Entrevista a Antonio Navarro Barriga, autor del libro El muchacho que no estaba loco
Antonio Navarro Barriga es escritor y licenciado en Psicología. Entre sus publicaciones, los cuentos infantiles El bosque de Minu, El río de las naves de plata, Goteta, Mateo y el tesoro (premio mejor obra juvenil 2022. Editorial Gunis) y las novelas La dama del jardín de la luna, Cuando la miseria nos come y El laberinto de Peter Pan. El muchacho que no estaba loco cuenta las vicisitudes de un joven y su dificil vida. Os invitamos a conocer más a través de esta entrevista.
Formato: 150 x 230
Colección: Adarve
Autor: Antonio Navarro Barriga
Háblanos un poco
de ti.
Confieso que no me gusta hablar de mí, pero os diré que soy un hombre
sencillo –no todos los que me conocen están de acuerdo en eso- al que le gusta vivir
en paz y en contacto con la naturaleza, es posible que decir eso sea no decir
nada. Siempre me gustó leer y también siempre tuve el deseo de escribir. Nací y
crecí en un pequeño pueblo donde la vida era muy sencilla, quizá demasiado, no
sé, tal vez ahí surgió la necesidad de inventar otros mundos. En mi primera
juventud llegué a Barcelona, fue como un renacer ante el aluvión de estímulos
nuevos, me enamoré de aquella ciudad. Estudié psicología y trabajé en educación
especial, luego como psicoterapeuta, y más adelante como profesor universitario
ya en Granada. Durante décadas tuve pendiente escribir en serio (hasta entonces
había escrito mucho, aunque sin la intención de compartirlo, soy tímido), me
puse a ello próximo a los cincuenta años, desde entonces no he dejado de
hacerlo ni un solo día.
¿Qué podremos encontrar entre las páginas
de El muchacho que no estaba loco?
La necesidad de saberse a sí misma de
toda persona, “de saber quién y cómo es” de ser amada y reconocida más allá de
su aspecto, ideología u orientación sexual.
¿En qué ingrediente reside la fuerza de este
libro?
La autenticidad de los
personajes, los claroscuros de la vida que nos ayudan a penetrar en el alma
para encontrarnos con nosotros mismos. Está escrita con un lenguaje sencillo y
directo, sin florituras, por momentos puede ser descarnado y también tierno,
pero, sobre todo, es el reflejo de la vida de muchas personas anónimas, tan
anónimas como la mayoría de nosotros, los nosotros que luchamos a diario por
sobrevivir.
¿Qué quieres
transmitir a través de este libro?
Es una reflexión acerca de la importancia que tiene en la vida de todo
ser humano conocer sus raíces, saber quiénes somos para poder ser aquello que
decidamos ser, aceptarnos y ser aceptados. Un grito desesperado contra la
soledad, pero también un canto a la esperanza.
¿Cómo describirías tu trayectoria de
escritor desde la primera publicación hasta esta última?
El muchacho que no estaba loco es la cuarta publicación aunque no la cuarta
novela que escribo, diría que ha habido una evolución lógica, ya no tengo la
necesidad de contarlo todo en una misma obra como si creyera que no tendré otra
oportunidad, pese a esto mi estilo no ha cambiado demasiado, con toda la
humildad necesaria diría que tengo voz propia, me interesan los temas que me
interesan, expongo mi compromiso con la sociedad, con aquellos que más sufren o
que más dificultades tienen para salir adelante, pero quizá lo hago con un
lenguaje más directo, más sencillo que al principio, y diría que sin perder
profundidad. Ahora cuando escribo pienso menos en construir una historia que
llegue a todo el mundo -de novato lo hacía-, así que los personajes eran más
contenidos en sus reivindicaciones para no molestar, los personajes de mis
últimas novelas son más libres, han perdido el miedo frente a un mundo, con
frecuencia y de manera gratuita, hostil. Para resumir, diría que mi universo es
más amplio porque he superado los miedos que me limitaban.
¿Cuál fue el
último libro que leíste? ¿Por qué lo elegiste?
La semana pasada leí “Los pájaros y otros relatos”, de Daphane du
Maurier. No había leído nada de ella, pero unos días antes me llegó un
comentario acerca de sus tramas descarnadas e inquietantes, y eso despertó mi
curiosidad, busqué ese libro y me lo bebí, me ha parecido fascinante la
sencillez con la que expone los conflictos. Me ha llamado mucho la atención que
los finales siempre quedan abiertos, uno puede concluir la historia como ella
sugiere, pero también deja la puerta abierta a otras posibilidades, y, eso me
gusta, creo que la realidad no acaba en un punto concreto, tiene flecos, siempre
habrá otras posibilidades si somos capaces de mirar en otra dirección, claro.
Y ahora qué, ¿algún nuevo proyecto?
Sí por supuesto,
estoy trabajando en una nueva historia y lo hago con mucha ilusión, se me han
presentado unos personajes apasionantes y me han dado licencia para desmenuzar
sus vidas, de modo que estamos construyendo ese relato mano a mano, y aunque a
veces se producen desencuentros encontraremos la armonía.
Además está la
literatura infantil, me interesa sobremanera la infancia, escribo cuentos,
algunos de ellos han sido publicados y leídos por miles de niños y niñas, de
modo que en mis proyectos siempre conviven la novela y el cuento infantil.
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