Entrevista a José Carlos Turrado, autor del libro Infraliteratura y pecado

 

José Carlos Turrado

José Carlos Turrado es un escritor vallisoletano y profesor de Lengua y Literatura. Ha publicado varios libros de narrativa, entre los que destacan Apología del martirio y El descuartizador del peine, así como los poemarios Canciones y Raza poética y la comedia Ciruelando y Leperita. Ahora publica su último poemario Infraliteratura y pecado. Os invitamos a conocer más a través de esta entrevista.


Infraliteratura y pecado

ISBN: 978-84-19439-42-0

Número de páginas: 170


Formato: 150 x 230


Colección: Verso y color


Autor: José Carlos Turrado


Sinopsis: ¿Cuál será la emoción de mi impostura

que dura al par que extingue los retornos?,

ni queja ni consuelo son los hornos,

y es solo mi niñez toda mi altura;

un metro, cinco, diez, nada lo cura,

hereje que te zampas los adornos,

y yo, por fugarme de estos contornos,

no he dado ni un instante de dulzura;

tan solo a quien la hallara amarga y vana

mi voz cantó canciones al oído

y efecto conllevaron de campana;

mi nana me he quedado y me he dormido:

escucha mientras cierro la ventana

por fin este silencio donde anido.



Leer primeras páginas


Háblanos un poco de ti.

Soy un profesor de Lengua y Literatura a quien últimamente le ha dado por publicar algunas de las cosas que escribe. La Literatura ha sido siempre, desde niño, mi vocación, y siempre he escrito un montón de textos; la diferencia en los últimos años es que los ofrezco a la luz pública.

Lo que le está sucediendo a la Literatura últimamente, y aquí hablaría incluso de generaciones, no resulta de mi agrado, ni mucho menos. Tanto docencia como publicación forman, de alguna manera, parte de un mismo combate. Es mi humilde colaboración para modificar una deriva que considero muy peligrosa.

 

¿Qué podremos encontrar entre las páginas de Infraliteratura y pecado?

Más que en mis poemarios precedentes, de perfil más clásico, utilizo recursos líricos de la tradición del siglo XX. Tenemos una riquísima gama de recursos conquistados a lo largo de siglos y siglos a nuestra disposición, y que son desconocidos o muy poco conocidos tanto por los creadores como por los lectores del presente. El español es la lengua más literaria de cuantas hayan existido, incluso superior al griego y al latín, por recorrido (ellas carecieron de modernidad); no hay lengua literaria parangonable a la nuestra, ni siquiera el inglés, el italiano o el francés. Con el español se puede hacer de todo, está preparado para todo, al menos, hasta que acabemos de cargárnoslo. La lírica actual, en general, independientemente de gustos y sensibilidades, está aquejada de una flagrante pobreza expresiva, me temo, y eso es especialmente triste después de tanto y tanto trabajo y saber acumulados a lo largo de la historia. Lamentablemente, las generaciones vigentes escriben lírica infantil, como niños que acabaran de aprender. Descubridores del huevo. Eso no puede ser. Si la poesía de nuestro tiempo va a ser mala, que sea por nuestro mal gusto o por nuestro mal juicio, no por ignorancia. Eso no tendría perdón. Nuestro tiempo debería ser el más culto de la historia, no el más lerdo. Mis poemas tienen voluntad de poesía integral que se nutre de la expresión poética de todas las épocas; suma y no renuncia a nada. Todo se debe aprovechar.   

 

¿En qué ingrediente reside la fuerza de este libro?

Remito a mi respuesta anterior. Dentro de mis limitaciones personales, esto es lírica, es decir, expresión humana en grado sumo. Una experiencia trascendental que puede resultar tan enriquecedora como devastadora. Lo que sí que puedo garantizar es que este menda es de los que “lo han leído todo”, ha toreado en todas las plazas, de Píndaro a Gil de Biedma, desde Safo hasta Celan.

 

¿Qué quieres transmitir a través de este libro?

Lo que siempre quisieron transmitir los poetas: condición humana, amor y mortalidad.

 

¿Cómo describirías tu trayectoria de escritor desde la primera publicación hasta esta última?

Llevo unos treinta años escribiendo y sólo tres publicando. Mi evolución está en los cajones de mi escritorio y en un armario ropero en la casa del pueblo, criando roña y polvo.

 

¿Cuál fue el último libro que leíste? ¿Por qué lo elegiste?

Yo leo sin parar, todo el tiempo. Nunca hay un “último libro que leí”. Hoy es uno, mañana será otro que probablemente no tendrá nada que ver. Miro alrededor: Belle du Seigneur de Albert Cohen, El lindo don Diego de Moreto, Idea imperial de Carlos V de Menéndez Pidal. ¿El motivo? Que todavía no los había leído.

 

Y ahora qué, ¿algún nuevo proyecto?

Claro, por supuesto, un montón. También escribo sin parar. Es lo suyo. No soy ni joven ni viejo, es el momento. A mi edad no hay ningún derecho a la pereza, y ninguna excusa válida, aunque tantos y tantos de mis contemporáneos no sean conscientes de ello. Somos una sociedad de “víctimas” e irresponsables, esperamos que Amazon, MacDonald’s y los niños a los que no hemos instruido escriban en nuestro lugar. 


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