Entrevista a Mario Miguel Ojeda, autor del libro Densidades deducidas
Mario Miguel Ojeda es un escritor mexicano, profesor e investigador universitario radicado en Veracruz, México. En 2022 aparece Lo que podemos contar, su primer libro, publicado también por Adarve. En Densidades deducidas da un paso decisivo en el camino hacia su madurez creativa.Os invitamos a conocer más a través de esta entrevista.
Número de páginas: 316
Formato: 150 x 230
Colección: Adarve
Autor: Mario Miguel Ojeda
Háblanos un poco
de ti.
Por el momento sigo siendo, fundamentalmente, un académico universitario
que ha decidido incursionar en la escritura de literatura. Desde que apareció “Lo que podemos contar”, mi primera novela, he
estado tomándome más tiempo para mis trabajos de escritura creativa. Para
entrar en un periodo de reflexión, después del regocijo de ver que mi novela
estaba circulando, lo primero que hice fue revisar mis archivos; me encontré
varias piezas de narrativa breve. No pude evitar repasarlas y , en cierta
medida, reescribirlas; esto me hizo sumergirme en mis recuerdos e identificar
las motivaciones que tuve cuando las concebí y redacté por primera vez. Fue
como ir a mis orígenes en relación con la escritura. Con este ejercicio me he
logrado explicar, en alguna forma, muchas de mis obsesiones temáticas; podría
decir que me he identificado con alguien que es el autor que quiero ser: el que
siempre he querido ser. Analizando serenamente los resultados de esta
introspección, creo que tengo claro que estoy ante una empresa muy demandante,
y que deberé reorganizarme; o más bien, organizarme para poder afrontarla.
Antes —en otra entrevista— había dicho que al verme en el pasado,
mientras leía y escribía, me decía que me estaba preparando para ser escritor —asumiendo
que el hecho de que apareciera mi primera novela ya me hacía escritor—; ahora
me doy cuenta que no, que aún me sigo preparando. En este sentido, quiero decir
que me siento más seguro de que estoy dando pasos en un camino, pero que cada
paso sólo me irá dando más confianza. En este marco, espero que las cosas
sucedan —confío en un plan supremo— y tendré denuedo para merecer lo que me
toca.
¿Qué podremos encontrar entre las páginas
Densidades deducidas?
Esta novela es, en primera instancia, un homenaje a la literatura; porque
creo que la literatura me ha dado tanto, que es lo menos que me merece: mi
homenaje. Es, entonces, una novela que habla de la literatura, y trata de todo lo
que concebí que podía articular en un trabajo narrativo en el que me puse un
reto: generar un entramado para que mis lectoras y lectores puedan dialogar:
dialogar —sobre todo— consigo mismos. Trata
de un tema que considero central en la vida: las circunstancias y las
decisiones, y es una versión de cómo las pasiones humanas generan los aderezos
que hacen que los eventos se vuelvan densos y que marquen rumbos, tracen rutas
y definan puertos. Creo que todos nos preguntamos hacia dónde vamos, adónde
queremos ir, cómo llegamos aquí, para qué estamos aquí, qué se espera de mí,
qué espero yo de mí, etc. En cierta medida, “Densidades deducidas” es una
provocación para pensar sobre estas y otras preguntas relacionadas.
En la trama aparecen, como telón de fondo, mi región —Veracruz— y mi país
—México—, pero también Francia, España y Alemania: muchos lugares,
acontecimientos, personajes, y mi versión de la historia política mexicana de
fin de milenio.
Es también una novela en la que mis personajes buscan – y eso quisiera— tener la capacidad de ser aceptados, no
importa cómo sean; en ese sentido, se trata de que mi prosa logre la empatía,
la comprensión; sé que esto es difícil en algunos casos, pero es lo que
intenté. El reto fue probarme como narrador; ya cada quien dirá si lo logré.
Quise que “Densidades deducidas” fuera, en primera instancia, como un bosque,
un bosque denso: muchos escenarios, muchas historias, muchos eventos, muchas
pasiones. Espero que el lector o lectora –quien se decida a entrar— se sienta
llevado por parajes, expuesto a intensidades, a ir por tránsitos y —a final de
cuentas— arribar a destinos.
¿En qué ingrediente reside la fuerza de este
libro?
La fuerza del libro está en la narración, como decía; quise, con la
capacidad de las construcciones del lenguaje poder llevar a mis lectoras y
lectores por un trayecto donde los acontecimientos se hacen “densos”, —podría
decirse intensos—, y que —ellas y ellos— puedan vivirlos acorde a sus propias
vivencias, experiencias, recuerdos, ideas, etc. Los temas que me ocuparon en
esta ficción podrán también ser “deducidos” por quien los transite a través de
la lectura. Quisiera pensar que logré una verosimilitud que, junto con la
tensión de los eventos y acontecimientos, hará que quien inicie quiera seguir
leyendo. Por otro lado, pienso que si algún merito tiene este libro, es que se
pensó mucho para estar bien hecho. En este sentido debo recordar que mi primera
novela surgió con mucha espontaneidad; esta segunda se diseñó en su estructura
y se fue haciendo conforme a un plan; bueno —tengo que acotarlo—, a final de
cuentas un plan adaptivo: porque hay cosas que fueron surgiendo conforme
escribía.
En fin, quise hacer literatura; por supuesto, como yo la entiendo.
¿Qué quieres
transmitir a través de este libro?
Dos cosas,
básicamente: (1) que hay muchas circunstancias que nos definen, pero así mismo muchas
decisiones; así, las causas y los azares van tejiendo la historia, la historia
de los personajes, y también la historia de las comunidades; la novela es un
tejido basado en esta idea; y (2) que la literatura es una forma de existir, en
esta gran ficción, que a veces la llamamos vida, y que la construcción del
devenir se hace con la memoria, una capacidad muy limitada para recordar, y más
bien una capacidad para trazar el devenir inmediato; por eso en esta novela, a
falta de precisiones memorísticas, las “densidades son deducidas”.
¿Cómo describirías tu trayectoria de
escritor desde la primera publicación hasta esta última?
Han sido unos
años muy intensos, llenos de gratitud, en los que he podido dar pasos, pequeños
pasos —de hecho sólo dos novelas y tres
proyectos—, en el camino que me he dado como autor de literatura. Dicho esto,
no tengo más trayectoria, me veo aún en ciernes.
¿Cuál fue el
último libro que leíste? ¿Por qué lo elegiste?
“Para no volver”, de Esther Tusquets; tenía ganas de leer a esta autora y
me topé con esta novela, que una vez supe de qué iba, me atrapó, sobre todo por
la trama intimista; así, rápido, ya estaba en esa atmósfera angustiosa. La leí
también porque desde las primeras páginas me atrajo la forma de escritura,
entreverada, podría decir “poco fluida”, que a su vez genera una intensidad que
logra impregnar las sensaciones que la trama produce. En fin, puedo decir que
me gustó la experiencia.
Y ahora qué, ¿algún nuevo proyecto?
Como decía, tengo
tres proyectos, uno casi acabado, el de las narraciones breves, y los otros dos
que están concebidos como “de largo aliento”; es decir, necesitaré tiempo y
condiciones —sobre todo lo
primero— para acometerlos como
quiero. Bueno, ya estoy encomendado, y confío.
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