Entrevista a José María Sánchez, autor del libro Esperando nada
José María Sánchez es un joven escritor mallorquín y periodista. Su primera novela fue Despertar, memorias de un joven epiléptico, y ahora nos presenta Esperando nada, donde Sánchez nos aproxima a la realidad de su generación. Os invitamos a conocer más a través de esta entrevista.
Formato: 150 x 230
Colección: Adarve
Autor: José María Sánchez
Háblanos un poco de
ti.
Me llamo José María Sánchez, tengo 31 años y soy periodista y
escritor. Desde pequeño me interesé por la lectura. Me encantaban los libros de
Manolito Gafotas y El Pequeño Nicolás. Con el tiempo, ya me fui interesando por
otros libros y autores, como los grandes escritores rusos, Cortázar, Onetti,
Philip Roth, Paul Auster o Almudena Grandes. También soy un gran cinéfilo. Soy
un gran seguidor de Martin Scorsese, Woody Allen o Carlos Saura, así como de
directores más jóvenes, como es el caso de Rodrigo Sorogoyen, Ryusuke Hamaguchi
o Joachim Trier. Más allá de mi labor como periodista en Manacor Comarcal, también soy escritor. Comencé a escribir en mi
adolescencia, aunque no me tomé en serio esta labor hasta que terminé la
universidad, cuando escribí Despertar.
Memorias de un joven epiléptico, mi primera novela, que se publicó en
febrero de 2022.
¿Qué podremos
encontrar entre las páginas de Esperando
nada?
Esperando Nada trata principalmente de los miedos, las inseguridades y las angustias
de la generación millennial. Es decir, de aquellos jóvenes que tienen ahora
entre 24 y 38 años. A lo largo de la novela, observamos a una serie de
personajes, amigos entre ellos y todos rondando los 30 años, mientran intentan
lidiar con sus dudas en un mundo cada vez más incierto. Se podría decir que
este es el gran tema de la novela, aunque existen otros. Se tratan temas o
conceptos como la soledad, el paso del tiempo, los traumas del pasado, la
amistad, los conflictos de pareja...Asimismo, y ya que hablamos de la
generación millennial, también surgen conflictos que esta generación conoce muy
bien, como la salud mental o la precariedad laboral. Se podría que Esperando Nada habla también de algo que
conocimos todos de lleno con la pandemia, y que pasa por mostrar sin ambages
nuestro derecho a ser frágiles y no lamentarnos por ello.
¿En qué
ingrediente reside la fuerza de este libro?
Creo que el gran punto fuerte de este libro
reside en que muestra un conjunto de realidades (las realidades de los seis
personajes de esta novela), que no solo serán muy representantivas para los
millenials, sino también para gente que haya pasado ya esa etapa y sepa muy
bien lo que significa la inestabilidad, la inseguridad de unos años en los que
todavía te estás intentando conocer para llevar a cabo la vida que quieres.
¿Qué quieres
transmitir a través de este libro?
Considero que es un libro que a pesar de su corta extensión, transmite
muchas ideas y sentimientos. De hecho, creo que Esperando Nada es el típico libro que gana con una segunda lectura,
ya que descubres cosas nuevas. Dicho esto, diría que lo que quiero transmitir
por encima de todo es esa falta de expectativas que existe entre gran parte de
la población joven, ante un futuro cada vez más incierto e impredecible. Esperando Nada no quiere ser un libro
pesimista, pero sí realista, de ahí que me haya esforzado por mostrar con la
mayor naturalidad posible los principales problemas de una generación, que con
la pandemia, se ha dado más cuenta que nunca de su fragilidad, y de su
incapacidad para imaginar un futuro concreto a largo plazo.
¿Cómo
describirías tu trayectoria de escritor desde la primera publicación hasta esta
última?
Es una buena pregunta. Aunque Despertar, mi primera novela, era
ficción al igual que Esperando Nada,
considero que ha habido un salto importante entre una y otra, ya que Despertar tenía un componente
autobiográfico muy importante que no daba tanto espacio a la imaginación,
mientras que mi segunda novela es todo lo contrario. Aquí nos encontramos con
personajes y situaciones ideadas exclusivamente por mi cabeza, lo que ya ha
sido una prueba y un aprendizaje para mí a la hora de hacer ficción con
mayúsculas. Entre un libro y otro también he pasado de un narrador en primera
persona a otro en tercera, de igual manera que también se ha pasado de una
novela de más de 500 páginas a una que no llega a las 200 páginas, lo que me ha
obligado a sintetizar mucho e intentar atraer más al lector en cada página. En
definitiva, son tantas las diferencias entre un libro y otro, que escribir Esperando Nada me ha dado mucha
confianza en mi escritura. De hecho, es tal la seguridad que he adquirido, que
me ha animado a seguir escribiendo y a idear nuevas historias.
¿Cuál fue el último
libro que leíste? ¿Por qué lo elegiste?
Como hace poco se estrenó en cines Pobres
Criaturas, que es una película que se inspira en Frankestein, me animé a leer el libro de Mary Shelley, que era una
novela que tenía pendiente desde hace años. La verdad es que me ha sorprendido
gratamente este libro, ya que no es simplemente la novela precursora de la
ciencia ficción que yo esperaba. Es una novela que ahonda magistralmente en la
psicología de Frankestein y su criatura, que trata multitud de temas complejos
con una historia muy entretenida que nunca decae, y que además, posee esa
cualidad de cuento dentro de otro cuento que tan bien se mostraba en Las Mil y una Noches.
Y ahora qué, ¿algún
nuevo proyecto?
Pues sí, como he dicho antes, Esperando
Nada me ha dado mucha seguridad para encarar nuevas historias, y en este
último año, he aprovechado para escribir mi tercera novela, también de ficción.
A diferencia de mis dos primeras novelas, este tercer libro apuesta mucho más
por la comedia que por el drama. Es una historia bonita y divertida, la verdad
es que me he divertido mucho escribiendo según que momentos. Esta novela la
estoy corrigiendo actualmente, antes de enviarla a varias editoriales, y ya
hace unos días que he comenzado a escribir mi cuarta novela, después de muchos
meses preparándola.
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