Entrevista a Noé Baryn, autor del libro MYP-33

 

Noé Baryn

Noé Baryn es un escritor hispanoamericano que escribe desde muy joven y ha publicado varios libros bajo diferentes pseudónimos. MYP-33 son unas narraciones de ciencia ficción donde muchas veces la ficción es muy semejante a la realidad actual. Os invitamos a conocer más a través de esta entrevista.


MYP-33
ISBN: 978-84-10082-16-8

Número de páginas: 232


Formato: 150 x 230


Colección: Adarve


Autor: Noé Baryn


Sinopsis: La ficción puede devenir realidad o, al menos, asemejarse a ella. De hecho, en una época como la nuestra, ¿qué no es concebible? Un robot femenino habla en el Parlamento británico, dos astrónomos de Harvard nos advierten que cierto asteroide podría ser tecnología extraterrestre, y los xenobots microscópicos ya están aquí. El futuro echa sus raíces en el presente y, por lo tanto, es posible —y legítimo— intentar vislumbrarlo. Pero, sin importar aquello que el tiempo nos depare, la violencia, el amor o la muerte siempre estarán presentes. La ciencia ficción, pues, busca sopesar las posibilidades de nuestro porvenir. Representa la libertad de imaginar y de compartir lo imaginado. Las dieciséis narraciones de este libro intentan tal cosa.




Cuéntanos un poco de ti.

Es complicado hablar de uno mismo. En todo caso, he vivido toda mi vida exiliado. Salí a los veintidós años de Guatemala para escapar de una guerra civil, una guerra fratricida como todas. He vivido en México, Alemania e Inglaterra y, ahora, resido en Francia. He habitado en casi veinte diferentes ciudades a lo largo de mi destierro. Estoy habituado a llegar y partir. He sido algo así como un vagabundo por vocación y destino. A veces ya no siento raíces en ninguna parte, quizás porque biológicamente uno está más cerca de un animal nómada que de un árbol sedentario. Cuando estoy en América añoro Europa, y cuando estoy en Europa añoro América. O sea, talvez soy cosmopolita, pero así me siento bien. Supongo que he superado los nacionalismos que, a estas alturas, me parecen extravagantes. Hay planeta y humanidad, eso es todo, y debemos procurar que ambos subsistan.

 

¿Qué podremos encontrar entre las páginas de MYP-33?

Un intento por conocer el futuro. El pasado de nuestra especie y del universo los conocemos más o menos bien, tenemos ideas generales válidas sobre cómo fueron o sucedieron las cosas. Pero el futuro es obscuro. Y, sin embargo, con un poco de imaginación o, si se prefiere, sentido común podemos intentar vislumbrarlo. Yo creo que es necesario ese esfuerzo, además, es divertido.

 

¿En qué ingrediente reside la fuerza de este libro?

Responder esta pregunta es más difícil que hablar de uno mismo. Talvez eso depende del lector, de su sensibilidad o mentalidad. Por otra parte, intento hacer ciencia ficción un poco diferente.

 

¿Qué quieres transmitir a través de este libro?

Hay dieciséis narraciones en el libro y cada una de ellas nace de una inquietud distinta. Son temas que me preocupan o, simplemente, me llaman la atención. A veces, según creo, se manifiesta en el libro mi admiración por la ciencia, a veces mi temor ante la tecnología moderna, que bien puede conducirnos a un mundo mejor, a la autodestrucción o a un laberinto infernal del cual podría ser imposible salir. En todo caso, la humanidad, tal y como la conocemos, puede desaparecer en relativamente poco tiempo. Eso es enigmático e intimidante.

 

¿Cómo describirías tu trayectoria de escritor desde la primera publicación hasta esta última?

Yo tardé mucho en llegar a la ciencia ficción. Escribo desde adolescente porque esa es mi vocación. En Berlín Occidental, a mediados de los años ochenta, publiqué y, también, gané por certamen un par de becas literarias. He sido articulista en periódicos o revistas de mi país. Pero como viví trece años en Alemania, diez en Inglaterra y ya llevo casi quince en Francia, siempre he estado bastante desconectado del mundo de habla hispana. Yo he tratado de hacer mi trabajo lo mejor posible.

 

¿Cuál fue el último libro que leíste? ¿Por qué lo elegiste?

Leí The language of God (El lenguaje de Dios) del genetista Francis Collins, quien fue el director de la hazaña que significó mapear el ADN humano. Lo leí porque me interesa el tema y porque el autor es un científico que se convirtió al cristianismo luego de una lucha interna muy dura con su propia formación científica o materialista. Y también me interesó esa parte del libro. Yo creo en Dios. No soy religioso, no me adhiero a ninguna confesión, pero soy creyente. Y ese libro me reafirmó en la convicción de que el origen de muchos problemas radica en el olvido de lo espiritual. El círculo de nuestras conciencias individuales, de nuestra visión de la vida, no está completo porque hemos abandonado la búsqueda de lo trascendente.

 

Y ahora qué, ¿algún nuevo proyecto?

Estoy escribiendo una novela que habla de un amor en el futuro, de una pareja que se enfrenta a diversos problemas a finales del siglo XXI. Aún no sé si va a cuajar ese proyecto. 

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