Entrevista a Álvaro Pérez Capiello, autor del libro El tubo
Álvaro Pérez Capiello es un escritor y economista egresado de la UCAB de Caracas, Venezuela, y postgrado en Gerencia y Admón. en Barcelona. Ha publicado diecinueve libros: cuentos, novela, ensayo e infantil se encuentran entre su florilegio literario. El tubo es una novela de tintes negros que no podrás dejar de leer. Os invitamos a conocer más a través de esta entrevista.
Número de páginas: 160
Formato: 150 x 230
Colección: Adarve negra
Autor: Álvaro Pérez Capiello
«Nunca mires dentro del tubo, puede que no te guste lo que veas».
Leer primeras páginasHáblanos un poco de ti.
Esa es una complicada cuestión. Ja, ja, ja
(risas), me coloca en una posición similar a la del protagonista de mi novela
"El Tubo". Hay que admitir, que resulta más sencillo describir a los
demás que a uno mismo. Antes que nada, diré que soy un escritor, y que los
personajes de mis novelas son hombres y mujeres comunes, que lidian con los
acontecimientos de la cotidianidad a su manera. No hay, pues, héroes capaces de
realizar proezas inimaginables, solo aquellos seres de carne y hueso que
respiran, comen, trabajan, aman, duermen y batallan con las emociones. Me
definiría como un constructor capaz de creer en los sueños, pero sin abandonar
la realidad. No en balde, me gradué de economista. Creo en el amor verdadero,
en la inmortalidad del alma, y en el arte, aquel que es capaz de trascender el
instante que lo incubó.
¿Qué podremos
encontrar entre las páginas El tubo?
Sin duda, el lector culto sentirá una afinidad
con "El Retrato de Dorian Gray", la obra maestra de Oscar Wilde,
publicada originalmente, por entregas, en el Magazin Lippincott's, de junio de 1890. Timothy Albright, el
protagonista de "El Tubo", es guapo, exitoso, y con una atracción
especial por las cosas bellas. Como en el caso del joven Dorian Gray, todo en
su vida le sonríe. Eso, hasta que hereda una vieja casa que esconde un terrible
secreto en un armario de la planta alta. Pronto, la muerte lo rondará,
llevándolo a un encuentro consigo mismo. ¿Estará preparado Timothy a contemplar
su verdadera imagen dentro del tubo, al igual que Dorian emplazado frente a su
retrato?
¿En qué
ingrediente reside la fuerza de este libro?
"El Tubo" es un thriller, de misterio y suspense, que privilegia el elemento
sicológico. Constituye una reflexión sobre los siete pecados capitales, las
faltas que ensombrecen la conciencia humana en una época de excesivo
materialismo. La fuerza del libro estriba en que los personajes transitan la
cotidianidad sin saber que sus vidas pueden cambiar en un instante por un
evento azaroso, que los conduciría a una realidad capaz de superar, con creces,
a la ficción más encarnizada.
¿Qué quieres
transmitir a través de este libro?
Si hay una palabra que resuma el mensaje del
libro, esa sería aceptación. Tal
vez, los seres humanos hemos sido educados para criticar a los demás y al mundo
que se mueve a nuestro alrededor, sin embargo, no somos capaces de lanzar una
mirada hacia el interior de nuestro ser. ¿Qué ocurriría si la providencia nos
otorgara la gracia especial de observar los más escondidos rincones de nuestra
conciencia? ¿Saldríamos, o no, airosos de esta empresa? Las cosas no son buenas
o malas per se, simplemente son
cosas, de la misma forma que las historias son solo historias.
¿Cómo describirías
tu trayectoria de escritor desde la primera publicación hasta esta última?
Mi primer libro, "Ventanas", fue
editado en Caracas, en 1991. Pienso que un escritor nace, si bien su obra se va
enriqueciendo a lo largo del tiempo con la experiencia y muchas lecturas. Para
mí, escribir es un oficio, casi un apostolado, una manera de vivir y entender
la vida. No transitaría un solo día de los años que me restan por delante sin
un bolígrafo y unas cuartillas borroneadas en las manos. La profesión del
escritor no se escoge. Si hay algo que deseo transmitir a quienes se aventuran
en el apasionante mundo de las letras es que deben ser muy críticos con sus
obras, y respetar el oficio como quien cuida una gema preciosa. Mi trayectoria
de escritor se resume, pues, en trabajo, trabajo, y más trabajo. El día que no
me asombre con lo que haya escrito, simplemente dejaré de hacerlo, eso, por
respeto a los lectores y a los veinte libros que he publicado.
¿Cuál fue el último
libro que leíste? ¿Por qué lo elegiste?
Me he decantado siempre por los clásicos. Hay
cosas que nunca pierden su vigencia... Como lector, disfruté mucho las obras
de: Edgar Allan Poe, H.P. Lovecraft, Oscar Wilde, Robert L. Stevenson, Julio
Verne, Charles Dickens, o Herman Melville, por solo citar algunos autores. Para
mí, eran auténticos remedios para el alma. Últimamente, llegó a mis manos de
regalo "Marina", de Ruiz Zafón, una novela que me conectó con los
años en que viví en Barcelona (España), y que reconozco está muy bien escrita,
trayendo a la memoria pasajes de "El Fantasma de la Ópera", o de
"Frankenstein o el moderno Prometeo".
Y ahora qué, ¿algún
nuevo proyecto?
He culminado una nueva novela, de espionaje, que
promete estimular el goce de los lectores desde la primera hasta la última página.
Es una obra de trescientas cuartillas, fruto de una gran investigación, que se
desarrolla entre los Estados Unidos de América, México y Roma. Por ahora, me
toca el tema de encontrarle un editor. Parafraseando a Juan Goytisolo:
"ojalá el viaje del manuscrito dentro de la botella no sea muy
largo". De cualquier forma, pienso que cada novela tiene su tiempo, al
igual que los buenos vinos, y como todo acto de la vida.
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