Entrevista a Elisa Alonso Fernández, autora del libro Diario de una cuarentena voluntaria
Elisa Alonso Fernández es una escritora valiente y amante de la aventura, vivió en París, Hong Kong, Kuala Lumpur, Grecia, Australia y Nueva Zelanda, donde reside actualmente. Con su primera obra Diario de una cuarentena voluntaria en Sydney, se define a sí misma como una storyteller. Os invitamos a conocer más a través de esta entrevista.
Formato: 150 x 230
Colección: Adarve
Autor: Elisa Alonso Fernández
Soy una persona muy extrovertida que siempre
está dispuesta a ayudar aunque no me lo pidan. Mi marido dice que ello me lleva
a veces a pecar de intrusismo y a pesar de todo, no puedo evitar seguir
haciéndolo.
Sin embargo, “curiosa” es el adjetivo
con el que más me identifico. Bien por los genes de mis raíces gallegas, o por
mi ansia constante de viajar y conocer lugares nuevos. Lo cierto es que debido
a esa gran curiosidad por explorar, me ha convertido en una persona con la
mente super abierta, que afronta los cambios de forma siempre positiva aunque
el horizonte se divise gris.
Soy también cabezota y constante.
Intento dar lo mejor de mí en todo lo que me propongo, sobre todo en las relaciones
personales. Mi familia y mis amigos son el eje de mi mundo.
¿Qué podremos encontrar entre las páginas de Diario de una cuarentena voluntaria en
Sidney?
Cincuenta relatos de toda índole escritos
de forma espontánea y con muy poca técnica literaria, pero escritos con todo el
corazón del mundo durante mi confinamiento en Australia.
A semejanza de “Las mil y una noche”,
donde me sentía un poco como Sherezade- iba escribiendo a diario historias y
reflexiones que pasaban por mi cabeza. Escribía con el único propósito de
compartirlas con mis contactos de Facebook e Instagram, que participaban
dejando sus comentarios y conclusiones.
Entretenernos y evadir la mente
durante esos días era nuestro objetivo.
¿En qué ingrediente reside la fuerza de este libro?
En la espontaneidad
sin duda alguna.
Sin un
guion programado, las historias y los comentarios de mis lectores iban
surgiendo espontáneamente a diario. Cuando decidí reunir todo el material para
armar este manuscrito, me propuse no hacer ningún tipo de corrección a
posteriori, por temor a que esa espontaneidad se echase a perder.
¿Qué quieres transmitir a través de
este libro?
Haciendo un buen uso de las redes
sociales, nunca estaremos solos.
No importa en que parte del mundo te
encuentres, siempre habrá alguien al otro lado de la pantalla dispuesto a
leerte y acompañarte.
¿Cómo describirías tu evolución de escritora
desde tus inicios hasta la fecha?
Cuando
acabé “Diario de una cuarentena voluntaria en Sydney”, mis lectores no paraban
de darme ánimos para que siguiese escribiendo. Por lo que decidí que si tenía
que seguir contando historias, y que había gente dispuesta a leerme, debía mejorar
mi estilo.
Me matriculé
en varios cursos de escritura creativa en La Escuela de Escritores de Madrid,
donde aparte de mejorar muchísimo, aprender técnicas diferentes y corregir
varios defectillos que llevaba arrastrando, salí más convencida que nunca de que
yo había nacido para escribir historias.
¿Cuál fue el último libro que leíste?
¿Por qué lo elegiste?
Estoy leyendo “Todo esto te daré” de
Dolores Redondo. En mi último viaje a España se lo tomé prestado a mi cuñada y
me lo traje. La historia se desarrolla en la Ribera Sacra en Orense, de donde
es originario mi padre y me pudo la morriña mezclada con la curiosidad.
También tengo en mi mesilla de noche
“Encuentra tu persona Vitamina”, de la psiquiatra Marian Rojas Estapé, que lo
voy disfrutando por momentos.
Y ahora qué, ¿algún nuevo proyecto?
¡Claro! Nunca me doy tregua. Como dice
mi padre “La cabeza no para”.
En el escritorio de mi ordenador
tengo dos libros de poemas acabados. Algún día tendré que dejar de revisarlos,
darles el visto bueno y buscar la forma de publicarlos.
Aunque mi proyecto más inmediato es
dar los últimos toques a “Cincuenta”. Una serie de relatos escritos en los 50
días posteriores a mi 50 cumpleaños donde voy enlazando episodios de mi vida
con diferentes acontecimientos que suceden en el mundo.
También estoy pendiente de que una editorial de Nueva Zelanda -donde vivo-, me confirme la publicación de un manuscrito en inglés. Otra serie de relatos muy especiales que escribí durante el confinamiento obligatorio al llegar a este país. Aunque eso, es otra historia.
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