Entrevista a Marina Gamazo, autora del libro La hora en la que bailan mis fantasmas
Marina Gamazo es una joven escritora leonesa que eligió los estudios de Historia en la universidad. En La hora en la que bailan mis fantasmas deja volar sus miedos y deseos sobre las alas de la imaginación. Os invitamos a conocer más a través de esta entrevista.
Formato: 150 x 230
Colección: Verso y color
Autor: Marina Gamazo
¿Qué podremos encontrar entre las páginas de La hora en la que bailan mis fantasmas?
Se trata de un proceso de construcción personal, de maduración a lo
largo de cinco años que representan el paso de la adolescencia a la vida adulta
en el que se producen saltos adelante pero también y sobre todo muchos pasos
atrás porque la vida no es una evolución lineal y parece que siempre son más
los errores que los aciertos. Es una lucha constante contra los propios miedos
y angustias, mis fantasmas, contada a través de una reflexión sobre la
esperanza y lo que esta aporta, tanto bueno como malo. Hay poemas de todo tipo
y tema pero en todos ellos pueden observarse estos late motiv.
¿En qué ingrediente reside la fuerza de este libro?
No tengo claro que se pueda hablar de
un único ingrediente pues no soy partidaria de reducirlo todo a un único elemento,
creo más bien que todo es relativo y depende de muchos factores. Pero si
tuviera que elegir, diría que es una historia personal, de especial
sensibilidad y emoción, que, sin embargo, tiene mucho de colectiva. Creo que
muchas personas, sobre todo jóvenes de mi generación, pueden sentirse
identificados con algunos de los poemas porque al fin y al cabo todos estamos
marcados en cierto sentido por una misma época con unos mismos condicionantes.
¿Qué quieres transmitir a través de
este libro?
Aunque resulte contradictorio, sobre
todo al leer los primeros poemas, para mí representa un mensaje de esperanza.
El poema que escogí para cerrar la obra es un canto a ella y creo que mi yo más
personal y sentimental, el que reflejo en estas páginas, puede estar orgulloso
de haberse reconciliado con ella, de haber madurado lo suficiente para darse
cuenta de que puede ser un aliado y no un enemigo si se maneja con cabeza, es
decir, con la suficiente conciencia de que es necesaria pero nunca va a ser la
panacea sino que hace falta una buena dosis de realidad y objetividad.
¿Cómo describirías tu trayectoria de escritor
desde los primeros poemas incluidos en la obra hasta los últimos?
Para mí ha sido un proceso de
crecimiento personal, en el que he ido ganando libertad conmigo misma. Ya no me
preocupa tanto que lo que escribo se ajuste a unos cánones sino que prefiero
dejar volar mi imaginación porque sé que no forzarme o imponerme reglas me
ofrece resultados más satisfactorios. También considero que he evolucionado hacia
una poesía más seria y profunda que probablemente venga marcada por la edad
pues cuando empecé a escribir apenas era poco más que una niña y las propias
experiencias van forjando la forma de pensar y de expresarse además de los
gustos.
¿Cuál fue el último libro que leíste?
¿Por qué lo elegiste?
L’étranger, de Camus. Lo elegí casi sin querer, por azar, como todas las buenas
lecturas. Rebuscaba en la biblioteca de mi madre como siempre que me apetece
leer algo diferente y me llamó la atención porque recordé que me lo había
recomendado un amigo al que le pareció interesante. No me defraudó. Salvando
las distancias, que no son pocas, creo que su protagonista podría encajar con
la desesperanza que transmiten mis primeros poemas.
Y ahora qué, ¿algún nuevo proyecto?
Nunca paro
de escribir poesía aunque dejo que sea ella quien me busque. Siempre procuro
tener una libreta y un lapicero o al menos la aplicación de notas del móvil a
mano por si acaso me viene alguna idea nueva a la cabeza. Pero proyectos nuevos
como tales de momento nada fijo, soy de ir poco a poco. Eso sí, me gustaría
publicar novela algún día.
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