Entrevista a Walter Lingán, autor del libro Y me llamaron Ashé
Walter Lingán es un escritor peruano y autor de libros como Por un puñadito de sal (1993), El lado oscuro de Magdalena (1996), Un pez en el ojo de la noche (2009), El espanto enmudeció los sueños (2010), entre otros. En Y me llamaron Ashé podemos encontrar el recorrido vital de este personaje. Os invitamos a conocer más a través de esta entrevista.
Número de páginas: 472
Formato: 150 x 230
Colección: Adarve
Autor: Walter Lingán
Háblanos un poco
de ti.
Después de vivir
casi toda mi vida en Colonia, Alemania, resido ahora en Viena, Austria. Habito
un departamento con ciertos lujos donde rodeado de libros, CDS, recorte de
periódicos y papeles que se arruman sobre mi mesa de trabajo. Soy autodidacta
en la literatura. Nunca pensé ni soñé en llegar a convertirme en escritor, todo
el tiempo destiné mis esfuerzos a convertirme en un profesional que me sirviera
en la vida para salir de la crisis económica en que vivía junto a mi familia,
una situación normal para la mayoría de la población peruana. Cuando salí hacia
Alemania, en 1982, esa era mi meta, estudié medicina y empecé a trabajar en un
hospital en el departamento de radiología. Pero desde muy joven me gustaba la
lectura, descubrí a escritores peruanos, latinoamericanos, europeos y otros
lugares de este nuestro planeta que vamos destruyendo con tanto progreso. Soy más
lector que escritor que por tanto leer terminó escribiendo al ser vencido por
la magia de esos mundos que encontré en los libros. Empecé transcribiendo los
poemas de Hablemos de amor, una antología de poesía amorosa, en forma de
textos narrativos y los repartía entre mis amigos, quienes creyeron que eran de
mi creación. Luego, a los 14 años quedé deslumbrado con El lobo estepario
de Hermann Hesse. Este libro me impulsó hacia los primeros esbozos de
escritura, hasta que llegó el momento de publicar mi primer libro. Ya he
publicado varios libros, pero sigo siendo una especie de escritor inédito o
clandestino pues mis mis trabajos han sido publicados por editoriales pequeñas
y con muy poca capacidad para difundirlos.
¿Qué podremos encontrar entre las páginas
de Y me llamaron Ashé?
En las páginas de
Y me llamaron Ashé van a encontrar una historia coral que toma cuerpo en
la voz del personaje central que cuenta su historia en primera persona, pero
asociada a las voces de hombres y mujeres de un pueblo pequeño como es San
Miguel de Pallaques ubicada en los Andes peruanos. Al mismo tiempo se convierte
en un canto a la migración, que, como todos sabemos, es la historia de la
humanidad, todos tenemos tras nuestras vidas una experiencia migratoria, ya sea
regional o internacional. A lo largo de la vida de Ashé, nuestro héroe, vamos a
conocer sus carencias de infancia que intenta compensar con una exagerada
exploración amorosa, su pasión por el fútbol y el manejo asombroso de una pierna
izquierda hecha para el gol.
¿En qué ingrediente reside la fuerza de este
libro?
La fuerza de este libro reside en la recuperación del lenguaje oral de la
región norte del Perú mimetizado con el costeño, y todo esto ligado a las
historias individuales de muchos personajes que jugaron un rol importante en la
vida cultural, económica, deportiva y política de San Miguel de Pallaques, una
aldea pequeña que puede ser como cualquier otra perdida en la realidad europea.
Revive las fiestas patronales y presenta el fútbol, deporte estrella en todo el
mundo, como uno de los ingredientes más destacados de esa zona.
¿Qué quieres
transmitir a través de este libro?
Quería contar una
historia que conmueva y llame a la reflexión. Trato de condensar todas las
formas de la vida de personas sin rostro, de los nadie de mi país de origen, de
gente desconocida, olvidada, y sus tragedias en una sola, porque creo que la memoria
de los pobres está menos alimentada que la de los ricos, intento recuperar el
pasado a través de mi mirada actual, de mis experiencias más nuevas, pero
incluyo un lado fantasioso, además, con mucho humor.
¿Cómo describirías tu trayectoria de
escritor desde la primera publicación hasta esta última?
En realidad, hice muy poco una vida de escritor, pues estuve metido en el
trabajo hospitalario, por eso diría que en la literatura soy un “ratero”, o
sea, solo me dedicaba por ratos a ella, algunas horas libres, aunque siempre
con constancia. Durante mis vacaciones laborales asistía a la presentación de
mis libros, antes de la pandemia viajé a Perú con cierta regularidad para
promocionar los libros publicados. Ahora que he colgado la bata blanca, a la
manera de un futbolista que cuelga los botines, pues pretendo ocupar todo mi
tiempo a la lectura, a la escritura y a promocionar mis libros. Un cuy entre
alemanes ha sido la novela que más satisfacciones me ha dado
literariamente, me sacado relativamente del “armario”, de la invisibilidad, y
en los últimos años he sido invitado a participar en diversas antologías tanto
en Perú como en el extranjero. A medianoche, en la eternidad es una
colección de cuentos que se publicó a pocos días se declararse la pandemia del
coronavirus y frustró su adecuada difusión. Todo eso quisiera enmendar ahora.
¿Cuál fue el
último libro que leíste? ¿Por qué lo elegiste?
Normalmente leo
dos o tres libros en paralelo, hago anotaciones, luego escribo. Acabo de
terminar Günter Grass Grimms Wörter – Eine Liebeserklätung, algo así como
una declaración de amor a las palabras de los hermanos Grimm, a quienes les
encargaron en 1838 realizar un diccionario alemán. Estoy en plena lectura de El
origen de las palabras de Ricardo Soca, que es un viaje por la historia del
español. La lectura de este libro lo combino con El emperador de todos los
males – Una biografía del cáncer de Siddhartha Mukherjee, un médico e
investigador oncológico que trata de explicar esta terrible enfermedad, su
historia, su tratamiento, al mismo tiempo es una reflexión acerca de este mal.
Y ahora qué, ¿algún nuevo proyecto?
Tengo dos novelas
listas: Los amores perdidos de Vilma Rana y La historia de Juana
Mendoza que incluye poemas de Melacio Castro. Estoy trabajando ahora en una
novela donde llevo a la ficción el paro nacional del 19 de julio de 1977 con el
título de Mi nombre es Paronacional. La consecuencia de esta acción
popular fue el retiro de la dictadura militar a sus cuarteles y la recuperación
de la democracia que lamentablemente fue hegemonizada por los partidos
políticos de la derecha. A este momento histórico lo personalizo y lo cuento en
primera persona, lo centro en un barrio limeño donde viví parte de mi
adolescencia. En Berlín y en Lima saldrá en octubre en forma simultánea un
libro que reúne textos que van desde el microrrelato hasta la crónica bajo el
título de Mis flores negras y otras indecencias.
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