Entrevista a Alfonso Toribio, autor del libro Yo quiero estudiar
Formato: 150 x 230
Colección: Adarve
Autor: Alfonso Toribio
Háblanos un poco
de ti.
No sé… me gusta, por ejemplo, vivir más
en la luna que con los pies en el suelo, quizá estos versos míos, que incluyo
al final de mi novela “Yo quiero estudiar”, me definan:
“No busques en el amanecer el sol,
hombre,
Búscalo en la fría noche de tu corazón,
En la estela viva de cometa lejano
Que dejas escondida cuando sueñas”.
¿Qué podremos encontrar entre las páginas
de Yo quiero estudiar?
Encontraremos la
lucha de un niño por adquirir conocimientos y cultura, cosa que consigue ya muy
adulto. La novela es un ejemplo palpable, de cómo la cultura, la auténtica
cultura, la que nos legaron nuestros clásicos, léase Quevedo o Machado, hace
verdaderamente libre al hombre.
¿En qué ingrediente reside la fuerza de este
libro?
En la tenacidad del
protagonista, en perseguir un sueño y no tirar la toalla nunca, y seguir y
seguir luchando hasta conseguir el objetivo.
¿Qué quieres
transmitir a través de este libro?
Que con tesón y empeño se puede conseguir lo que uno se proponga.
¿Cómo describirías tu trayectoria de escritor
desde la primera publicación hasta esta última?
Como un placer,
un disfrute, no en vano la literatura eso, entre otras muchas cosas, claro
está. Me gusta más escribir que leer, sentir la literatura desde la creación
misma. En el fondo soy un poco narcisista.
¿Cuál fue el
último libro que leíste? ¿Por qué lo elegiste?
“La velocidad de la luz”, de Javier Cercas. Me lo recomendó una hermana
mía, también filóloga, pero hasta que no lo acabé, no paré, me enganchó, como
se suele decir. Espero que a los lectores de mi libro les pase lo mismo que a
mí con el de Cercas.
Y ahora qué, ¿algún nuevo proyecto?
Ando detrás de
otra novela, pero voy muy lento, a mi ritmo. Tengo escritas unas 100 páginas,
pero empecé a escribirla hace más de un año. Escribo porque disfruto
escribiendo, no tengo otra motivación. Además, compagino poesía con narrativa.
Yo sé de la mariposa que les revolotea a los poetas en la barriga.
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