Entrevista a José Manuel Alonso Pérez, autor del libro Juegos de niños. Memorias de un frentepopulista des-convencido
José Manuel Alonso Pérez es un escritor burgalés, políticamente incorrecto y amigo desde edad temprana del arte, la naturaleza y los libros. Desde 2006 ha logrado varios galardones y en 2020, a modo de colofón, el objetivo de ver publicada su primera novela, Si la mano te escandaliza. Ahora nos presenta Juegos de niños. Memorias de un frentepopulista des-convencido, una obra que habla de esas cosas de la Historia de España que se ocultan a sabiendas para no contrariar ciertos intereses políticos. Os invitamos a conocer más a través de esta entrevista.
Número de páginas: 106
Formato: 130 x 200
Colección: Biblioteca de Narrativa Breve
Autor: José Manuel Alonso Pérez
Háblanos un poco
de ti.
Pues sí, soy burgalés. De la capital. Nací en el que se considera uno de los lugares
más fríos de España y, además, en febrero; así que, tal vez por eso, algunos
dicen (en broma) que mi carácter se parece al que ofrece el invierno. Pero ya se sabe: manos frías, corazón
caliente. En el fondo, soy un
sentimental que procura conducir su vida por medio de dos normas: la del honor
y la de la excelencia. Doy el máximo
valor a la palabra que se empeña y a los actos nobles; y, en las diversas
tareas y proyectos que acometo, intento acercarme todo lo que puedo a la
perfección. Amo el arte verdadero, no el
que ahora se autonombra así por conveniencia.
Soy amigo incondicional de la naturaleza pero al modo antiguo, al modo
del que fuera mi paisano, el ya desaparecido doctor Félix Rodríguez de la
Fuente, y por eso detesto la actual parafernalia eco-absurda. Me gustan todas las ciencias: Física,
Química, Matemáticas, Paleontología… Aprecio
la cultura y el saber en grado sumo. El
deporte resulta imprescindible en mi día a día y, por lo que se refiere a los
libros… Una de mis más preciadas posesiones
es una edición del Quijote, abreviada para niños, que mis padres me regalaron
cuando cumplí nueve años. Ahí empezó mi
afición a la lectura y con eso queda todo dicho. Escribir y convertirme yo mismo en autor es
uno de los regalos que he obtenido de la vida.
¿Qué podremos
encontrar entre las páginas de Juegos de
niños?
Historia. Pero no la Historia
que se cuenta en los colegios, en las televisiones o en otros ámbitos públicos,
sino aquella que se oculta a sabiendas para no contrariar ciertos intereses
políticos.
¿En qué
ingrediente reside la fuerza de este libro?
En la verdad. El relato que
recoge Juegos de niños es ficticio,
pero no así el contexto que lo enmarca y la arquitectura de su trama. La verdad, tozuda siempre, revelará al que
pregunte cuántas vidas reales pasaron en su día por el mismo trámite que los
personajes de esta historia. La vedad,
sí. Cruda y descarnada.
¿Qué quieres transmitir a través de este libro?
Más que transmitir, quiero aportar. Es tan enorme la montaña de películas,
libros, documentales, artículos y discursos que hablan de los horrores del
fascismo, que he querido aportar un grano de arena, acaso, para corregir un
poco más el evidente desequilibrio, pues todo lo que se refiere a los horrores
del comunismo no supone, por comparación, más que un montoncito de grava.
¿Cómo
describirías tu trayectoria de escritor desde la primera publicación hasta esta
última?
Pues… como una línea recta. Mi
primera novela, Si la mano te escandaliza,
es una obra abiertamente crítica con la religión, con la justicia establecida y
con otras cosas. Ahora, en Juegos de niños, continúo con el afán de
sacar a la luz lo que yo creo que merece denuncia.
¿Cuál fue el último libro que leíste? ¿Por qué lo elegiste?
He terminado hace poco la lectura de una obra clásica, de las que
antes servían para hacer buenas series de televisión. Me refiero a La Barraca, del valenciano Vicente Blasco Ibáñez. Es una obra corta pero jugosa, muy bien
escrita y que tiene la virtud de transportar al lector a ese ambiente bucólico,
entrañable, inocente en cierto modo, y también recio, que tuvieron la suerte de
conocer nuestros abuelos. Es la literatura
de siempre. Por las sensaciones que
dejan en el espíritu, es por lo que leo esta clase de libros.
Y ahora qué,
¿algún nuevo proyecto?
Proyectos, por fortuna, nunca faltan.
En el campo que nos ocupa, tengo dos más o menos inmediatos. El primero se concreta en la creación de un
libro de relatos referidos al asunto eco… (mejor, me guardo el calificativo), y
el segundo pasa por dar forma y cuerpo a otra novela que, siguiendo la línea
antes mencionada, deberá ser interesante, pero también ácida.
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