Entrevista a Ricardo Echanove Tuero, autor de El legado de Gonzalo
Número de páginas: 238
Formato: 150x230
Colección: Editorial Adarve
Autor: Ricardo Echanove Tuero
Sinopsis: Se cuenta en esta obra una historia imaginaria sobre el comienzo y desarrollo de una singular amistad entre dos seres humanos de muy distintos y hasta opuestos orígenes. En tal sentido estaríamos ante un largo relato memorialista de ficción en el que, como es inevitable, parecen aflorar, de cuando en cuando, rastros autobiográficos si bien sutilmente modificados y trasformados por los sutiles caprichos y enredos de la memoria. El autor del relato —un hombre de muy avanzada edad en su vida real— va describiendo en absoluta libertad una copiosa y variada multitud de experiencias estrechamente compartidas con su singular amigo y con otros grupos de amigos con los que se van encontrando a lo largo de sus vidas. Y van desfilando ante el lector anécdotas y reflexiones de todos los estilos: desde las emociones del primer amor hasta los reveses más amargos de la existencia, desde los años de la inocencia hasta los de la insoslayable erosión del tiempo; del sexo, el trabajo y el valor del esfuerzo personal; de la religión y la política y del arte y la música como refugio y del peso de los sentimientos y las pasiones, de las apariencias y prejuicios sociales, de las grandes y pequeñas contradicciones humanas. Un variado, divertido y enriquecedor mosaico de reflexiones con las que, sin duda, se van a sentir identificados muchísimos lectores.
Háblanos
un poco de ti
Pues como cualquier otro ser
humano, supongo: nostálgico y sentimental a veces, pero casi siempre muy abierto
al futuro y a los inevitables e inciertos cambios que puedan traer los tiempos.
Tuve una infancia y una juventud muy felices. Creo que soy persona muy pacífica y
conciliadora. Y desde la atalaya de mis casi noventa años, y visto lo que
ofrece la vida, me estoy interesando cada vez más por el mensaje cristiano del
Amor que trajo hace más de dos mil años, Jesús de Nazareth. También me siento
bastante bien dotado de sentido del humor aunque la procesión vaya por dentro.
¿Qué podemos encontrar entre las páginas de El Legado de Gonzalo?
Yo
espero que diversión, otra cosa, naturalmente, es que lo consiga. Mi esperanza
se fundamenta en que los temas tratados –personajes situaciones, anécdotas van
transcurriendo durante un largo tramo de años– los más de ochenta que viven
los protagonistas, y en consecuencia, salvo los niños y gentes muy jóvenes, los
demás todos entenderán muy bien lo acontecido, bien porque lo hayan vivido
personalmente, bien porque lo hayan oído contar. El secreto es haberlo escrito
bien y con tanta claridad que haya resultado fluido y fácil de entender. Y en
ese aspecto, yo he quedado satisfecho, aunque me esté mal decirlo.
En qué
ingrediente reside la fuerza de este libro?
Espero también que en el optimismo vital. En la
naturalidad con la que hay que aceptar la vida con sus placeres y estímulos, e
incluso la muerte.
Qué
quieres transmitir a través de este libro?
Fundamentalmente dejar a mis hijos y a
mis amigos lo que fueron mis creencias y mi forma de ver el mundo en sus
distintos aspectos.
¿Cómo
describirías tu experiencia desde el proceso creativo hasta tener el libro
entre tus manos?
Pues como un proceso lleno de altibajos, desde momentos luminosos, de honda
ilusión y satisfacción íntimas hasta momentos de total inseguridad, casi de
tortura en los que te preguntas pero ¿es que vale realmente la pena emplear
tanto tiempo y esfuerzo en empeñarse en escribir algo que probablemente a nadie
le va a importar un pepino?. En definitiva, la clave es tener siempre una
motivación personal muy fuerte al margen de la repercusión social.
¿Cuál
fue el último libro que leíste? ¿por qué lo elegiste?
El obligado “Infinito en un junco”, que me ha parecido un libro sencillamente genial, y otro titulado “El mercader de la muerte” de Gervasio Posadas, a quien no conocía en absoluto pero que me está pareciendo buenísimo. Luego me enteré de que el autor es un diplomático y escritor ampliamente conocido y valorado, hermano de la muy cercana escritora Carmen Posadas cuyos artículos en los suplementos dominicales leo todos los domingos con verdadera avidez. Se conoce que les viene de familia.
Cual
es tu visión acerca del panorama literario actual?
Pues muy confuso y preocupante, como todo. A mí me
parecería elemental y básico que en las leyes que afectan a la educación se
introdujera la literatura, -la lectura y la escritura literaria- como una de
las máximas preocupaciones de la formación integral del hombre moderno. Pero es
que en este País nadie lee nada, y nadie parece preocuparse de ello seriamente.
Al lenguaje se le trata como si fuera un trasto viejo.., una verdadera pena.
Y ahora
qué, ¿algún nuevo proyecto?
Al llegar a los noventa años (el
próximo 14 de marzo los cumpliré) y después de lo mucho me ha costado concluir
este relato yo creo que ha llegado el momento de mi retiro, como hacen los
escultores, los cirujanos, los abogados, los fontaneros y hasta los artesanos.
No es tanto que se pierda la lucidez cuanto que se lentifica, la rapidez mental
ya no es la misma, no hablemos de la memoria, de la concentración que exige el
ejercicio de escribir y el de leer, hasta la letra es distinta y hace penoso
ese simple ejercicio de deslizar el bolígrafo sobre el papel, el pulso al
fallarte te hace cualquier atrocidad... Lo que obviamente no significa que uno
renuncie a volver a intentar seguir escribiendo en géneros más reducidos y
menos trabajosos. Temas nunca van a faltar: La vida es un filón inagotable y
quedarán siempre muchísimas cosas interesantes sobre las que seguir escribiendo
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