Entrevista a Pascual Fernández Espín, autor del libro El grito de las caracolas

 

Pascual Fernández Espín

Pascual Fernández Espín es un escritor murciano, autor de obras como Salto Lucero, En Pastel Ajeno, Testimonios de Una Tragedia, Con el Otoño a Cuestas, Bullerías, Tal y Como lo Escuche, Con el Peso del Recuerdo, Siega y Viento y Ninguna Noche es Infinita. En El grito de las caracolas es una historia real convertida en un thriller ágil, emocionante; repleto de aventuras y misterio. Os invitamos a conocer más a través de esta entrevista.


El grito de las caracolas

ISBN: 978-84-19439-39-0

Número de páginas: 528


Formato: 150 x 230


Colección: Adarve


Autor: Pascual Fernández Espín


Sinopsis: En una tierra acostumbrada a los excesos, tanto en lo social como en los fenómenos destructivos que emanan de la propia naturaleza, poco o nada puede imputarse a la casualidad: prolongadas sequías, dañinas tormentas, inundaciones devastadoras y hasta excesivas pasiones parecen asociarse para que una trágica riada acabe con la vida de una familia huertana, sobreviviendo al desastre el cabeza de familia y uno de sus hijos. Acuciado por la pena, las deudas y la desesperanza, el huertano emprende un viaje sin retorno hacia su propia autodestrucción. Entre borracheras, trifulcas y huidas hacia ningún lado, en una pelea sin sentido muere un enemigo de la familia de un disparo fortuito. La justicia lo hace responsable de su muerte, condenándole a una larga estancia en prisión. Consumada la mitad de la condena, Juancho, el huertano, termina redimiendo pena en una obra faraónica del régimen franquista: la gran presa del Cenajo, entre Albacete y Murcia. Convencido de la injusticia cometida con su padre, el único hijo que logra salvarse de la destructiva riada culpa al mundo de la tragedia familiar, emprendiendo una estéril venganza contra una sociedad localista, servil y cómplice, a su entender, de la opresión local. Una historia real convertida en un thriller ágil, emocionante; repleto de aventuras y misterio.



Leer primeras páginas


Háblanos un poco de ti.

Precisamente no es mi fuerte hablar de mí, pero ceñido a la pregunta, aunque el DNI, las canas y cicatrices de mi rostro den a entender que camino hacia el sol de Poniente, y lo recomendable sería hacerlo de forma pausada y sopitas calientes...¡O sea! Lo que se le supone al ritmo de vida de una persona jubilada: Poco madrugar, pastillitas de colores, paseos tranquilos, partida al mus o dómino con los amiguetes, aclaro que no es así. Siempre he sido persona de mente desinquieta y mirada larga, y cuando me llegó la hora de entrar en dique seco, de pensiones mensuales y batallitas varias, mi primer planteamiento fue la de, sin agobios, sin obligaciones, pero seguir con mi horario de siempre, mis cafés madrugadores de siempre, mi escritura de siempre y mi optimismo, si no el de siempre, pero que se le aproximara. O lo que es lo mismo… seguir viviendo, seguir escribiendo…no morir ni un segundo de tedio y aburrimiento mientras  hubiesen  personajes e historias que pululasen en mi cerebro.

 

¿Qué podremos encontrar entre las páginas de El grito de las caracolas?

En un escenario que se muestra al mundo del asfalto con cierto bucolismo: ahíto de amaneceres encendidos, de colores naturales y paz de campo, oculto tras buganvillas, limoneros y naranjos, como en cualquier otro horizonte del mundo se pueden esconder las pasiones más encendidas, los sentimientos de odio o amor más abrasadores, y la ternura o tiranía más brutal de una sociedad localista capaz de darlo todo, o quedarse con todo, empezando por las pertenencias, algún objeto valioso o la misma esposa de su vecino.

Una trágica riada acaba con la mitad de los miembros de una familia de huertanos. El cabeza de familia, acuciado por la pena, las deudas y la desesperanza, emprende un viaje sin retorno hacia su propia autodestrucción. Entre borracheras, peleas e huida hacia ningún lado, en una pelea sin sentido, de disparo fortuito muere un enemigo de la familia. La justicia le hace responsable de su muerte, condenándole a una larga permanencia en prisión. Consumada media condena, al final, Juancho, el huertano, como preso termina redimiendo pena en una obra faraónica del Régimen Franquista.

 

¿En qué ingrediente reside la fuerza de este libro?

Creo que el ingrediente más vivo de la obra radica en la fuerza de sus diálogos, en la exposición de sentimientos enfrentados de la sociedad de la época. Unos, por haber tenido la suerte de estar en el lugar adecuado en el momento preciso y otros, caso contrario, por haber ocupado toda la vida cuna pobre, además de transitar por los peldaños más bajos de la sociedad. Un nexo común que se vivirá a lo largo de toda la historia, extremando opiniones, acciones y demás comportamientos radicales.

 

¿Qué quieres transmitir a través de este libro?

Uno de los puntos a transmitir sería, además del drama rural relatado, poner de relieve la peculiar climatología del sureste español, donde se alternan cíclicamente las prolongadas sequías con las intensas lluvias torrenciales, condicionado desde siempre la vida de lugareños, y no solo la de aquellos que viven de la agricultura, también en la propia seguridad de los ciudadanos de las poblaciones cercanas a la Vegas Media y Baja del rio Segura. Obviamente, en una tierra de excesos, tanto naturales como sociales, no quedan al margen los sentimientos enfrentados que generan la desigualdad de oportunidades, o el estatus social alrededor de aquellos que secularmente lo dominan todo, y la paradoja social que siempre está ahí, un servilismo a la carta que suele ensalzar al poderoso con la misma fuerza que empuja al menesteroso al abismo.

 

¿Cómo describirías tu trayectoria de escritor desde la primera publicación hasta esta última?

Supongo que todo escritor, o profesional de cualquier actividad del mundo, contestaría igual o parecido, la experiencia es primordial en todas las actividades de la vida, y yo mismo, al revisar viejos trabajos, libros publicados hace algún tiempo, lo puedo apreciar. Por tanto la pregunta quedaría contestada correctamente trasladándola a mis infantiles tiempos de estudiante, cuando en el boletín de notas, el maestro de escuela (lo de profe vendría después) ponía: “progresa adecuadamente”. En literatura o cualquier otro estilo literario de los primeros tiempos del autor/a, aunque las historias tuviesen un fuerte fondo de emociones, la forma de expresarla ha cambiado sustancialmente, precisamente porque como cierta vez leí en un libro de sicología: “Al final somos la suma de nuestra experiencia y emociones”. En el tiempo intermedio, añadiría yo, la experiencia nos va enriqueciendo.

 

Cuál fue el último libro que leíste? ¿Por qué lo elegiste?

Octubre, Octubre, de José Luís Sampedro. Hacía algún tiempo que lo tenía en lista de espera.

Sin menosprecio a la literatura actual, que por cierto alguna de ella es buenísima, pero por gusto personal y mera simbiosis con la época, suelo identificarme con autores que para mí son referentes en el mundo de la prosa cercana, y así, junto a Miguel Delibes, García Márquez, Umbral, etc., por  su forma de describir a los personajes, el entorno y la propia trama, en mí marcaron toda una época muy bien diferenciada del resto.

 

Y ahora qué, ¿algún nuevo proyecto?

¡Y ahora más de lo mismo! Pues claro que tengo nuevos proyectos literarios, como que ya estoy trabajando en una nueva novela. Además de continuar viviendo con toda la ilusión que me permita el mundo actual, que por cierto no se presta a ello, pero junto a la familia, los amigos y la literatura, espero tener cuerda para rato y disfrutar de la vida todo lo que me permita. 


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