Entrevista a Eduardo Angarica, autor de La Habana es mi sexo

 

Eduardo Angarica


Eduardo Angarica
 es un escritor cubano y profesor de talleres literarios. Licenciado en Derecho y exmilitar en la especialidad de contrainteligencia. Ha publicado numerosos libros y La Habana es mi sexo es una novela sobre las historias escondidas de la urbe de La Habana. Os invitamos a conocer más a través de esta entrevista.


Editorial Adarve - La Habana es mi sexo

ISBN: 978-84-18366-06-2

Número de páginas: 142


Formato: 130x200


Autor: Eduardo Angarica


Sinopsis: La Habana, es viernes 3 de enero del año… La Orgía Universal ha comenzado en secreto. Los Agentes del ZAD, una organización de inteligencia sin bandera ni gobierno, intervienen la villa que cumple su primer milenio. Irrumpen en sus planes, contra lo imaginado, las historias escondidas de la urbe: un escritor que se prostituye en el campanario de la Catedral, la identidad de un hijo desconocido de Fidel Castro, la obsesión de un historiador devenido a peluquero y el silencioso retorno de la mafia de Estados Unidos a su antiguo cuartel: el Hotel Nacional de Cuba.





Háblanos un poco de ti.

Yo soy un cubano sin solución. No me suscribo esa frase que enarbolan muchos escritores que dicen, mi patria es mi lengua. Para mí, mi patria es, sin resquicio de dudas, Cuba. Siento ganas de escribir, de crear constantemente, lo que no se traduce siempre en resultados satisfactorios, de hecho he aprendido que hacer arte en gran parte es producir residuos o desechos y solo el 20% o menos es lo que en realidad tiene valor. Y escribir con consciencia, diría que comenzó en mi adolescencia al descubrir ese mundo complejo y que J.K. Rowling transformó en simple con su saga de Harry Potter. Comencé a imitar a Rowling, me preguntaba cómo había escrito y sobre todo, creado ese mundo mágico que me sometía a una fascinación total y la respuesta del cómo la respondía el propio libro. Algo más que puede dar pistas sobre mí es la sexualidad; una de las grandes marcas que mi experiencia de vida ha dejado en mí. Las personas homosexuales estamos ineludiblemente marcados, atravesados, regidos por la sexualidad. Y esto sucede porque te separan del resto del mundo desde el inicio. Esta separación, esta discriminación que te hacen creer y sentir como normal, te vuelve consciente de que tus intereses sexuales, que tu orientación sexual es la causa de tus males o tus bienes. Así que aprendes sobre sexualidad muy temprano en la vida e inevitablemente te sientes tentado a descubrir por qué tu sexualidad es un problema. Algo por lo que quiero ser recordado en la literatura, es por hablar de lo feliz que puede ser un homosexual y de lo lícito, que es nuestra sexualidad.

 

¿Qué podremos encontrar entre las páginas de La Habana es mi sexo?

La Habana es mi sexo, es la solución a un problema que se presentó en mi vida creativa. Un día escribí una historia pensando que sería una novela, pero en el camino se me acabó el relato. Luego comencé a escribir otra historia, totalmente diferente o al menos eso creía yo y le sucedió lo mismo. Después llegó otra y la dejé abandonada de nuevo y así se repitió el ciclo una y otra vez. Hasta que un día, en medio de un período cenagoso de mi vida, me di cuenta, leyendo aquello retazos de historias que había algo que las hilvanaba, que las unía y ese algo era La Habana. Como si fuera poco, yo venía de todo un proyecto importante llamado La Habana Intangible una exposición que hice junto a mi esposo Pierre Lebret, que mezclaba fotos de él y micro cuentos míos, dedicados a la ciudad. Obviamente, La Habana transformada ya en material de mi escritura, era el propósito oculto en todo aquel osario de historias sin terminar. Así nació la idea de armar un libro que por sí solo se fue armando al margen de mi conciencia y cuando llegué aquí a Francia, luego de haber ganado además una beca literaria en Cuba, pues me lancé a buscar una editorial, encontré a la editorial Adarve en España y pasado poco más de un año nace mi libro.

Aquí van a conocer a varios personajes a quienes la ciudad los mueve. Cada uno tiene una historia que gira en torno a La Habana, una Habana futurista, una Habana donde las cosas son diferentes, donde ya no se habla prácticamente de La Habana de hoy. Hay mucho de esas marcas literarias que caracterizan mi registro; hablo de sexo, hablo de contraespionaje, hablo de Fidel, hablo de Cuba, hablo incluso un poco de fantasía y en especial, ahora que lo pienso bien, también hablo de mí.

 

¿En qué ingrediente reside la fuerza de este libro?

Creo que este libro puede predisponer a los lectores, predisponerlos a sentir. Lo digo porque creo que estamos en tiempos donde todo queda en lo superficial. Hay tantas cosas que descubrir, novedosas y no tan novedosas, que pasamos la mano por encima, no hacemos un real ejercicio de descubrimiento, de la lectura en este caso o de la apreciación o de la escucha, sino que asistimos pues, a un acto reflejo, intuitivo, de posar la mirada, los sentidos sin sentir. Entonces lo que yo busco es que los lectores sientan, se identifiquen, que se predispongan en positivo a vibrar con este libro, buscar algo que les haga sentir y que en esa búsqueda, aunque no haya nada que les sorprenda, creo que el mero hecho de la búsqueda per sé, va a generar la energía suficiente para que sienten algo, para que impliquen con las historias que narra La Habana es mi sexo.

 

¿Qué quieres transmitir a través de este libro?

Yo diría una sola palabra: CUBA. Busco dar una visión de lo que es y de lo que podría ser mi país. Siento que esa pequeña isla del Caribe está cambiando y en esa vorágine que parece que no acaba de comenzar, pero estoy seguro que sí está en marcha, pues vamos a desembocar en una dinámica muy interesante, tal como ocurre en las historias del libro.

 

¿Cómo describirías tu experiencia desde el proceso creativo hasta tener el libro entre tus manos?

Como conté antes, este libro se escribió a sí mismo. Las historias fueron llegando a mí. Yo estaba adaptado a escribir y terminar mis proyectos, sin embargo estas historias no lograban concluir. Constantemente empecé y mal terminé las historias que componen el libro. El proceso se repitió seis veces, tenía en mis manos seis historias truncas, sin final, hasta que leyéndolas todas, descubrí el secreto de todo. Había un enlace común: La Habana. Cada una de las historias que escribí habían nacido para decir algo por separado pero para formar un discurso unidas sobre la capital cubana. Son las intimidades de la creación literaria, que en muchas ocasiones ni el propio autor comprende por qué sus relatos o su poesía, toma un camino distinto al que ideó al inicio. Y claro cuando tienes el libro impreso en tus manos, el acto mágico se completa.

 

¿Cuál fue el último libro que leíste? ¿Por qué lo elegiste?

El último libro que leí fue: El hombre que amaba los perros Una novela extraordinaria de uno de los referentes en la literatura cubana actual: Leonardo Padura. Leí este libro para empezar porque el nombre de su autor vende más en ocasiones que su propia obra, aunque sin dudas, es gracias a su literatura que es tan conocido. Pero también porque es en parte una ficción histórica, este libro habla sobre el asesinato de Leon Trotski en México. Un hecho que como saben fue ejecutado por un agente español de la extinta Unión Soviética. Y yo lo recomendaría, el relato es un pegamento imaginario que te retiene al libro durante su extensa trama.

 

¿Cuál es tu visión acerca del panorama literario actual?

Tengo poco que opinar. Apenas conozco a mis colegas europeos. Sí entiendo que acá la literatura se hace de manera distinta, hay una fuerte influencia norteamericana, siento yo, y nos avocamos a escribir emulando ese estilo donde lo más importante es llamar la atención e impactar al lector. Creo que yo también sufro de esta influencia y me he alejado un poco de la literatura que conocí en mis inicios. Creo que estamos olvidando nuestros referentes genuinos. Y no digo con ello que debemos escribir otro Quijote pero el hecho de que hasta los personajes de obras escritas por hispanohablantes se llamen Jack o Emilie explica por sí lo que quiero decir.

 

Y ahora qué, ¿algún nuevo proyecto?

Tengo en bien avanzado un libro que incluso ya tiene título, se llama Cosas malas de un hombre bueno. El título adelanta un poco la línea de este libro con el que busco poner en balance tanto lo oscuro como lo bueno, lo plausible del personaje protagonista y que sirva de autoconocimiento, de despertar espiritual, de mejoramiento humano que tanto nos falta hoy día.

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