
este libro?
Que la vida
está lejos de ser determinada por un destino para cada quien, al contrario nos
va moldeando permanentemente y que la belleza sobre la inocencia durante la
infancia y la bondad de la vejez, son lugares
comunes muy alejados de la realidad, habiendo afectado a millones de seres
humanos al haberse establecido como verdades aceptadas casi unánimemente en
todo el mundo.
¿Cómo describirías tu trayectoria de escritor
desde la primera publicación hasta esta última?
Pienso que es como ir conociendo un
oficio y a través de él, a ti mismo. Es cierto que tener la capacidad de
hacerlo, es una gran herramienta, pero necesita de trabajo permanente para
avanzar y ver resultados.
En todo caso es un gran reto, pues por
lo general surgen obras que te sorprenden, al percibir que no sabías que
sentías lo que allí has expresado y no siempre te reconoces en ellas, pero te
dan tanta satisfacción como haber visto crecer a tus hijos.
¿Cuál fue el último libro que leíste?
¿Por qué lo elegiste?
Como buen
Géminis nunca leo un libro a la vez, sino que avanzo, cierro, busco otro, pero finalice
dos el mismo día recientemente: 100 cartas suicidas, de la colombiana Johana Quintero y otro: Sobre el juicio de la
historia de la estadounidense Joan Wallach Scott, muy bueno los dos y aunque no
pareciera, hay un hilo que los une, quizás como todo.
El primero
lo elegí porque el título me llamó la atención, siento que la muerte está tan
presente en nuestra vida que en ocasiones la olvidamos y aparece cuando menos
la esperamos cerca de nosotros para marcar su territorio y el segundo, también
por el título, pues tenía dos elementos que me seducen desde siempre “juicio e
historia”.
Y ahora qué, ¿algún nuevo proyecto?
Yo siempre tengo proyectos y cada día
escribo más y de distintas cosas, en principio está en proceso de corrección mi
nueva novela “Lázaro, el día que iba a morir”, que será también publicada por
Adarve Editorial y es la historia de un hombre que ha sido marcado por la
muerte para dejar de existir exactamente cuando los lectores toman el libro,
ellos lo sabrán, pero él no, así que vida, muerte, destino predeterminado y
mucho humor de quien desconoce que hoy es su final, afortunadamente.
Además escribo paralelamente dos
nuevas novelas: una sobre el amor, la pasión y el erotismo y otra sobre un niño que es sordo…y claro las
pequeñas cosas como cuentos que no dejan de surgir.
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