Entrevista a Ariel Hidalgo, autor del libro La opción Z. Cómo ser inmune a todas las enfermedades

 

Ariel Hidalgo

Ariel Hidalgo es escritor de libros como Orígenes del movimiento obrero y del pensamiento socialista en Cuba. Su obra José Martí y las pretensiones de predominio yanqui sobre el istmo de Panamá resultó premiada en el certamen de ensayo convocado por la U. de Panamá. En 1981, siendo profesor de Filosofía, fue condenado a ocho años de cárcel por el manuscrito titulado Cuba, el estado marxista y la nueva clase, publicado posteriormente. Ahora nos presenta La opción Z. Cómo ser inmune a todas las enfermedadesOs invitamos a conocer más a través de esta entrevista.


La opción Z

ISBN: 978-84-19748-86-7

Número de páginas: 132


Formato: 130 x 200


Colección: Biblioteca de Narrativa Breve


Autor: Ariel Hidalgo


Sinopsis:  Desde que la Covid-19 apareciera, a principios de 2020, se ha estado buscando el modo de ponerle fin mediante una serie de opciones que se han ido implementando a lo largo de más de dos años: confinamientos, cierre de fronteras y lugares públicos, medidas sanitarias y vacunas que se han aplicado hasta cuatro veces a la mayoría de las personas… Las consecuencias han sido numerosos conflictos, protestas multitudinarias que cuestionan la eficacia de estos remedios, crisis económicas y restricciones. Han muerto alrededor de diecinueve millones de personas en casi todo el planeta. Pero lo más importante no es contrarrestar la pandemia, sino ir a la raíz misma de la estrategia y de otros muchos problemas vinculados a ella, pues mientras esa causa no se aborde, otros virus seguirán llegando con iguales consecuencias. Ir a esa raíz de este y de otros muchos conflictos es el argumento de este libro de fácil lectura: una última alternativa al alcance de todos los seres humanos.




Háblanos un poco de ti 

 Pues de mí puedo decirte que soy vegetariano desde hace un cuarto de siglo, que hoy, con 78 años cumplidos me siento como un joven de 18, que hago ejercicios y corro al aire libre, que vivo sin compromiso alguno excepto con mi perrita que saco a pasear dos veces al día. 

Mi profesión es la de maestro y mi primera aula fue en una cárcel cubana impartiendo clases a presos condenados por motivos políticos. Estaba allí internado por causas menores, por desertar del Servicio Militar Obligatorio e intentar una salida ilegal del país después que todos mis seres queridos habían emigrado: mis padres, mi hermana y mi novia, a quien nunca más volví a ver. Por entonces no se permitía salir legalmente del país a los que teníamos edad militar. Al ser liberado, fui maestro de Primera enseñanza, luego, profesor de Matemática en nivel Secundario. Después impartí Historia en Facultades Obreras y, por último, Filosofía en el nivel de Bachillerato, en el mismo instituto donde yo había estudiado siendo un adolescente. 

Estando allí fui arrestado por escribir un libro crítico del sistema político-económico impuesto en el país. Fue un escándalo porque para entonces, además de profesor de Marxismo, era ya un autor conocido en el sector cultural de La Habana. La condena fue de ocho años de cárcel, pero estando allí, seis prisioneros fundamos el primer grupo de derechos humanos del país que dio inicio al movimiento disidente. Hoy ese movimiento cuenta con miles de activistas en todo el país. En 1988, tras cumplir siete años, fui liberado gracias a una campaña internacional que culminó con la gestión del Cardenal de Nueva York y fui escoltado, casi desterrado, hasta el avión que me llevó a los Estados Unidos. 

Viviendo en este país, he publicado ocho libros y numerosos artículos en revistas y periódicos. 

 

¿Qué podremos encontrar entre las páginas La opción Z

He logrado reunir, en un pequeño libro que sea fácil de leer, un conjunto de mis propias experiencias e indicios que se han dado a conocer por separados en varias épocas por personalidades eminentes pero que, en conjunto, revelan un secreto de vital importancia. Está a la vista de todos, pero se ha tratado de ocultar a toda costa por poderosos intereses que se verían afectados de darse a la luz en toda su magnitud como ahora se presenta aquí. 

La ciencia médica, a pesar de todos sus adelantos en nuestro tiempo, se halla, en realidad, en pañales, aunque ya varias investigaciones, en diferentes partes del mundo, comienzan a tantear los contornos de una dimensión hasta ahora desconocida, pero que se conocía y se practicaba en épocas remotas en una civilización humana que fue sepultada luego por acontecimientos, más que históricos, que tuvieron mucho que ver con la llegada del patriarcado. Todavía es un misterio, por ejemplo, muchos de los conocimientos del Antiguo Egipto. Pero de todos ellos, los más importantes eran los referentes a la salud. 

Yo comparo a esta civilización humana con una inmensa caverna donde las personas viven en penumbra alumbrándose con velas, desde que nacen hasta que mueren, sin salir nunca al espacio exterior, sin conocer que afuera hay otro mundo donde hay un sol esplendoroso que ilumina radiante todos los rincones.  

 

¿En qué ingrediente reside la fuerza de este libro? 

Mira, yo creo que lo más importante del contenido de este libro es que no se necesita ser médico para entender y aplicar lo que en él se expone, y cada lector podría comenzar a poner en practica sus enseñanzas sin necesidad de un terapeuta o un especialista. Jesús no era médico y sin embargo curó a muchas personas y decía que otros podían hacer lo que él hacía. Y efectivamente, sus discípulos luego curaban a otras personas. La palabra “evangelio” significa buena nueva. Y él vino a enseñar un conocimiento que, como muchos no creyeron, permaneció oculto, porque no hay secreto más oculto que aquel que nadie cree. Sin embargo, él decía: “Conoced la verdad y la verdad os hará libres”. Esa es la verdad que enseña este libro. 

Fue escrito en medio de la pandemia del covid. Tengo más de un amigo que se vacunaron cuatro veces y sin embargo se contagiaron y estuvieron al borde de la muerte. Otros, en mi edificio, en cambio, no se vacunaron y murieron. La cuestión no es ser negacionista. La pandemia era real. El virus era una cosa seria y murieron millones de personas en el mundo. La cuestión estaba en cómo enfrentarlo. Yo no me vacuné nunca, no me encerré en mi apartamento. Escribí este libro en una cafetería y no me contagié. Y en sentido general, nunca he tenido que tomar pastilla alguna, ni siquiera una aspirina. La única cirugía fue de apendicitis en una época de mi juventud en que no conocía aún las verdades que se enseñan hoy en este libro. 

 

 ¿Cómo describirías tu trayectoria de escritor desde la primera publicación hasta esta última? 

 Siendo adolescente, comencé a escribir noveletas policiacas en los cuadernos de estudio cuando interrumpí mis cursos escolares esperando un viaje sin regreso que nunca se produjo. Aunque años después me graduaría de Licenciatura en Historia en la Universidad de La Habana, mis verdaderos aprendizajes fueron en las bibliotecas, donde estudié Filosofía, Historia y Literatura entre otras materias. 

 Una vez escribí una historia sobre un soldado de un país en guerra que llega a la frontera enemiga y se da cuenta de que no hay diferencia alguna entre los que viven de un lado y del otro, y luego de muchas reflexiones, bota el fusil y deserta. Lo leí en un taller literario y un novelista cubano de cierto prestigio me dijo que aquello no era un cuento como creía sino un ensayo y me aconsejó ampliarlo. Le hice caso, escribí un libro que llamé Ensayo sobre las Fronteras y lo envié al concurso Casa de las Américas. No recibió premio, ni siquiera mención, pero solicité leer los apuntes de los jurados, Todos eran autores de América Latina excepto uno que era cubano. Las opiniones eran favorables excepto la del cubano que decía que no tenía un enfoque marxista. Aquello tuvo dos consecuencias: comprendí que mi género era el Ensayo y empecé a estudiar marxismo.  

Había estado escribiendo una historia de la Filosofía en Cuba y se me ocurrió que podía publicar los capítulos por separados como artículos. Un amigo que era ilustrador en algunas revistas, me recomendó una publicación cultural conocida, El Caimán Barbudo y me presenté allí con varios textos. Se interesaron y comencé a publicar. Allí supe de una agrupación de jóvenes escritores, La Brigada Hermanos Saíz, que se reunían en la sede de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba y empecé a asistir allí semanalmente. Pronto surgió un proyecto de publicar una antología por cada género. Pero resultó que como yo era el único ensayista, me hicieron la concesión de publicar un libro completo. Reuní varios de los artículos publicados, y los ordené cronológicamente, y así salió mi primer libro: Orígenes del Movimiento Obrero y del Pensamiento Socialista en Cuba. Despertó tanto interés que lo pusieron en la bibliografía suplementaria de todas las carreras de letras, y yo todavía ni siquiera me había graduado. No mucho después, durante un curso de post-grado, una profesora que no me conocía me aconsejó leerlo. 

Casi al mismo tiempo gané un concurso literario para todos los estudiantes universitarios de América Latina convocado por la Universidad de Panamá con José Martí y las pretensiones de predominio yanqui sobre el Istmo de Panamá, sobre la agenda oculta de los Estados Unidos en la guerra de 1898, pero el Gobierno Cubano no me permitió viajar a recoger el premio. La noticia fue silenciada en Cuba y la mayoría de las revistas dejaron de publicarme. 

Luego, cuando impartía clases de marxismo, me opuse a los actos de repudio contra los que intentaban salir del país durante el éxodo del Mariel. Un operativo de Seguridad del Estado registró mi domicilio y encontró el manuscrito que me llevó a prisión, Cuba, el Estado Marxista y la Nueva Clase, que sería publicada en Estados Unidos en forma de libro en 1988, el mismo año en que llegué a este país.  

Al año siguiente la actriz Teté Machado y yo nos unimos en matrimonio y creamos juntos el Buró de Información del Movimiento de Derechos Humanos en Cuba, que sirvió de centro de recepción y difusión de casi todos los reportes del movimiento disidente en Cuba. Gracias al inmenso archivo que fuimos acumulando, publiqué, en 1994, un libro de 411 páginas titulado Disidencia, ¿Segunda Revolución Cubana? 

Desde entonces publiqué numerosos artículos sobre diferentes temas en varias revistas y periódicos, principalmente en El Nuevo Herald de Miami. 

En 2002 un estudio de dos historiadores españoles, Arnáiz-Villena y Jorge Alonso sobre una antiquísima civilización, publicado en la revista Vivir la Arqueología, me motivó a investigar por mi cuenta. Las conclusiones a las que llegué fueron para mí de tal trascendencia que marcaron desde entonces una nueva visión de ver el mundo en mis posteriores obras: El más Grandioso de todos los Secretos (2014), La Revolución del Espíritu (2015), Jesús de Capernaún (2020), Apocalipsis, la Gran Revolución Civilizatoria (2021), Más Allá de Marx (2022) y sobre todo, La Opción Z, Cómo ser Inmune a Todas las Enfermedades (2023). 

 

¿Cuál fue el último libro que leíste?  

Lo último que leí, que yo recuerde, fue una historia novelada de la vida de Santa Elena, El Arbol de la Vida.  

 

¿Por qué lo elegiste? 

Me interesó porque Santa Elena era la madre del Emperador Constantino, quien imprimió un giro radical a la Iglesia Cristiana. Los cristianos de hoy lo veneran porque supuestamente sacó a la Iglesia de la clandestinidad y la convirtió en religión oficial de todo el Imperio, pero en realidad, según mis estudios, fue todo lo contrario. Constantino atrajo a los cristianos para después reformar la Iglesia de acuerdo a sus intereses. No fue Roma la que se cristianizó, sino que fue la iglesia la que se romanizó, y ya no fue la misma de antes, la del pez, sino la de la cruz, que era el signo de la caballería romana. De esto hablo yo más detalladamente en Jesús de Capernaún

 

Y ahora qué, ¿algún nuevo proyecto? 

Tengo varios proyectos, pero el que principalmente estoy trabajando es en grande, de más de trescientas páginas. Hasta ahora su título sería Destrúyanse sus Obras mediante el Fuego, donde revelo varios secretos de mi vida que no he dicho antes y que darán qué hablar. Es una historia que siendo real, parece novela. Te adelanto los tres primeros renglones: 

“En un bosque de barrotes, muros y rejas, un hombre canoso se me acercó para hacerme una proposición suicida. En verdad, esperaba que un hombre canoso me hiciera una propuesta, pero nunca semejante propuesta. Y yo, supuestamente, debía aceptarla”.  


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