Entrevista a Guiomar Patiño, autora del libro Vidas sin tiempo

 

Guiomar Patiño

Guiomar Patiño es una escritora albaceteña y residente en Murcia, estudia Filología Clásica y desarrolla su labor docente como profesora de latín. Ha publicado: Porque no eres reina te lamentas, resultado de una investigación y Una muerte clásica, ambas publicadas por Editorial Adarve. Vidas sin tiempo es una obra sobre los hombres y los dioses compuesta de relatos.  Os invitamos a conocer más a través de esta entrevista.


Vidas sin tiempo

ISBN: 978-84-19748-76-8

Número de páginas: 242


Formato: 130 x 200


Colección: Biblioteca de Narrativa Breve


Autor: Guiomar Patiño


Sinopsis: Es esta una colección de relatos engarzados por la idea de una vivencia tan posible o real para los protagonistas como para los lectores. Una peripecia particular y universal a un tiempo, al tratarse de la expresión de sentimientos individuales. Son cuatro los bloques que agrupan las diferentes narraciones: HOMBRES, en el que encontramos relatos de personajes reales (o al menos posibles) moviéndose entre el horror de la guerra o el campo de concentración, la tentación suprema del amor fingido o la fuerza encontrada en los demás; DIOS Y LOS HOMBRES, un cuarteto sacro en el que se exploran los sentimientos de los protagonistas en torno a la muerte y resurrección de Cristo; LOS HOMBRES Y EL DESTINO, con Roma, sus personajes y sus mitos como protagonistas y HOMBRES Y DIOSES, que nos ofrece pasajes mitológicos desde el punto de vista de sus protagonistas, más humanos que fingidos.



Leer primeras páginas


Háblanos un poco de ti.

Yo soy una persona de lo más normal y cotidiano. Como ya he dicho otras veces, nací en Albacete y resido en Murcia. Me gusta definirme a través de lo que hago, ante la posibilidad, que siempre les digo a mis alumnos, de ser mi juez más severo y, en ocasiones mi mayor desconocido, por no decir mi peor enemigo.

Soy básicamente una profesora de latín, es decir una especie en extinción orgullosa de serlo y para la que lo más importante en la vida es lo más privado, es decir mi familia y mis amigos.

 

¿Qué podremos encontrar entre las páginas Vidas sin tiempo?

Relatos escritos en muy distintos momentos de mi vida y que, de alguna manera, yo creo que evidente, reflejan mi personalidad y mis creencias. Los hay muy personales, relacionados con personas muy cercanas, y otros cuyos protagonistas se me presentaron un día reclamando su puesto en mis escritos, pero, a mi modo de ver, lo que unifica el contenido del libro es precisamente que son más sentimientos reflejados en personas, o personajes, que personajes con sentimientos. Uno siempre puede entender lo que siente otro a poco que esté dispuesto a hacerlo y se da cuenta de que no cambia tanto una simple variación de piel, sexo o realidad.

En ellos, en mis relatos, la mitología, la mía, la greco-romana, ocupa un lugar principal porque su vigencia es absoluta.

 

¿En qué ingrediente reside la fuerza de este libro?

Eso es difícil de decir, por lo menos hasta que lo haya leído alguien ajeno a mí. Según yo lo veo trata temas muy variados y que, por lo tanto, pueden atraer a gente muy diversa. Incluso en los que tratan un tema mitológico no se ha optado por las versiones más conocidas, aunque los personajes sí lo sean. Yo creo que es un libro con el que uno se puede divertir y que, como todos los de su género, cuenta con la ventaja de que te puedes organizar tú mismo los relatos en función de tu estado de ánimo cada vez que lo sacas de la estantería, real o virtual, sea cual sea el caso. Y, quizá, sólo quizá, y si hay suerte, tal vez pueda producir un poquito de lo que los griegos llamaban catarsis, un poco de liberación para nuestras vidas tan complicadas.

 

¿Qué quieres transmitir a través de este libro?

 

¿Sería muy presuntuoso por mi parte decir que un poco de felicidad al lector? Me gustaría enormemente que el que leyera mis escritos se sumergiese en ellos, viese belleza en lo que lee y se aislase de sus problemas. A mí escribirlos me ha servido para eso. He aprendido con mis personajes a encajar la vida; me he olvidado de un dolor viendo otros mayores y más terribles; he saboreado el reencuentro y la esperanza y hasta la fe: en los hombres, pero también en Dios o en aquello en lo que cada uno ponga su fe.

 

¿Cómo describirías tu trayectoria de escritor desde la primera publicación hasta esta última?

Bueno, han pasado los años y no pasan en valde. Creo que he evolucionado, y espero que para mejor, en mi forma de escribir, en mi confianza para hacerlo y para transmitir lo que escribo.

Algunos de estos relatos, cuentos, se escribieron sin esperanza de que salieran jamás del cajón donde los guardé y resulta que, después de que Adarve me diera la oportunidad de publicar mis dos libros anteriores, ahora sí los veo en los ojos y las mentes de otros. Publicar te da respaldo y confianza y, desde luego, es un lujo. No puedo dejar de agradecer a editoriales como las del grupo Caudal esa confianza.

 

¿Cuál fue el último libro que leíste? ¿Por qué lo elegiste?

El último que leí completo es precisamente uno publicado también por Adarve. Se trata de “Un trozo de queso” de José Luis González. Un libro también de relatos tan bien escritos y con una sensibilidad tal que, si su autor no se enfadara conmigo, yo equipararía a una gran caja de bombones, uno quiere comérselos todos, pero, al mismo tiempo, no quiere que se acaben.

Pero se acabaron y hasta que encuentre más libros del mismo autor, estoy releyendo uno que leí hace tiempo, “La ley del Amor” de Laura Esquivel, porque disfruté mucho cuando lo leí con muchos menos años que ahora y quería ver si mantenía su encanto a mi edad y lo cierto y verdad es que, más que mantenerlo, lo ha aumentado.


Y ahora qué, ¿algún nuevo proyecto?

Por supuesto. Eso es precisamente lo que me ha dado el hecho de ver mis obras, obritas más bien, publicadas: ganas de compartir lo que sigo haciendo. Hacerlo ya es casi un imperativo de mi salud mental; compartirlo es un placer nuevo recién descubierto. Lo que pasa es que soy muy celosa de mi intimidad, o muy pudorosa con esta nueva etapa, según se mire, y no me atrevo de hablar de proyectos hasta que no están cuajados y casi empaquetados. Sigo escribiendo y a ver a dónde me lleva esta vez el viento.

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