Entrevista a Orlando Ocaña Díaz, autor del libro Esta isla de siempre

 

Orlando Ocaña Díaz

Orlando Ocaña Díaz es un escritor cubano, licenciado en Periodismo (Universidad de La Habana, 1972) ha sido periodista de diferentes medios de comunicación de Cuba y Nueva York. Entre sus obras: Jeremías o el reencarnado (Ed. Trafford, 2006) y Cuentos Plebeyos (Ed. Lunetra, 2021). Ahora nos presenta Esta isla de siempre que enmarca la vida de una familia cuyo patriarca fue un emigrado español que perteneció a las fuerzas militares enviadas por España a la isla de Cuba para mantener su colonia. Os invitamos a conocer más a través de esta entrevista.


Esta isla de siempre

ISBN: 978-84-19748-00-3

Número de páginas: 156


Formato: 150 x 230


Colección: Adarve


Autor: Orlando Ocaña Díaz


Sinopsis: Esta obra enmarca la vida de una familia cuyo patriarca fue un emigrado español que perteneció a las fuerzas militares enviadas por España a la isla de Cuba para mantener su colonia. Finalizada la guerra, el militar, enamorado de los encantos tropicales del país, decide quedarse y desarrollar aquí sus aspiraciones personales, enrolándose en el ejército republicano tras ser vencidas las fuerzas españolas por los mambises cubanos y la utilitaria intervención del gobierno norteamericano. Abandona la vida militar tras constatar la falta de ética y principios del nuevo ejército cubano en los comienzos del siglo XX y toma la decisión de continuar su vida como pequeño propietario de unas tierras en el centro del país. Aferrado a su concepción del honor y la decencia transcurre la vida de este español en Cuba que no permite que la corrupción y los desmanes afecten a su familia, haciendo de su propiedad y su prole una especie de islote independiente dentro de la propia isla, intenciones que, en alguna medida, quedan impregnadas en su descendencia.



Leer primeras páginas


¿Qué podemos encontrar en las páginas de Esta isla de siempre?

Mis novelas y cuentos se centran mucho en la individualidad de las personas, y asumo que la fortaleza de cualquier sociedad depende, en gran medida, a esa razón, es decir, la sociedad que busca la perfección debe respetar el sentir de cada ciudadano y permitirle luchar por lo que considera su verdad.

 Mis personajes luchan contra los desatinos de nuestra sociedad y en ello les va toda la existencia, unos triunfan, otros pierden o se desilusionan y muchos son superados por las contingencias, y vegetan hasta el final de sus existencias.

“Esta isla de Siempre” recorre el destino de un español desde que arriba a Cuba en 1890 formando parte de las tropas españolas que luchan contra los mambises cubanos. Tras terminada la guerra decide hacer fortuna en el país y a lo largo de toda su vida mantiene sus principios éticos, sin importarle lo que piensan los demás.

Cuba siempre ha sido apetecida por los imperios, y persistentemente nuestra isla ha tenido sentado en la silla presidencial a un Capital General, por lo que eso que llaman “democracia”, es una asignatura no impartida ni permitida a nuestro pueblo, y esa ausencia conlleva que siempre estemos a un paso delante del autoritarismo. En ese medio se mueven mis personajes.

El protagonista vive a través de la historia de la isla con objetivos bien definidos, que no lo apartan jamás de su misión principal en la vida: desarrollar una familia sin violar las costumbres y la ética del patriarca. Más nadie puede entrometerse en ello.

No importa cuán positivas o negativas sean las decisiones políticas en el país, ello no hace mella en él ni en su familia, y en ocasiones, cuando no le queda más remedio que tomar decisiones, que pueden afectar su ética y puntos de vistas, sale airoso por esa visión personal enraizada en la materialidad de la vida.

 

¿En que ingredientes reside la fuerza de este libro?

Las medidas revolucionarias aplicadas tras el triunfo de la Revolución Cubana mejoraron enormemente la vida de los cubanos. Educación, salud pública y pleno empleo permitieron a nuestra sociedad, primero, lograr plena soberanía e independencia al fin en su historia, segundo, volcar todas las fuerzas del pueblo en la construcción de una sociedad mejor. 

Se gobernaba consultando al pueblo, pero no se plebiscitaban las medidas que se aplicaban, las milicias populares defendían el país de las agresiones yanquis. El respaldo popular era inmenso y así sin percatarnos comenzaron los problemas. En 1968 por decreto revolucionario se eliminó toda propiedad privada de los medios de producción y se afirmaba que el obrero pasaría a poseerlos, pero todo quedó como la promesa del Quijote a Sancho de darle un título nobiliario. Sancho nunca fue Conde.

Se trató de institucionalizar la revolución y todo quedó como una estocada trapera. Quedó el Partido Comunista como dueño y señor de todo lo que se movía en el país. Todos los derechos al partido y los deberes, para el pueblo. Las milicias populares desaparecieron.

La obra se desenvuelve en esos dislates, pero dándole voz a los que se quedaron sin derechos.

¿Cómo describirías tu trayectoria de escritor desde la primera publicación hasta la última?

Realmente no me considero un escritor, soy periodista, aunque no ejerzo oficialmente, sino como independiente. Mi primera novela, “Jeremías o el reencarnado”, fue publicada por la editorial Trafford de Canadá en 2006. Luego vino “Esta isla de Siempre” editada ahora por Adarve y “Lo que el tiempo nos dejó” que se encuentra en concurso.

En el 2021 la Editorial Lunetra, de La Florida, editó mi libro “Cuentos Plebeyos”.

Creo que el escritor Luis Leopoldo García, que prologó el libro “Cuentos Plebeyos”, da en el blanco cuando afirma que escribo sin subterfugios, sin enunciados teóricos, ni eufemismos, ni lindezas teóricas y que mi prosa es contundente y dura como el puño de un boxeador.

Resulta que no hay eufemismos en la realidad y cada día la vida tiende más hacia la miseria de los pueblos. No soy en mi obra especulativo, solo trato de narrar lo inexplicable de la política y sus consecuencias en el pueblo.

¿Cuál fue el último libro que leíste?

Por ambos lados del Kremlin, de Serguei Filatov

¿Por qué lo elegiste?

Desaparecido el campo socialista, los países que lo integraban se encontraron en una disyuntiva: hacer el socialismo democrático o regresar al capitalismo. Tan desprestigiado estaba el socialismo que la realidad fue que regresaron al capitalismo. Cuba hace 30 años está en esa ambivalencia, no construye el socialismo y no se decide regresar al capitalismo abiertamente, lo hace tras bambalina.

Es importante conocer la historia de esos países, porque el que estudia e investiga no tropieza dos veces con la misma piedra. Ahora está de moda desmenuzar el estalinismo para desacreditar el socialismo; pero es un hecho, que lo difícil, es abandonar las prácticas mafiosas en la dirección de la sociedad. Pareciera que Stalin sigue vivo y coleando.

En definitiva, me nutro de la historia que, al decir de Cervantes, “es madre, émula del tiempo, depósito de las acciones, testigo de lo pasado, ejemplo y aviso de lo presente, advertencia de lo por venir”.

¿Y ahora qué, algún nuevo proyecto?

Terminar la segunda parte de “Cuentos Plebeyos” y de no ganar la novela que tengo en concurso, ver cómo puedo editarla.

Saludos

Orlando Ocaña Díaz

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