Entrevista a Andy L. Escandon, autor del libro Dos rosas, una revolución

 

Andy Luis Escandón Rojas

Andy L. Escandon es un escritor cubano, residente en Madrid. Ha desarrollado otros géneros como el guion, el relato corto y la novela, siendo la narrativa la que le ha ocupado el mayor tiempo. Sus estudios sobre la Revolución en Cuba —la supuesta búsqueda de la igualdad y de la mujer como su epicentro—, han dado como resultado Dos rosas, una revoluciónOs invitamos a conocer más a través de esta entrevista.


Dos rosas, una revolución

ISBN: 978-84-19899-13-2

Número de páginas: 212


Formato: 150 x 230


Colección: Adarve


Autor: Andy L. Escandón


Sinopsis: Rosa, una joven nacida en una familia pobre del campo, siente un constante temor por el patriarca de la casa, Félix, su padre. En cuanto ve la oportunidad de desprenderse del brazo paterno se traslada a la ciudad tras ser pedida en matrimonio por Raúl, un joven militante de la naciente revolución cubana de 1959. Al principio la relación no es diferente del canon establecido socialmente en el país, no obstante, todo se troca cuando Rosa queda embarazada y, en contraposición a los propósitos de su marido, decide dejarse la barriga. A partir de este punto comienza un nuevo camino para Rosa en el cual su carácter y decisiones estarán permeados constantemente por este nuevo ser que quiere traer al mundo, con quien se siente identificada de forma inconsciente.




Háblanos un poco de ti.

Estudié en la Universidad de las Artes en La Habana, Cuba, en el perfil teatral de dramaturgia. Recuerdo haber entrado a la carrera sin tener ni idea de qué era aquello, pero me había dicho que era lo más parecido en el país a una carrera de escritor -que era a lo que aspiraba desde los quince años-. A pesar de no terminar la carrera, reconozco que adquirí en ella muchas herramientas escriturales que me han servido de mucho, tanto desde el punto de vista de escritor como de lector.

Irónicamente, recuerdo que mi etapa más ardua de lectura en mi vida fue justo al salir de la Universidad. Tuve la suerte de conseguir un trabajo que me ocupaba muy poco tiempo y el resto del día lo dedicaba a leer en la mañana y a escribir en las tardes. De ahí salieron ideas y proyectos que en algún momento verán la luz, o no. Da igual. Lo importante es nutrirse y producir letras, siempre y cuando ello nos produzca placer. Hoy en día no me concibo sin dos cosas: un libro y un proyecto de escritura.

 

¿Qué podremos encontrar entre las páginas Dos rosas, una revolución?

“Dos rosas, una revolución” es la historia de mi abuela y mi madre. En un principio me llamaron la atención los sucesos propiamente dichos de la historia de mi abuela. Mientras más me hablaba de su vida, más interesante me parecía la fortaleza que tuvo para derribar cada barrera que se le plantó exteriormente en la vida. Su historia lo tiene todo: un personaje que nace en condiciones desfavorables, a merced de sus circunstancias, pero incómoda con la situación; y así como hoja que se deja llevar por el viento, pues va saliendo de lo que conoce hacia una mayor incomodidad que a la vez supone un desenvolvimiento. ¿Qué pasa? Que esa hoja va tomando conciencia de sí misma y se va empoderando, hasta no depender del viento y tomar el impulso ella misma. Eso fue lo que hizo mi abuela, de forma no premeditada. Pasó de ser una niña inocente campechana, presa de las decisiones de la familia, la sociedad, su esposo, etcétera, a tomar las riendas de su vida, a pesar de que esto significase una lucha constante. Las rebeliones siempre traen costo interno.

Por el tiempo en el que decidí plasmar la historia de mi abuela en letras, estuve a la vez dando mis primeros pasos -digamos que “adentrándome”- en el concepto del feminismo y su significado a nivel histórico y social. Empecé a descubrir lo que siempre estuvo ahí: una relación estrecha, casi invisible, entre lo que había sido la vida de mi abuela hasta el momento y la sociedad patriarcal en la que vivimos, que a su vez guarda relación con el sistema político de Cuba, ya que en un principio lo que el gobierno llama “revolución” llenó de promesas al sector femenino, con una idea de la “nueva mujer revolucionaria” que era más bien otra forma de yugo disfrazado de consignas patrióticas. Todo esto, en la historia, está de trasfondo, pero es imprescindible para entender la sociedad cubana de los años 60´s en adelante.

Hay una obra de Ibsen que me encanta, “Un enemigo del pueblo”, en la cual el personaje, sin desearlo del todo, se ve envuelto en una lucha social e interpersonal que le cuesta la paz interna. “Dos rosas, una revolución” tiene algo en común con esta magnífica obra: la lucha de un personaje contra el mundo. Rosa, la protagonista, sin ser consciente de ello nació batallando. El lugar donde nació, las condiciones en las que se creció, su familia…todos ellos son factores que la atan a una realidad con la cual no está complacida. Y una vez que decide crearse su propio mundo la sociedad y sus patrones preestablecidos la empujan hacia el sitio que le ha sido otorgado como mujer cubana de la época. Salirse de ahí es su mayor lucha, con tantos frentes de batalla como sea posible imaginar en una sociedad doctrinal como es la sociedad cubana. Hasta la magia, el mundo de lo real-maravilloso que inunda a Latinoamérica de forma tan encantadora y a veces espeluznante, también se abre paso en esta historia como elemento de doble filo que sirve tanto para salvar como para hundir las esperanzas. Rosa es una mujer que no sabe casi nunca, en verdad, contra que lucha. Pero sabe que está luchando. No le queda de otra. ¿Qué cambia esa idea? Tener una hija. Es ahí cuando sus propósitos empiezan a cobrar forma. Los seres humanos solemos encontrar el altruismo en el sacrificio por el otro. Así nos han educado.

 

¿En qué ingrediente reside la fuerza de este libro?

Hay dos elementos que me parecen fundamentales: la realidad y la denuncia.

Truman Capote decía, parafraseándole, que para lograr una buena historia a veces la realidad debía ser ficcionada, a fin de que cobre más fuerza. En este libro las cosas que puedan parecer más ficticias se pueden asimilar como posibles por el simple hecho de que sucedieron. Los ajustes que he realizado son puramente a escala temporal para crear un vínculo mayor entre la historia de mi abuela y el proceso revolucionario que se ha vivenciado en Cuba. Esto nos lleva al segundo factor: la denuncia.

La revolución cubana trajo consigo un sueño del cual muchas personas -y esto también incluye el ámbito internacional- se sintieron, y sienten, defraudadas. Demasiadas promesas sin cumplir, demasiados embustes para lograr un objetivo que tampoco se llegó a cumplir. Yo me baso mucho en el aspecto de la mujer cubana porque me parece una de las mayores mentiras. El trecho entre lo que se dijo que sería y lo que es hoy la mujer en Cuba es amplísimo. Aún así, en la isla son pocas las personas que se han dado cuenta de lo sucedido, y la mayoría, sin han tenido la posibilidad, están fuera del país. La historia está centrada en el personaje, Rosa, sin embargo, no hay personaje sin espacio que habitar, y este espacio no es más que un pueblo en pleno inicio de reformación producto de una revolución política-social.

 

¿Qué quieres transmitir a través de este libro?

La fortaleza de la mujer como sector social que ha estado, y está, en constante lucha por alcanzar hacerse de un terreno en el cual la dejen existir en paz. Sin más. A pesar de que libro se basa en los años 60´s en Cuba, en el presente seguimos padeciendo las mismas barreras que creemos que dejaron de existir, o que son propias de años pasados. La trascendencia de esta historia se basa en su actualidad, a pesar de estar ubicada en un tiempo ya pasado.

 

¿Cómo describirías tu trayectoria de escritor desde tus comienzos hasta esta obra?

Tropezones para encontrarme a mí mismo como escritor; y aún sigo en ello. La espiral evolutiva y dinámica de la que tanto se habla en historia y filosofía. La búsqueda de la esencia propia, y el saber identificar que exige cada obra de uno como escritor. La relación autor-obra lleva consigo un diálogo, que puede parecer interno, pero no. Una vez que las letras son plasmadas más allá de nuestra cabeza toman vida propia, y exigen una comunicación, un diálogo visceral que, de no ser escuchado, puede caer en el tedio de un proyecto sin fuerza de voluntad para ser llevado a cabo. Es lo más parecido a una relación de pareja sana.

 

¿Cuál fue el último libro que leíste? ¿Por qué lo elegiste?

Poemas de Jaime Sabines. Tengo una relación con la poesía bastante extraña, ya que me es muy difícil encontrar autores y poemas que me seduzcan de una manera simple y a la vez encantadora. En ese sentido Sabines fue todo un maestro. Sus poemas parten de la cotidianidad, con unas exposiciones de pensamientos tan íntimos, tan viscerales, que es imposible no empatizar con su dolor y su alegría. Su forma técnica parece simple, pero está compuesta de matices más variados de lo que aparenta. Abelardo Estorino, un dramaturgo cubano, decía que se escribe sufriendo. Cada escritor que escriba desde el más hondo sentir sabrá hacer valer sus palabras. Y Sabines viene con esa grandeza de ser un poeta tan sencillo como profundo.

 

Y ahora qué, ¿algún nuevo proyecto?

Mi próxima novela, se puede decir, que dista mucho de parecerse a la presente obra; tanto en técnica, como en tipo de historia, como elementos escriturales… en todos los sentidos. Hasta cierto punto podrían parecer dos obras de diferentes autores. Está orientada hacia otro público también, por lo cual no me queda más que esperar las disímiles reacciones en el momento de su publicación.


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